![«Hemos perdido atractivo, no cazamos a los líderes y se acercan los perseguidores»](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202109/12/media/cortadas/ormzabal1-kQVE-U150494993008uhE-1248x770@El%20Correo.jpg)
![«Hemos perdido atractivo, no cazamos a los líderes y se acercan los perseguidores»](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202109/12/media/cortadas/ormzabal1-kQVE-U150494993008uhE-1248x770@El%20Correo.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ha sido presidente del Círculo de Empresarios Vascos durante algo más de tres años y dejará el cargo a finales de este mes. Siempre ha sido un optimista estructural, pero en sus reflexiones hay un hilo de pesimismo. A Javier Ormazabal, presidente del grupo Velatia, ... le preocupa no sólo la coyuntura económica que tenemos en esta nueva fase de la pandemia, «llena de incertidumbres», sino una cierta pérdida de atractivo del País Vasco para invertir; los altos niveles de absentismo laboral sin que exista para ello una explicación razonable y unas buenas dosis de radicalidad sindical que nos distingue de otros territorios.
- ¿Hemos entrado en una fase de normalidad?
- No estoy muy seguro de que se pueda hablar ya de postpandemia. Es evidente que tenemos mejores sensaciones que hace tan sólo unos meses y que la situación puede ser esperanzadora. No creo que podamos pensar que la crisis ha terminado.
- ¿Le preocupa algo en especial?
- Estoy convencido de que vamos a tener que convivir mucho tiempo con grandes incertidumbres. Con la inseguridad en el transporte o en los abastecimientos. Y no me atrevo a aventurar lo que puede suceder en el ámbito de la salud. Por cierto, pese a las voces que se alzaban en los primeros momentos, la empresa ha resultado ser un lugar más seguro que otros en relación al Covid.
- Más seguro que los botellones.... por ejemplo.
- Por ejemplo.
- Hay muchas esperanzas puestas en la lluvia de fondos europeos. ¿A alguien se le ha ido la mano con el optimismo?
- Habrá que verlo porque lo importante no siempre es el volumen de inversión, sino acertar en aquellas palancas que generen de verdad una transformación. Creo que hay que verlo como un proceso a largo plazo. El potencial de los fondos es alto, pero va a ser muy complicado sacarles partido en el corto plazo.
- ¿Estamos ante una burbuja?
- Lo que sucede es que la percepción social de las cosas suele diferir de la profesional. Tenemos límites tecnológicos o de inversión, por ejemplo, que no se van a solventar de la noche a la mañana. Si la sociedad asume expectativas excesivas se puede generar una decepción a corto plazo.
- Hace apenas unos días los empresarios alaveses le trasladaban a la ministra de Trabajo su preocupación por el elevado absentismo laboral en el País Vasco. ¿Estamos ante un elemento cultural más de Euskadi?
- Me resisto a creerlo, porque esa sería la explicación fácil. Creo que es un tema que no se ha analizado suficiente y que merecería la pena estudiar en profundidad para tener una buena radiografía de las causas. Hay algunos elementos preocupantes.
- ¿Por ejemplo?
- Que el diferencial de absentismo comparado con la media española, por ejemplo, no se registre sólo en aquellos trabajos de alta penosidad. También en eso que se pueden denominar empleos de calidad.
- A pesar de todo, ¿Euskadi sigue siendo un lugar atractivo para invertir?
- Sí, pero tenemos que tener mucho cuidado porque hemos perdido una parte del atractivo. Una decisión de localización se adopta en función de un conjunto de variables. Dos elementos clave son las infraestructuras y la formación de las personas. Y a mí me parece que no cazamos a los líderes y que se acercan nuestros perseguidores. Esto es, que las regiones con más atractivos siguen a la misma distancia y aquellos a los que adelantábamos están ahora más cerca.
- La aparente radicalidad sindical que diferencia al País Vasco, ¿pesa?
- Claro. Las decisiones de inversión no responden sólo a las matemáticas, sino también a cuestiones emocionales. Sin duda hemos perdido inversiones por ello, me consta. En algunos proyectos, digamos, la receptividad sindical no era precisamente buena.
- El Círculo se distingue por estar formado por directivos de grandes empresas, con presencia global en buena parte de los casos. ¿Aprecian la diferencia?
- Claro. En cualquier país hay negociaciones duras, pero desde posiciones lógicas. Es como cuando fabricas un producto. La empresa quiere venderlo al precio más elevado posible y el cliente comprarlo lo más barato que pueda. Hasta ahí todo normal, porque uno quiere vender y el otro comprar. En las negociaciones sindicales lo lógico es que las dos partes, con posiciones más o menos duras, traten de llegar a un acuerdo. Aquí...
- Aquí...
- Tenemos la sensación de que en muchas ocasiones te sientas con representantes sindicales que no tienen intención de llegar a un acuerdo. Y fíjese que históricamente cuando empresas y sindicatos han llegado a acuerdos los resultados han sido muy buenos.
Noticia Relacionada
- Puede ser también que haya una fractura en la implicación de los trabajadores en la empresa.
- Yo suelo decir siempre que el empresario es el dueño de las acciones, pero que la empresa es de todos. De los empleados, de los clientes, de los proveedores e incluso de la sociedad que la rodea. Pero no siempre coincide el espíritu y lo que piensa una plantilla con lo que reflejan sus representantes.
- Esa opción que se ha manejado algunas veces de pactar rebajas generalizadas de salarios como alternativa a los despidos no parece que haya tenido éxito.
- No conozco a un solo empresario que quiera despedir. Si se llega a ese punto es porque han fallado el resto de soluciones. Y enlazándolo con lo anterior, tenemos la sospecha que las plantillas de empresas con problemas sí están dispuestas a aceptar que se acomode el coste laboral. No tengo tan claro que algunos sindicatos estén dispuestos a considerarlo, ni siquiera en el plano teórico.
- Y ¿a qué cree que se debe esa posición?
- Imagino que será una cuestión de imagen.
- En eso de ser atractivos para atraer empresas también juega un papel importante la fiscalidad.
- Sin duda es una de las partes más potentes en la que creo que hay que hacer más esfuerzos. Admito que las cosas tienen que estar en equilibrio y que esto tiene dos lados de la balanza. De un lado ser atractivos supone bajar la presión fiscal. Pero de otro hay que ser conscientes de que hay que financiar los niveles de bienestar a los que aspira la sociedad.
- Y en ese intento de equilibrio, ¿cómo cree que está el País Vasco?
- En la fiscalidad de las empresas, en el Impuesto de Sociedades, bien. Ahí competimos bien con nuestro entorno. En otros aspectos, no. Pasa por ejemplo en la fiscalidad de las personas, que tiene su repercusión en las empresas. La fiscalidad de los directivos, hay que tenerlo en cuenta, también condiciona decisiones de inversión y de dónde prefieren ubicarse. Y ahí no competimos bien.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.