La votación avanza en Michelin Vitoria. 21 horas después de que abriesen las urnas anoche a las 22:00 horas, la participación en el referéndum se acerca a las 2.500 personas a las 19:00 horas, después de tres turnos para votar.
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A las ... 22:00 horas comenzará la penúltima oportunidad para pronunciarse en el referéndum en el que se decide si aceptar o no la última oferta de la empresa. Sin embargo, la participación en una fábrica que cuenta con alrededor de 3.500 trabajadores -es la segunda más importante de Euskadi- ya supera el 70% de participación, con 2.458 sufragios emitidos a las 18:30 horas según han confirmado a este periódico distintas fuentes sindicales.
A lo largo de la mañana el voto lo han acaparado los trabajadores del turno matinal, pero, sobre todo, los empleados mensuales, que justo hoy comienzan el horario de verano, por el que sólo trabajan por las mañanas, momento que han aprovechado para depositar su sufragio.
Tras las tres oportunidades de votar ya gastadas, quedan sólo dos momentos más: las tres horas nocturnas entre las 22:00 y las 01:00 horas y la mañana del viernes, en la que se podrá votar desde las 08:00 horas y hasta las 13:00. Tras eso se procederá al escrutinio del voto en Vitoria, que deberá ser computado con el del resto de centros de Michelin repartidos por la Península.
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Recuento que se antoja sencillo, ya que la papeleta es muy simple: se vota sí o no a la firma del convenio. Eso es lo que aparece en las papeletas que se pueden depositar en la Escuela de Seguridad de la factoría. Se espera que el resultado de la consulta, vinculante para la mayoría sindical, se conozca en no mucho más de una hora desde que se cierren las urnas. Lo votado en Vitoria deberá sumarse a los sufragios emitidos en plantas como las de Aranda de Duero, Valladolid o Almería para dar con el resultado.
Por la mañana se ha pedido «respeto» hasta la saciedad, pero la tensión ha sido la protagonista en la primera asamblea de trabajadores de Michelin Vitoria. Con presencia de todos las centrales con representación en el comité y varios centenares de empleados, la unidad no ha pasado de la foto de ver a delegados de Comisiones Obreras (CC OO), UGT, CGT, CSIF, ELA, LAB, ESK y CCM juntos sobre el convoy de un camión dirigiéndose a la plantilla.
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A partir de ahí, reproches y críticas a las centrales. La más importante, la de «falta de unidad». «Ya que estamos todos los trabajadores unidos, ¿no sería conveniente que todos fueseis a una con todo? Nos estáis echando mierda unos a otros. Nosotros hemos ido todos a una, sin colores, sin siglas, todos unidos. Deberíais recapacitar y pensar que estáis haciendo mal. Y si es oportuno, dimitir y que venga gente que vayan a una, mirando por todos y no por el bien de cada uno», reprochaba un trabajador a las centrales, a las que les decía que lo «estaba haciendo fatal».
«Bastante es que estemos aquí todos juntos», replicaba Jon Coroso, delegado de CGT. Y añadía David Martínez de Marigorta, de ELA, que hay que «entender que hay política sindical». «Desde que llevo en esto estamos desunidos totalmente, pero principalmente porque los objetivos base que tenemos son completamente diferentes», argumentaba Jon Bengoa, responsable de CSIF.
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A partir de ahí, lo único que se ha evidenciado ha sido el disenso entre centrales y las críticas. Fundamentalmente, contra el referéndum, sobre el que llegaron a decir que «no es una votación legal» porque «perjudica a quienes estamos en los talleres». «La gente no quiere firmar esto; estamos perdiendo dinero», defendía otro empleado de la plantilla.
«Los que están votando no son los que estamos haciendo estas movilizaciones. El 50% de la plantilla está es una puta oficina; lo hemos visto en la puerta durante de huelga: la pila de gente que entra en horario flexible, que es una vergüenza. Esos son los que van a firmar (el convenio) porque están encantados de la vida, pero nosotros no», sentenciaba un asistente a la asamblea, en la que también se han aplaudido afirmaciones contra la presencia de Vitoria en el comité intercentros.
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Sobre la subida salarial, los sindicatos han mantenido un debate en torno al IPC. Patxi Abad, portavoz de CCM en el encuentro, argumentaba su negativa a más huelgas porque la oferta de la empresa ya es superior al IPC actual (5% frente a 3,2% en el conjunto de España, que es un 3,4% en Euskadi). «Entre nuestras premisas está que se dé el IPC: si es un 2%, un 2%; si es un 7%, un 7%. Las previsiones son que sea menos de lo que nos ofrece la empresa. Nuestra reflexión es que lo que tenemos que ganar si nos dan el IPC no es mucho; sin embargo, podemos perder que la central nos mire, nos señale, corte cosas… Creemos que lo que podemos perder es mucho y pesa más de lo que tenemos que ganar», relataba frente a los silbidos de la mayoría de los asistentes.
Unai Arregi, delegado de LAB, replicaba que «Michelin sabe cómo hacer la garantía, la ha tenido en otro convenio». «Me ofreces un 5%, un 3%, un 2% y otro 2%. Si el IPC sube un 7%, dame un 2%, garantízame el IPC», argumentaba ante los trabajadores.
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