
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La relación entre Renfe y Talgo sigue tensándose. Todavía no se han resuelto las reclamaciones por los trenes Avril que se acercan a los tribunales ... y con la exigencia de hasta 166 millones de euros, cuando aparece en el horizonte la entrega de otro contrato. Se trata de 13 trenes compuestos con 26 locomotoras y por un importe de 126 millones que, según ha confirmado EL CORREO, Renfe espera empezar a recepcionar este septiembre. Según la documentación del operador ferroviario, este mes se recibirán los seis primeros convoyes, otros tantos en diciembre y el último en enero completando así el global del pedido.
Son unas unidades que cuentan con dos locomotoras -una en cada extremo- y que conformarán trenes de alta velocidad de «rodadura desplazable» con la capacidad de alcanzar una velocidad máxima de 330 km/h.
Esta nueva entrega llega en un momento en el que se pone a prueba la capacidad de fabricación de Talgo. La compañía insistió la semana pasada a sus empleados que cuenta con los medios suficientes para dar salida a la actual cartera de pedidos. El problema es buscar nuevas contrataciones, señaló. El presidente Carlos de Palacio explicó en la junta de accionistas de junio que reforzar la capacidad de fabricación era una prioridad para la empresa, que tiene una cartera de pedidos de 4.000 millones. De hecho, la opa de la húngara Magyar Vagon, que vetó el Gobierno por motivos de «seguridad nacional», buscaba dar respuesta a esta situación.
Este nuevo pedido de 13 trenes con 26 «cabezas motrices» y a cuyo calendario de entrega ha tenido acceso este medio, tensiona aún más los calendarios de Renfe y Talgo. Ambas compañías no han resuelto las reclamaciones interpuestas por los retrasos en los trenes Avril, que empezaron a entregarse en primavera. Un pedido de 30 unidades que se ha ido retrasando durante dos años por los efectos de la pandemia y los problemas para encontrar ventanas en la red ferroviaria en las que realizar las preceptivas pruebas en vía. De esos trenes quedan todavía por entregar ocho unidades.
El fabricante de origen vasco tiene encima de la mesa una reclamación de 166 millones que, en las actuales circunstancias, Renfe sopesa llevar a los tribunales. Además de estas cantidades, el ministro de Transportes, Óscar Puente, anunció este verano que se habían abierto nuevos expedientes por las incidencias registradas en estos convoyes y que contabilizó en más de medio millar.
Este escenario llega tras la fallida compra de Magyar Vagon. La operación daba salida al principal accionista de Talgo, el fondo de inversión Trilantic, que tiene el 40% de la empresa. Unas acciones que con la opa se hubieran intercambiado por 247 millones, pero tras el veto gubernamental suponían ayer al cierre de mercado solamente 171 millones.
Es la cantidad a la que se ha reducido el precio de la toma de control del único fabricante de trenes de alta velocidad en España. Mientas Trilantic, a la espera de un proyecto industrial sólido para la compañía, busca un comprador. Por su parte, la dirección de Talgo trabaja en la subcontratación de fases de la fabricación a otras empresas, entre ellas Skoda o la propia Magyar, para poder crecer con nuevos encargos.
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