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El desarrollo del vehículo eléctrico depende no sólo de que haya coches y autobuses propulsados por baterías, sino también de la existencia de una tupida red de puntos de recarga en espacios públicos y en domicilios que asegure el avituallamiento. Como la tecnología industrial ... cada vez está más preparada y el tránsito hacia la movilidad eléctrica es una realidad e incluso una exigencia de las administraciones públicas, Iberdrola ha decidido pisar el acelerador, potenciar su estrategia de instalación de puntos de recarga en lugares públicos y en domicilios.
Se trata de una apuesta fuerte, a la que el grupo energético va a destinar 150 millones de euros en cinco años. De esta forma quiere instalar nada menos que 150.000 puntos de recarga de vehículos eléctricos, lo que supone duplicar el plan Smart Mobility, presentado en marzo de 2018, cuyos objetivos eran instalar 25.000 puntos de recarga en cuarto años. Toda la energía de estos puntos procederá de fuentes de generación renovables certificadas.
Hasta el momento, Iberdrola ha instalado 5.000 cargadores eléctricos por toda España. De estos, 400 son puntos de recarga rápida operativos en carreteras y autovías. Asimismo, la compañía cuenta con otros cerca de 1.600 cargadores en diferentes etapas de desarrollo en vía pública: de estos últimos, más de 300 estarán operativos próximamente.
El responsable global de Smart Mobility de Iberdrola, Luis Buil explica que «hemos revisado nuestro plan inicial y hemos apostado por trabajar en un marco de actuación más ambicioso, en términos de inversión y capacidad de la infraestructura, para seguir dando respuesta al crecimiento exponencial que prevemos registre la movilidad eléctrica a partir de este año«.
Para ello ha suscrito acuerdos con la práctica totalidad de fabricantes de vehículos, así como con asociaciones y concesionarios. También ha cerrado acuerdos para la instalación de puntos de recarga en las estaciones de servicio de cadenas como Avia (Esergui), Ballenoil y Valcarcel, así como Ikea, McDonald's, Auchan, y empresas como Telefónica o Red Eléctrica Española (REE) y cadenas de hoteles.
Iberdrola apostará por el despliegue de cargadores de carga rápida y pondrá a disposición estaciones ultra-rápidas (350 kW) cada 200 kilómetros, súper rápidas (150 kW) cada 100 kilómetros y rápidas (50 kW), cada 50 kilómetros.
Este plan de inversiones se desarrollará principalmente en España, pero también supondrá un trampolín para extender este modelo a los otros mercados donde opera Iberdrola, como es son del Reino Unido, Portugal e Italia.
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