El grupo logístico belga VGP toma posesión de La Naval y pone fin a 105 años del astillero

Los representantes de VGP formalizaron este martes la compra; la empresa belga ya es el único propietario de los terrenos y a partir de ahora comienza un proceso de remodelación de la zona que no será sencillo ni rápido. Uno de los principales problemas para devolver la actividad económica a ese terreno es la existencia en las gradas del astillero del casco de un buque que no fue terminado y que jamás navegará. Se trata del 'Vox Alexia', una draga de succión que había sido encargada por el armador holandés Van Oord y cuyo casco quedó a medio terminar. Ha sido adquirido por una empresa dedicada a la comercialización de chatarra y el desguace comenzará en las próximas semanas.

Fuentes conocedoras del proceso que van a seguir los terrenos del antiguo astillero apuntan a que hasta la próxima primavera no se podrá iniciar el trabajo de reconstrucción de la zona, cuyo destino concreto aún debe perfilarse. Por una parte, la normativa municipal obliga a que al menos la mitad de ese terreno se dedique a actividades industriales. VGP, según ha confirmado EL CORREO, tiene ya sobre la mesa un buen número de propuestas para negociar en los próximos meses, algunas de las cuales están relacionadas con la posibilidad de realizar trabajos de reparación de buques y también de construcción de estructuras para los parques eólicos marinos. Otra parte importante de los terrenos se dedicará a actividades logísticas -almacenaje y distribución-, un sector que está creciendo de forma importante de la mano del aumento del comercio electrónico. VGP tampoco ha aclarado si está dispuesta a vender una parte de los terrenos o prefiere mantener todas las instalaciones en régimen de alquiler, ya que la firma belga suele utilizar esa doble fórmula de gestión en sus nuevas adquisiciones.

Una de las consecuencias inmediatas de la venta efectiva de los terrenos y del ingreso de los 36 millones de euros que ha abonado VGP, es que se podrá iniciar la cancelación de algunas deudas que había contraído La Naval. No todo, porque la factura de la morosidad del antiguo astillero supera los 120 millones de euros. Esta misma semana la administración concursal liquidará las indemnizaciones de la plantilla -177 trabajadores que fueron despedidos, aunque la mayor parte tenía derecho a la recolocación en Navantia- y que en su totalidad ascendían a casi 7 millones de euros. Una parte importante de esas indemnizaciones, en torno a 3 millones, ya fueron adelantadas por el Fogasa y cobradas por los trabajadores afectados.

A partir de ahí, el resto del dinero obtenido con la venta de los terrenos tendrá un destino diverso. Las primeras deudas que se abonarán serán las que se han contraído después de la declaración del procedimiento concursal; y el resto se destinará a abonar una parte de lo que corresponde a la Administración -Seguridad Social y Hacienda-, a la banca y al resto de proveedores.

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