Es un hecho objetivo que nuestra estructura poblacional ha experimentado cambios radicales en las dos últimas décadas: se vive más y mejor y tenemos una de las esperanzas de vida más altas del mundo, lo que representa un éxito social que abre nuevos horizontes pero que, a su vez, genera unas nuevas necesidades desde el punto de vista social y nuevas inquietudes en las propias personas, a las que hay que dar respuestas.
Una cuestión que se aborda en este trabajo desde múltiples perspectivas: analizando las causas y consecuencias del envejecimiento de la población; cómo influye éste en el sistema público de Seguridad Social, en el mercado de trabajo o en el sistema de salud. A partir de ese análisis, el libro propone medidas para gestionar este fenómeno en las empresas, teniendo en cuenta la edad de las personas a la hora de abordar la seguridad y salud en el trabajo, y todo ello bajo la perspectiva de que hay que respetar el derecho a la igualdad de trato y no discriminación por razón de la edad.
Resumiendo, los cambios demográficos han hecho crecer a un colectivo que se reivindica como un agente activo que demanda un papel social participativo. Hay que tener en cuenta que el aumento de edad de la población trabajadora configura un colectivo cada vez más numeroso que constituye un capital intelectual, científico y humano que debemos poner en valor y al que le debemos optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad, a fin de mejorar su calidad de vida.
Este libro recoge excelentes propuestas en este sentido, desde las relativas a conseguir un trabajo seguro y saludable a cualquier edad, hasta las sugeridas para adaptar el trabajo a las personas mayores o para abordar la vigilancia de la salud en el trabajo a partir de los 55 años. Todo ello, además, apoyado en un análisis exhaustivo de la situación y ofreciendo experiencias reales de gestión de la edad en las empresas.
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