SALVADOR ARROYO
Lunes, 12 de diciembre 2022
«A partir de mediados de la década también se fabricará allí (en la planta de Mercedes-Benz Vitoria) la nueva furgoneta de tamaño medio basada en la nueva plataforma modular eléctrica VAN.EA». Con solo esta frase el gigante automovilístico confirmaba ayer oficialmente que ... la factoría de la Avenida de los Huetos, la mayor empresa de Euskadi, producirá una de las variantes de las nuevas monovolumen 'full electric' sobre la citada tecnología con las que la compañía iniciará una nueva era y la planta afianzará su futuro. Apenas una frase en una extensa comunicación canalizada desde la central del grupo en Madrid con el siguiente encabezado: 'Hito hacia la transformación eléctrica: Mercedes-Benz Vans reorganiza la red de producción en Europa'.
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Una frase que, en todo caso, vale 1.200 millones de euros. La inversión que, de forma escalonada, realizará la matriz del gigante automovilístico para ampliar instalaciones (quiere crecer en 23,8 hectáreas) y transformar sus procesos de montaje. Un desembolso milmillonario que coincide con 170 millones del reparto del primer PERTE de la Automoción. A priori dará estabilidad a más de 4.800 empleos directos, 30.000 indirectos, y al negocio de 600 proveedores. Pero también, un ecosistema en desarrollo que tiene Basquevolt como punta de lanza. Mercedes además de impulsar el proyecto de la gigafactoría, se ha comprometido a adquirir sus celdas de batería.
La confirmación oficial llega más de dos meses después de trascender que la gerencia de la planta había avanzado a sus mandos que la adjudicación del futuro modelo iba a ser un hecho. Tal y como reflejó entonces este periódico, en aquella reunión interna celebrada el pasado 26 de septiembre Emilio Titos, CEO de la compañía, pedía la «máxima implicación» a su equipo de confianza ante el nuevo horizonte: las primeras unidades con la nueva plataforma se fabricarán entorno a 2025. No se comercializarán hasta, al menos, un par de años después. El cronograma prevé también que durante al menos una década ese vehículo completamente eléctrico sobre VAN.EA -hoy ya fabrica otro modelo de baterías, el EQV- conviva con las Vito y Clase V de combustión e híbridas. La responsabilidad de pilotar esta nueva etapa será del ingeniero alemán Bernd Krottmayer, que relevará oficialmente a Titos el 1 de abril.
Lo que no disfrutará Vitoria con la VAN.EA será exclusividad. A diferencia de lo que sucede con los dos modelos citados (Vito y Clase V), las futuras furgonetas se compartirán con las plantas de Düsseldorf, Ludwigsfelde (Alemania) y Jawor (Polonia). Y aquí conviene hacer una distinción. La misma que realiza la propia multinacional. Tanto en las dos industrias alemanas como en Vitoria, los respectivos representantes de los empleados y la dirección pactaron que el nuevo modelo quedase condicionado «al acuerdo de las partes de la negociación colectiva. Se negociaron acuerdos para todas las plantas, que muestran claramente el camino hacia la transformación», se destaca.
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En Vitoria el pacto social costó y estuvo marcado por un periodo convulso, con nueve jornadas de paros promovidos por los sindicatos que hoy son mayoría en el comité de empresa (ELA, LAB y ESK). El convenio con vigencia hasta 2026 fue finalmente ratificado el pasado julio en una consulta a la plantilla, con el apoyo del 57% de los votos emitidos.
En el 'reparto' entre plantas, Vitoria fabricará (como se ha reseñado) «la nueva furgoneta de tamaño medio», Düsseldorf «la generación sucesora de la eSprinter y posteriormente algunas versiones del modelo chasis-cabina sobre la base VAN.EA» y Ludwigsfelde será «un centro de competencia para el carrozado personalizado de las eVans».
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El gran protagonismo de la comunicación corporativa que Mercedes-Benz lanzaba este lunes recae, sobre todo, en Polonia, donde se levantará la que será la primera planta puramente eléctrica del grupo. A ella se le asignará también la producción «en el futuro de las furgonetas grandes versión furgón (tipo eSprinter) sobre la base de VAN.EA».
Reparto de producción. La nueva plataforma se compartirá con dos plantas de Alemania y una polaca en construcción
Objetivo inmediato. La factoría pretende fabricar más de 153.000 unidades de sus actuales modelos el próximo año
Jawor, a cuatro horas de Varsovia, es considerada una ubicación idónea para la división de furgonetas de la multinacional porque permite, según destacó el director general de la división de furgonetas de la marca, Mathias Geisen, «optimizar los costes y la cadena de suministro, así como la producción eficiente de energía para las furgonetas de nueva generación».
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La incógnita, en todo caso, es que porción de la tarta VAN.EA le tocará a Vitoria. Meses atrás se habló de la salida de más de 200.000 unidades, e incluso de duplicar sus índices de producción actual. Está por ver.
A más corto plazo, para 2023, la empresa prevé superar las 153.000 unidades, una cifra similar a la que sirvió como referencia en el arranque de este año y que luego se ha revisado a la baja en dos ocasiones hasta dejarla en 141.781 unidades por las huelgas del verano, los problemas en el suministro de componentes y logísticos y la desactivación de jornadas laborables. Seis de una tacada este mes. De hecho, Mercedes parará el próximo jueves y no retomará la producción hasta el 2 de enero.
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La bautizaron con el acrónimo de 'Das Kleine Wunder' (la pequeña maravilla) y lo cierto es que era toda una proeza de la ingeniería mecánica para la época. Si se le pisaba bien, a fondo, prometía alcanzar los 80 kilómetros por hora. Lo nunca visto. La DKW (léase decauve) F89 tenía en su corazón un motor bicilíndrico de dos tiempos y una caja de cambios de tres marchas. La primera que salió de la planta vitoriana de Imosa (Industria del Motor S. A.), en 1954, la compró el madrileño Ramón Delgado. De aquel vetusto modelo, símbolo de la modernización, al eléctrico y futurista que la casa alemana producirá en Vitoria les separarán 70 años y una evolución tecnológica e industrial que se plasma en el catálogo 'Made in' Vitoria de Mercedes. De la combustión al electrón.
La DKW F89 se produjo durante casi una década en una factoría que en 1954 contaba con 11.300 metros cuadrados y que pasó a contar en solo nueve años con 80.000. Era 1963 y entonces obtuvo la autorización para iniciar a fabricar la F1000, que ya contaba con versión con motor diésel. Fue un modelo revolucionario que nació en una alianza con Volkswagen: de hecho, aquella furgoneta salió de la empresa vitoriana con los aros entrelazados de Audi. No fue hasta otra década después, en 1975, cuando las primeras furgonetas con la mítica estrella de Mercedes empezaron a salir de la factoría alavesa, que en 1972 había sido rebautizada como Mevosa (Compañía Hispano Alemana de Productos Mercedes Benz y Volkswagen).
La planta atravesó unos momentos durísimos a finales de los 70 y en 1981 Daimler Benz asumió el control y trajo la gama MB 1000, con diferentes capacidades de carga y con puerta corredera. Nueve años después, en 1990, se toma una decisión tan crucial como la que se acaba de anunciar: aquí en Vitoria se produciría la revolucionaria Vito, un éxito sin parangón que ha encadenado récords de ventas y se ha exportado por medio mundo.
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