Sidenor confía en la reactivación del automóvil tras invertir 131 millones

Jainaga destacó que la inversión se ha hecho en dos fases. La primera comenzó en 2017 y la segunda, por un importe de 90 millones de euros, se ejecutó en la recta final de 2020. «Tomamos la decisión de ejecutar la inversión el pasado verano, cuando las cosas estaban muy complicadas, porque entendimos que era necesario hacer una apuesta por la modernización de las instalaciones, el mantenimiento del empleo y de la propia empresa de cara al futuro». La compañía sufrió el pasado año los rigores de la crisis generada por el Covid-19, que entre los meses de marzo y abril provocó un descenso de pedidos del 90%. Aunque no facilitó más cifras, Jainaga admitió que la facturación total de 2020 experimentó un descenso del 30%, si bien aclaró que el mercado del automóvil se encuentra en un buen momento.

La empresa renunció a aplicar un ERTE que debía entrar en vigor en octubre tras comprobar que se estaba animando la demanda de los fabricantes de automóviles, sector al que va destinado un 70% de la producción de la compañía y el 80% del acero que se genera en Basauri. «El acelerón en la producción antes de que entrasen en vigor las nuevas exigencias de emisiones que se han impuesto a los fabricantes europeos y el lanzamiento de nuevos modelos, junto a una demanda embalsada de los meses del confinamiento, ha provocado un importante tirón», dijo. En la actualidad, la empresa se encuentra a un 90% de su capacidad de producción, indicó el presidente de la compañía, aunque también advirtió de que hay «señales que arrojan incertidumbre, como los anuncios de los fabricantes sobre ajustes en sus plantas españolas».

Por su parte, los consejeros Tapia y Azpiazu destacaron el «ejemplo de Sidenor al afrontar una inversión en un momento como éste», al tiempo que animaron a la industria vasca a seguir ese camino «porque hay que garantizar el futuro». Tapia criticó el último cambio normativo que ha realizado el Gobierno central de cara a beneficiar a los grandes consumidores de electricidad, como sucede con la siderurgia. «No responde a las necesidades reales de nuestra industria», dijo la consejera, quien reclamó que «debe ser posible hacer aquí lo que ya es posible en otros países de Europa». Pedro Azpiazu volvió a criticar la gestión de los fondos europeos que quiere hacer el Gobierno español, dejando a un lado a los responsables autonómicos.

Por otra parte, José Antonio Jainaga reconoció que su propuesta de crear una gran grupo siderúrgico vasco, con la fusión de varias empresas, ha chocado contra una pared. «La empresa que tiene un único accionista -señaló en relación a Olarra- ha dicho que no quiere hablar del tema. En las otras dos empresas, que están en Bolsa y tienen muchos accionistas -refiriéndose a Tubos Reunidos y a Tubacex-, sus ejecutivos dicen que no les interesa».