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MásMóvil y Orange han dado el primer paso oficial y en firme hacia lo que puede ser su definitiva fusión a medio plazo. Ambas compañías han dado a conocer la firma de un acuerdo de negociación en exclusiva, cuyo objetivo no sería la creación de ... una 'joint venture'. Esto es, primero un periodo de aproximadamente un año sin que se produzca una efectiva integración de las sociedades, de tal forma que cada una de ellas mantendría no sólo su operativa comercial sino también su estructura societaria y sus cuentas de resultados separadas, para intentar caminar juntos a continuación. Tras esa primera etapa se crearía una sociedad conjunta al tiempo que se establece ya un compromiso para una tercera fase, aún en el aire, en la que la compañía gala Orange está llamada a ocupar el papel de líder y se reserva la posibilidad de lanzar una oferta tomar el control de lo que hoy es MásMóvil y con ello la operadora vasca Euskaltel.
La vía elegida por ambas empresas para caminar hacia la fusión es, cuando menos, original. Lo que está sobre la mesa es una especie de periodo de noviazgo, en el que las dos empresas se conocerían mejor, para progresar en su convivencia. Eso sí, ese periodo se configura ya como la antesala de un matrimonio en el que la multinacional francesa acabaría tomando el control. Y ello pese a que las actividades en España de la filial de Orange se han valorado en 8.100 millones de euros, mientras que MásMóvil alcanza un valor de 5.000 millones de euros, tras descontar su deuda. Según fuentes cercanas a la operación, la sociedad conjunta -al 50% entre MásMóvil y Orange, tras un reparto de dividendo extraordinario para equilibrar las valoraciones- serviría como vehículo para desarrollar la primera fase de la alianza y no entrará en funcionamiento hasta el segundo trimestre de 2023. Las mismas fuentes han indicado que existe ya el compromiso de que Meinrad Spenger, el actual consejero delegado de MásMóvil, se mantenga como primer ejecutivo de la sociedad conjunta que crearán ambas compañías. Orange, por su parte, se reserva la presidencia del consejo de administración y también la dirección financiera.
La sociedad resultante sería la propietaria «de importantes activos de red –señala una nota que han hecho pública ambas empresas- lo que le otorgaría una diferenciación competitiva en el mercado: Una red de fibra óptica ultrarrápida con presencia en todo el territorio nacional que alcanza los 16m de unidades inmobiliarias; una red móvil de última generación con cobertura nacional, que gestiona un volumen de tráfico muy relevante del mercado español».
La suma de ambas operadoras pasaría a ser el principal competidor de Telefónica, con ventas ligeramente superiores a los 7.500 millones de euros anuales. Ambas empresas ya apuntan que esta integración, incluso el mero acuerdo de intenciones que acaban de alcanzar, les va a dar el tamaño necesario para abordar una expansión importante con inversiones en el despliegue de fibra y también en la futura consolidación de las conexiones móviles con tecnología 5G. En la actualidad Movistar tiene una cuota de mercado en el entorno del 41,5%, seguida por Vodafone con el 19%. La suma del grupo MásMóvil y Orange daría al operador resultante de esta fusión una cuota del 29,4%, que le situaría como segunda en el ranking nacional.
El acuerdo encaja en el proceso de consolidación del sector de las telecomunicaciones, que reacciona con fusiones ante la enorme competencia en el negocio, el estrechamiento de márgenes y las limitadas posibilidades de crecimiento.
Para el País Vasco, una fusión definitiva de ambas empresas supondría un alejamiento aún mayor del centro de decisión de la operadora vasca Euskaltel, que fue adquirida por MásMóvil el pasado verano, tras el lanzamiento de una OPA. No hay que perder de vista que el principal centro de decisión de Orange, compañía que ya se vislumbra como futura propietaria de todo el grupo, se encuentra en París. El presidente del comité de empresa de Euskaltel, Javier Blanco, ha mostrado su preocupación ante la evidencia de que "este tipo de operaciones siempre conlleva medidas traumáticas".
Mientras tanto, la consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, ha lanzado un mensaje de tranquilidad en una comparecencia pública, al asegurar que este acuerdo "respeta los compromisos y las garantías que se pactaron con la compra por parte de MásMóvil". Unas garantías que, fundamentalmente, hacen referencia al mantenimiento de la sede social de Euskaltel en el País Vasco, así como la marca.
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