Las grandes empresas contratan a cazatalentos para incluir a más mujeres en sus consejos

Lo de la CNMV es una recomendación, no una obligación, pero las empresas se la toman muy en serio porque cada vez es mayor la presión desde todos los ámbitos para que aumente la presencia femenina en los puestos de poder. Unas compañías lo harán convencidas y otras no, pero todas quieren salir bien en la foto. Las cotizadas están más urgidas debido a su alta exposición, pero la Ley de Igualdad también obliga a las no cotizadas a avanzar en este sentido.

La demanda es, por tanto , creciente. ¿Y la oferta? ¿Hay suficientes candidatas? En general los 'headhunters' aseguran que sí, aunque siempre que las empresas no sean muy estrictas en pedir experiencia previa en otros consejos, porque en ese caso se acota mucho la lista. Por eso hay varias mujeres muy 'cotizadas', presentes en tres y hasta en cuatro consejos de administración a la vez. Pero también coinciden en que hay un 'cuello de botella' en la alta dirección, que es la cantera de donde salen las consejeras. «Hay que asegurarse de que lleguen hasta el banquillo. Ahí está la clave», apunta Mayte Martínez, directora general de la firma de 'headhunters' Talengo.

Recuerda esta experta que la incorporación de las mujeres corre paralela a una reforzada «profesionalización» de los consejos de administración y se exige a personas con currículos excelentes. «Ser consejero implica riesgos y responsabilidades legales. Requiere de preparación y dedicación. No es sólo asistir a reuniones», explica. Eso sí, es una labor bien remunerada, con una media de 210.000 euros para los consejeros no ejecutivos en las empresas del Ibex-35 y de 89.000 euros para el resto de compañías cotizadas.

Ramón Gómez de Olea, responsable en España de la firma de 'headhunters' Russell Reynolds, advierte de la dificultad de llegar a los umbrales de la CNMV dado el alto nivel de exigencia para las candidatas. «Las 'senior' con experiencia ya están saturadas porque, como mucho, pueden atender tres consejos a la vez. Luego están las directivas de alto nivel con cargos ejecutivos, que en el mejor de los casos pueden estar en un consejo. Así que ya se nota cierta escasez y el futuro pasa por poner mecanismos que garanticen el acceso de las mujeres a los puestos directivos», señala.

Según explica, la demanda de las empresas se centra en mujeres con experiencia en gestión que, por ejemplo, hayan desempeñado cargos de directora financiera, consejera delegada o socia de auditoría. «Pero no hay suficientes», apunta.

Un recorrido por los fichajes del año pasado da una buena idea del perfil de las mujeres que están entrando en los consejos. En el Ibex-35 se han incorporado 23, hasta sumar un total de 126. Son abogadas, economistas, ingenieras... Entre ellas figuran nombres vascos como la catedrática Sara de la Rica, que ha dado el salto a la matriz de Iberdrola; Arantza Estefanía, que ha sido socia directora del despacho Uría & Menéndez en Bilbao y ha entrado en Repsol; la exministra Cristina Garmendia, que se ha incorporado a CaixaBank, un puesto que suma al de Mediaset, Logista e Ysios; o la presidenta del club de fútbol Eibar, Amaia Gorostiza, que ya estaba en Dominion y la han fichado para Ence.

Las 17 cotizadas vascas incorporaron a siete consejeras, con lo que ahora suman un total de 47 sobre 189. También aquí se observa esa práctica de recurrir a nombres con experiencia: por ejemplo, Tubacex ha contratado a la expresidenta de Siemens Gamesa Rosa García, presente en varios consejos, y Vocento a Koro Usarraga, que ya ocupa un puesto en CaixaBank; de la misma forma Gestamp ha fichado a Marieta del Rivero, con sillón en Cellnex.

Así que con objeto de ampliar la base de datos e incorporar nuevas profesionales, la Asociación de Empresarias y Directivas (AED) de Bizkaia ha impulsado la primera escuela de Euskadi para ayudar a dar el salto de directivas a consejeras. Arranca el día 18. «La respuesta ha sido tremenda. Ya se ha llenado el curso para este año con 21 mujeres y hay lista de espera para el siguiente», explica la presidenta, Carolina Pérez Toledo. «La idea es dar más visibilidad a las candidatas porque hay muchas mujeres preparadas», dice.

La catedrática de la UPV Sara de la Rica (Bilbao, 1963) no tenía ningún plan de ser consejera. Estaba volcada en sus estudios sociolaborales. «Una compañera investigadora me dijo que estaban buscando un perfil como el mío en Iberdrola y que si les podía dar mi nombre». Le llamaron y lo debatieron. En el marco de esas conversaciones habló con el presidente, Ignacio Galán. «Yo le advertí de que no sabía nada de energía, pero él me explicó por qué me querían incorporar. Me dijo que el negocio lo dominan los ingenieros de la compañía. Que su interés por mí venía de mis conocimientos en capital humano. Están muy concienciados del reto que supone atraer y retener talento».

Ese es el relato de sus inicios como consejera, cuando entró en Iberdrola España, filial del holding, una incorporación que se materializó en la junta de 2017. De la Rica se convirtió así en la primera mujer en formar parte del órgano de gobierno de esa parte de la empresa. Para su sorpresa, la carrera no se paró ahí. En el otoño del año pasado volvió a recibir una llamada del presidente de la eléctrica. «Me querían subir a la matriz». Su nombramiento se formalizó el año pasado y con ella el número de consejeras pasó a seis, lo que situó a Iberdrola a la cabeza de todas las grandes empresas de España en diversidad de género, con un 46% de mujeres en su sanedrín.

