Con mucho tacto... digital

Muchas veces cuando compramos ropa 'online' nos llevamos una sorpresa -o chasco- con el tacto de la prenda. La tecnología obra maravillas, pero hay cosas que todavía se le escapan… O no tanto. Quizá el tacto no sea replicable o transmitible, pero sí puede ser lo suficientemente descriptible como para que al comprar tengamos una idea exacta de lo que sentiremos al tocar el jersey por el que nos hemos decidido. Esa es, muy a grandes rasgos, la misión de Senstile, una 'startup' vizcaína que cuantifica las características de cada tejido a partir de modelos matemáticos.

La idea surge de Zhanna Naymankhanova, quien tras graduarse en Ingeniería de Tecnología y Diseño Textil, trabajó en una empresa que confeccionaba uniformes. Allí parte de su labor era precisamente la selección de tejidos. A priori parece fácil, pero piense en esas veces que ha probado más de un perfume; ¿verdad que cuando ha olido tres o cuatro ya no es capaz de distinguir los matices que hay entre uno y otro? Pues algo parecido les ocurre a quienes realizan un cribado totalmente manual de todas las muestras que les proporciona su red de proveedores.

«En las ferias del sector aún ves a los representantes de las casas de moda anotando las características de cada tejido para hacer la selección de cara a la confección de sus nuevas colecciones. A veces necesitan hacer encargos especiales, pero les resulta muy difícil concretar qué quieren; solo pueden decir que les gustaría, por ejemplo, un material que tenga una suavidad intermedia entre una muestra y otra. A partir de ahí toca confiar en que el fabricante le entienda y las nuevas muestras que les mande se correspondan con lo que necesitan. Hay veces que el proceso se alarga mucho en el tiempo», explica Diego Ariza, cofundador de la firma.

¿La solución? Crear una base de datos en la que registrar detalladamente todas las características de cada muestra, desde los materiales que lo componen a su color exacto pasando por su estructura, gramaje, el número de fibras por hilo o el grado de elasticidad. Naymankhanova presentó su idea en varias incubadoras hasta que finalmente coincidió con Ariza, ingeniero industrial especializado en electrónica que es quien está detrás de la tecnología que permite, primero la captación de los datos de cada muestra y después su clasificación, categorización y búsqueda. «Algunos de los sensores los hemos tenido que desarrollar nosotros mismos, otros ya estaban en el marcado y solo los hemos incorporado a nuestra electrónica. Al final, tenemos un módulo que escanea el tejido y nos brinda toda la información sobre sus características. De modo que, independientemente de lo que nos diga el fabricante, somos capaces de ofrecer toda la información relativa a un tejido por si no hay ninguna información previa o por si lo que queremos es comprobar que lo que nos han dicho es cierto», señala.

Tras ese escaneo, que apenas dura unos segundos, los datos «en crudo» se suben a la nube, de donde los toman los algoritmos también creados por el equipo de Senstile para cuantificar esas características. Este proceso es el que después permite clasificar cada muestra de tejido en varias categorías, cada una en función de una de sus cualidades. «Al final, cada tejido queda representado en un gráfico tridimensional por varios modelos matemáticos, tantos como propiedades queremos estudiar. Cuando se pregunta por una cualidad en concreto, como la rugosidad, el sistema nos va a decir, en relación a otros tejidos similares en qué punto concreto se encuentra el que estamos analizando, si está entre las de mayor o menor rugosidad. La conclusión es que podemos encontrar productos según sus propiedades físicas, visuales y táctiles, reduciendo así las pruebas de ensayo y error o la tardanza de la búsqueda manual», explica Ariza.

La empresa todavía no puede comercializar los equipos de escaneo, pero sí está ofreciendo ya el servicio. «De momento recibimos las muestras y las digitalizamos en nuestro taller. A partir del año que viene, que es cuando esperamos tener ya a la venta los sensores, cada empresa podrá decidir en función de sus necesidades si quiere contar con equipos propios o prefiere seguir externalizándonos el servicio», explica el cofundador de la 'startup'.

Senstile es una de las empresas que presentará su proyecto los días 15 y 16 en el Palacio Euskalduna durante la celebración de B-Venture, el foro de 'startups' organizado por EL CORREO que este año cumple su novena edición con el patrocinio del Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno vasco, la agencia de desarrollo SPRI, la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, entidades a las que se unen como colaboradores BStartup de Banco Sabadell, BBK, Laboral Kutxa, CaixaBank, Banco Santander y la Universidad de Deusto..

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