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La dirección de Sidenor expuso ayer a los representantes sindicales algunos de los principales detalles del expediente de suspensión de empleo, ERTE, que quiere poner en marcha hasta finales de 2021 para compensar el descenso en la demanda de acero. Las plantas de producción ubicadas ... en Álava -Vitoria y Legutio- serán las que menos impacto tendrán en este proceso, con una reducción del 20% de las jornadas laborales, mientras que el parón alcanzará hasta el 50% en las de Azkoitia, Reinosa y en las oficinas centrales en Basauri. La planta de Basauri, la principal del grupo y donde se encuentra la acería, tendría una reducción de actividad del 35% durante los próximos 15 meses, mientras que la de la localidad catalana de Polinyá del Vallés tendrá una reducción del 25%. El promedio es del 38%.
La compañía anunció la pasada semana la presentación del ERTE como vía para evitar la destrucción de empleo definitiva, ante la desaceleración que ha experimentado su mercado y en especial el que está vinculado a la industria del automóvil. Aproximadamente el 70% del acero especial que produce Sidenor se transforma después en piezas de automóviles. A la desaceleración que había vivido el automóvil el pasado año -un descenso de la producción del 3,9% en España-, se ha unido ahora el parón provocado por la pandemia y una crisis de demanda cuya profundidad se desconoce. En el ERTE estarían implicados los casi 1.600 empleados del grupo, aunque se ha dejado fuera del mismo a los 49 trabajadores que forman parte de la filial dedicada a investigación y desarrollo. Este grupo trabaja fundamentalmente en proyectos que son cofinanciados por la UE y la empresa no cree necesario rebajar su actividad. También ha reiterado que se mantendrán las inversiones proyectadas, con las que se intenta aumentar la competitividad, especialmente en Basauri.
La reunión celebrada ayer sirvió para la constitución formal de la mesa de negociación del ERTE, que estará formada por 13 representantes y otros tantos asesores sindicales y los contactos se extenderán, en principio, hasta finales de la próxima semana. Fuentes sindicales no descartan que pueda producirse una prórroga en el caso de que sea necesario. Las mismas fuentes indicaron que uno de los primeros objetivos de la negociación es reducir el periodo temporal de aplicación de esta medida, ya que consideran que un ERTE de 15 meses «resulta excesivo». La empresa, por su parte, ha aclarado que ese periodo es una especie de marco sobre el que aplicar el ajuste de empleo, ya que su objetivo es una rebaja de la actividad industrial flexible, para adaptarse en cada momento a los aumentos o descensos de la demanda.
Por el momento la empresa no ha desvelado algunos detalles fundamentales del ERTE, como la existencia o no de algún complemento salarial para los trabajadores afectados. En este tipo de suspensiones de empleo la empresa paga una parte del salario -la que corresponde al periodo en que el empleado está activo-, mientras que el Servicio Público de Empleo concede una prestación para cubrir el periodo de inactividad. La prestación pública, sin embargo, siempre es inferior al salario real.
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