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Medidas como el tope al precio del gas para uso industrial -actualmente solo opera cuando se destina a la generación eléctrica- o la recuperación del régimen de interrumpibilidad han quedado soslayadas, al menos de momento, en el plan de ahorro de energía y gas del ... Gobierno central, rebautizado ayer como 'Más Seguridad Energética' (+SE). Se trata de los principales puntos de reclamación de la industria siderúrgica y electrointensiva del País Vasco. Es la más afectada por el incremento de unos costes energéticos que están provocando la paralización de algunas empresas importantes, como la acería de ArcelorMittal de Sestao, y que han sido los responsables del alargamiento de las paradas de mantenimiento este verano en industrias como Aceros Olarra o cementeras como Rezola. Una situación que desde el clúster vasco de la siderurgia, Siderex, se ha llegado a calificar como «verdadero drama», mientras que para la presidenta de Gas Industrial de España, Verónica Rivière, supone la «muerte silenciosa de la industria».
Las medidas fueron reclamadas también por el Gobierno vasco en las propuestas presentadas al Ministerio de Transición Ecológica. Y es que el documento aprobado ayer en el Consejo de Ministros, que ya está enviado a Bruselas, es el que nació como el Plan de Contingencia Energética. Un compendio de propuestas con las que se vertebra el compromiso con el resto de países de la UE para reducir el consumo de gas este invierno en un 15%, aunque en el caso de España esta cifra se reduce al 6,4% por la capacidad de almacenamiento de gas y los envíos que viene realizando a Francia y Portugal.
Las comunidades autónomas realizaron también aportaciones y, desde Euskadi, se plantearon estas medidas de apoyo a la industria que excedían de sus competencias y que, de momento, han quedado fuera. No obstante, según explicó ayer la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, el plan 'Más Seguridad Energética' está «abierto» a modificaciones. En este sentido, recordó la reunión que hoy mismo tiene lugar entre los ministros de Energía de la Unión y señaló que «es clave una reforma del mercado eléctrico en Europa» que pase por «desacoplar el gas del precio de la luz», «cambiar la referencia del precio del gas sobre el valor TTF del mercado holandés», y aplicar el mecanismo de «la excepción ibérica». En consecuencia, no se atisban cambios para las empresas de uso intensivo de energía en el corto plazo.
Lo que sí avanzó la también ministra de Transición Ecológica es que están estudiando medidas fiscales para establecer deducciones para las inversiones que las compañías realicen en «bienes de equipo» y «acciones para aumentar la eficiencia energética». Son los puntos de alivio fiscal equivalentes a los que se presentaron para los ciudadanos, pero habrá que ver cómo se concretan y cómo los recogen las haciendas forales.
La consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, ya reconoció el mes pasado que las diputaciones estudian medidas de este tipo para las empresas vascas, que, en el caso de las afectadas por uso intensivo de gas, se han beneficiado ya de un reparto de 15 millones de euros en ayudas trasladados desde el Ejecutivo central, además de otros 40 millones por la huella indirecta de CO2 para las grandes consumidoras de energía.
La ministra anunció que el conjunto de hasta 72 recomendaciones recogidas en el plan buscan reducir el consumo de gas «sin que haya riesgo de desabastecimiento» durante el invierno. Es más, la responsable de la cartera energética destacó que una de las claves de la propuesta pasa por la «solidaridad con Europa para seguir aportando gas a los vecinos de la Unión». Es precisamente ese hecho uno de los que han contribuido, junto a la capacidad de regasificación de España, a que su compromiso de reducción de consumo se reduzca a ese 6,4% y no al 15% del resto de países
Desde agosto, y descontando el efecto de esas exportaciones de gas a Francia y Portugal, Ribera cifró el ahorro de gas ya acumulado en un 3,4%. La ministra destacó que su esperanza es que el consumo se reduzca «más por la eficiencia y el ahorro, que por la crisis de demanda». Y es que en lo que llevamos de año la demanda de gas convencional, el que se emplea en la industria, hogares y oficinas, se ha reducido en Euskadi un 10%, la cifra más baja en cinco años. Este dato hace referencia a todo el gas empleado, con excepción del que se utiliza para la generación eléctrica (ciclos combinados), que se ha triplicado, subiendo un 189% sobre el de 2021.
Ahorro de 237 millones de euros en el mercado mayorista. Si Euskadi reduce un 7% el consumo de gas, supondría 1.520 Gwh, que en el precio TTF equivaldría a 237 millones de euros.
Medidas fiscales. El plan apunta deducciones fiscales para inversiones de empresas que mejoren la eficiencia y sirvan para comprar bienes de equipo.
PERTE del hidrógeno y PERTE de Descarbonización de la Industria. El Gobierno incorpora también en el plan 'Más Seguridad Energética' el compromiso de acelerar el PERTE del Hidrógeno y las renovables, pendiente todavía de la convocatoria. Euskadi podría obtener de ahí financiación para inversiones de 1.000 millones. Además, se plantea crear otro PERTE enfocado a «descarbonizar» la industria electrointensiva.
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