España vive su primer día sin generación eléctrica con carbón

El 14 de diciembre de 2019 puede ser considerado un día histórico por los ecologistas, que reclaman la desaparición de los combustibles fósiles, pero, según señalan fuentes del sector, hay que tener en cuenta que se debió a una conjunción de factores que raramente se produce.

El principal motivo fue que ese día se disparó la producción de renovables hasta el 62,7%, cuando la media en este año es de solo el 38,2% -en 2018 fue del 40,3%-, algo que depende de la potencia instalada, pero sobre todo de que se dé la meteorología propicia. Así, ese porcentaje tan alto de fuentes verdes se debió a una entrada muy importante de la generación eólica, que llegó al 42,4%, el doble de lo que viene haciéndolo este año (21,3%), y también hubo mejores registros de la hidráulica, que subió hasta el 16,8%, mientras que en 2019 su aportación es del 9,3%.

Además, todo esto coincidió en fin de semana, cuando el consumo se reduce y con las instalaciones de Arcelor en Asturias a medio gas. Aunque parezca anecdótico, el hecho de que la siderúrgica apenas tenga producción estos días es determinante porque supuso que no arrancara la central que EdP tiene en Aboño. Esta térmica está siendo una excepción en la evolución a la baja de la generación con carbón, ya que está funcionando de forma habitual debido, precisamente, a la necesidad de la industria, que en la región es responsable de casi un 70% del consumo eléctrico. Así, mientras otras térmicas están paradas, la carreñense funciona con cierta normalidad.

Sin embargo, el fin de semana apenas entró en el mix debido a que Arcelor trabaja estos días por debajo de la mitad de su capacidad, ya que está acometiendo obras en la acería de Avilés, el horno alto 'B' y el sínter 'A' de Gijón, tiene paradas líneas acabadoras y aún no ha arrancado las nuevas baterías de cok. Precisamente, la central de Aboño, que es multicombustible, quema parte de los gases del proceso siderúrgico.

Tampoco entraron en el mix el resto de térmicas, que han visto cómo su producción ha caído a mínimos debido al alto precio del carbón y de los derechos de emisión, que hacen de los ciclos combinados una opción más rentable como fuente de respaldo. Prueba de ello es que han duplicado su presencia en el mix, del 10,5% de 2018 al 21,3% de este año.

La desaparición de los pagos por capacidad ha hecho también que caiga la rentabilidad de las centrales, por lo que muchas compañías han solicitado su cierre. En Asturias, tanto Iberdrola como Naturgy han solicitado el cese de la actividad en las de Lada y Soto de la Barca, respectivamente, mientras que la térmica de Soto de Ribera, de EdP, cuenta con dos ciclos combinados que mantienen su viabilidad.