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El Gobierno vasco ya había transmitido su malestar –rayano en el enfado- en torno al proceso de venta de la empresa ITP, fabricante de componentes de motores de aviación y propiedad del grupo británico Rolls Royce . El lehendakari Iñigo Urkullu ha utilizado este sábado las ... redes sociales para transmitir un mensaje contundente y mostrar su «preocupación» por lo que califica como «deriva en la venta de ITP». Con su mensaje, Urkullu sube algunos grados el enfrentamiento con el fondo de inversión norteamericano Bain, el elegido por Rolls para tomar el control de ITP, que al parecer no quiere cortapisas en la gestión de la compañía y desea tener las manos libres en el futuro. Bain ya ha telegrafiado en la negociación que tiene en cartera un ajuste de plantilla en ITP a corto plazo. «No podemos vetarla pero estamos en contra», había apuntado ya un alto cargo del Gobierno vasco en la tarde del viernes en torno a la venta, tras conocer que el grupo liderado por Sener se había quedado fuera de las negociaciones.
🔴 ✍️ 𝑫𝒆𝒔𝒂𝒄𝒖𝒆𝒓𝒅𝒐, 𝒑𝒓𝒆𝒐𝒄𝒖𝒑𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏, 𝒅𝒊𝒔𝒑𝒐𝒔𝒊𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒚 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒂 𝒂𝒑𝒆𝒍𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒂𝒏𝒕𝒆 𝒍𝒂 𝒅𝒆𝒓𝒊𝒗𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒐𝒑𝒆𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒗𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝑰𝑻𝑷.
Iñigo Urkullu (@iurkullu) September 25, 2021
➡️ https://t.co/dRg0lsW1fu pic.twitter.com/S9LMPyAg8Z
Urkullu ha desgranado en su mensaje las condiciones que el Gobierno había puesto para apoyar el futuro de la empresa mediante una toma de participación en su accionariado. El Ejecutivo vasco estaba dispuesto a invertir unos 60 millones de euros, que le hubiesen situado como propietario de algo menos del 4% de ITP. Bain, por su parte, quiere instrumentar la compra a través de una sociedad instrumental situada en algún país con fiscalidad baja para eludir el pago de impuestos. Así, el lehendakari apunta que el Gobierno ha participado de forma intensa en las últimas semanas en las negociaciones y ha desvelado sus condiciones. En síntesis, garantías de que se mantendrá el cuartel general de la compañía en el País Vasco y también su sede social. «Será necesaria la definición de un proyecto industrial sólido con músculo financiero, en el que se mantenga la inversión, la apuesta por la I+D y por el empleo», ha señalado el lehendakari como elementos claves para que el Gobierno vasco apoye la operación. En las condiciones que Bain ha puesto en las negociaciones a sus potenciales accionistas figura la posibilidad de realizar un ajuste de plantilla cercano a los 200 empleos en los próximos 18 meses. El fondo, además, no tiene intención de perpetuarse en la empresa vasca y ya ha anunciado que su deseo es sacarla a Bolsa en cinco años, recoger los beneficios y salir de su accionariado.
Pero no es suficiente con esos compromisos. A cambio de su participación, el Ejecutivo vasco reclama la presencia de un representante en el consejo de administración. Fuentes del Gobierno vasco han señalado a EL CORREO que Bain se niega a esa petición, ya que quiere aplicar reglas estrictas para que la representación sea proporcional al capital invertido. «Harán falta medidas de control para el cumplimiento de las condiciones acordadas y el Gobierno vasco tendría un representante en el consejo de administración de la sociedad matriz», ha indicado Urkullu al matizar las condiciones que ha puesto su Ejecutivo.Al parecer, Sidenor tampoco ha alcanzado un acuerdo con Bain ya que han exigido tener capacidad de influencia sobre el futuro industrial de la compañía, así como derecho de veto sobre cualquier decisión que suponga una deslocalización del centro decisión de la compañía. El empresario José Antonio Jainaga también ha reclamado el mismo derecho de veto sobre las hipotéticas reestructuraciones de plantilla en el País Vasco.
Como ya es conocido, el Gobierno central tiene en su mano la llave de esta venta ya que al estar ITP entre las empresas con intereses en defensa, necesita una autorización especial para cambiar de propietarios. En su comunicación, Iñigo Urkullu muestra su confianza en que Bain de un giro a sus planteamientos y en que «todos los agentes implicados mantengan el pulso por un futuro para ITP anclada en Euakadi». Toda una apelación a la postura que puedan adoptar los potenciales accionistas vascos que están en las negociaciones –las empresas Sapa y Sidenor-, así como al papel que pueda jugar el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
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