El plan que moderniza la automoción, vital para Euskadi, se hace realidad

España es el segundo fabricante europeo de vehículos y el noveno a nivel mundial. Representa el 11% de la cifra de negocios del total industrial. La automoción supone el cuarto sector exportador y representa el 15% del total de las ventas españolas al exterior. En el País Vasco, la automoción representa entre el 17% y el 20% de su PIB, si se tiene en cuenta el papel que juega la fábrica de la multinacional Mercedes-Benz en Vitoria, la más importante de Euskadi.

Las ayudas serán de dos tipos: habrá subvenciones por un importe máximo de 1.550 millones de euros y préstamos por valor de hasta 1.425 millones. Como sucede siempre con los fondos europeos para la recuperación tras la pandemia, las ayudas serán solo un catalizador para movilizar recursos de las propias empresas participantes, y que el Ejecutivo estima en este caso en unos 11.900 millones de euros.

Semejante volumen de fondos será el capital necesario para que la industria de la automoción se suba al tren del coche eléctrico e inteligente, la era que sucederá a los motores de combustión. «Es clave impulsar esta transformación porque la mayoría de las empresas vascas de automoción son fabricantes de componentes y estos van a cambiar sustancialmente con los vehículos eléctricos», analiza Enrique Monasterio, director de Desarrollo e Innovación del Ente Vasco de la Energía (EVE). Por eso, su adaptación a la nueva coyuntura tecnológica es vital para su supervivencia.

En líneas similares se manifestó ayer la patronal Anfac. «Es un paso muy importante de cara a concretar ya los proyectos de gran envergadura económica e industrial que necesita España en su transformación a la nueva movilidad», afirmó su director general, José López-Tafall, que subrayó el crecimiento exponencial en la fabricación de coches eléctricos en España. «Pero tenemos que acelerar aún más para seguir manteniendo nuestra posición como segundo fabricante europeo de vehículos», apostilló.

«Con el paso que damos hoy, el Gobierno cumple con su compromiso de tener lista la estructura del proyecto estratégico antes de fin de año y ya contamos con un esquema de ayudas específico que son el corazón del PERTE», destacó la ministra de Industria, Reyes Maroto.

Los proyectos deben presentarse antes de 2023 con el compromiso de que estén ejecutados antes del 30 de septiembre de 2025. Y deben estar desarrollados por una combinación de cinco empresas diferentes como mínimo. No pueden ser del mismo grupo, al menos una de ellas debe pertenecer al CNAE 291 (fabricación de vehículos de motor) y otra al CNAE 293 (fabricación de componentes, piezas y accesorios para vehículos de motor), y deben contar, al menos, con un 40% de pymes.

De forma adicional, al menos una de las compañías integrantes debe ser proveedor de tecnología o conocimiento y tener la capacidad técnica y organizativa suficiente para la realización de las actividades de I+D+i que incorpore el proyecto tractor. En lo que se refiere a su ámbito de acción, las empresas deben estar radicadas al menos en dos comunidades autónomas.