- ¿No hay mucho marketing en todo esto?

- Mi experiencia se limita a Iberdrola y he de decir que su apuesta por colocarse a la cabeza en las buenas prácticas de gobierno corporativo es muy clara. Es una de las grandes eléctricas del mundo y los inversores institucionales accionistas exigen ese compromiso con la sostenibilidad y aspectos como la calidad del empleo.

- Las remuneración de Iberdrola a los consejeros no ejecutivos supera los 200.000 euros si se incluye la participación en comisiones. ¿No es mucho?

- Es una remuneración alta, pero también es mucha la responsabilidad.

- El consejo debe responder de situaciones como 'el caso Villarejo'.

- Hemos tenido reuniones extraordinarias por esa cuestión, pero he de preservar la confidencialidad.

En los últimos meses De la Rica ha recibido llamadas de directivas vascas interesadas en dar el salto a consejeras a raíz del programa lanzado por la asociación AED. «Como mucho les puedo explicar lo que supone esta responsabilidad».

Por su trayectoria, Marieta del Rivero (Madrid, 1965) tiene muchas de las claves sobre la incorporación de la mujer a los consejos de administración. Era una alta directiva de compañías de telecomunicaciones como Nokia o Telefónica y en un momento de su vida decidió dejar las responsabilidades ejecutivas y convertirse en consejera independiente. En la actualidad ocupa sendos sillones en Cellnex -dedicada a las infraestructuras de telecomunicaciones- y en el grupo vasco de automoción Gestamp. Pero ahí no acaba todo. Dada su experiencia, le fichó hace dos años la firma de 'headhunters' Seeliger y Conde, con lo que ahora está directamente implicada en esa labor de búsqueda de candidatas a entrar en los órganos de gobierno de las empresas españolas.

- ¿Cómo fue su reconversión a consejera independiente?

- Fue en 2016 cuando decidí dar ese giro. Para prepararme me apunté a un programa. Duraba seis meses y estaba orientado a dar el salto de directiva a consejera; de hecho, así se denominaba. Al acabar, un 'headhunter' me propuso entrar en Cellnex y me convertí así en la primera mujer en su consejo de administración. Ahora ya tienen a cuatro. El año pasado me propusieron incorporarme a Gestamp.

- Y ahora es también es 'headhunter'.

- Eso es. Hace dos años me llamó Luis Conde, fundador de Seeliger y Conde, y me propuso entrar en la firma por mi experiencia en empresas tecnológicas, aunque también para ayudar en esa tarea de buscar mujeres para consejos de administración y puestos directivos.

De hecho, Del Rivero se ha tomado casi como algo personal el demostrar que «hay mujeres preparadísimas» para entrar en los órganos de gobierno de las grandes empresas. «Solo hace falta voluntad de encontrarlas». Explica que antes los clientes pedían experiencia previa y entonces la lista se acotaba mucho. De ahí que siempre se recurriese a los mismos nombres. «Pero ahora se muestran más abiertas a personas nuevas», subraya. Ella ha elaborado un archivo con 700 «aconsejables», como las denomina.

Considera que su incorporación podría ser más rápida si se redujese el tiempo máximo de permanencia en los consejos, que en España alcanza los doce años. «En el Reino Unido, por ejemplo, está en los nueve», subraya.

Ingeniera de telecomunicaciones, Nuria López de Guereñu (Eibar, 1969) está acostumbrada a abrirse camino en entornos dominados por los hombres. Fue la primera mujer en ocupar la cartera de Transportes en el Gobierno vasco y también la primera en ser secretaria general de Confebask, cargo que ejerció de 2011 a 2014. Pero cuando le propusieron entrar en 2015 en el consejo de Tubacex no estaba sola, ya había una mujer en el órgano de gobierno. Ahora hay cuatro.

- ¿Cree que influyó el hecho de ser mujer en la decisión de Tubacex de ficharle como consejera?

- No tengo conciencia de ello, aunque es una compañía que siempre ha estado muy avanzada en todos los aspectos. Yo creo que lo que más les interesaba de mi perfil era mi experiencia en Confebask, sobre todo en materia de relaciones laborales. Y, bueno, también tenía la experiencia en consejos de empresas públicas como Eusko Trenbideak de mi etapa en Transportes. Mi nombre salió en la comisión de nombramientos.

López de Guereñu se tomó muy en serio el cargo. «Considero la labor de consejera como una profesión y me he estado formando para ella», afirma. Así, al año siguiente de entrar en Tubacex se apuntó al Instituto de Consejeros-Administradores. «Es una especie de órgano colegial. Te mantiene al día de las nuevas regulaciones. Estoy en la comisión de auditoría y se ha endurecido mucho la supervisión».

- ¿Considera adecuado que se establezcan cuotas de presencia femenina en los consejos? Cabe el riesgo de que se cuestione el mérito de las mujeres que llegan ahí.

- Creo que sirve para catalizar la diversidad de género y estoy convencida de que hay mujeres con una preparación enorme para acceder a esa responsabilidad. Lo que pasa es que muchas no llegan por todos los obstáculos que hay. El techo de cristal sigue ahí. Por eso me parece bien que se impulse su presencia. Les da visibilidad y así otras mujeres se plantean esa posibilidad.

Le da rabia que se critique el hecho de que haya mujeres que estén en varios consejos a la vez. «El debate sobre cuántos se pueden compatibilizar puede tener su lógica, pero no entiendo que se centre en las mujeres cuando hay hombres en la misma situación». Advierte también de que en las patronales vascas queda camino por recorrer para la igualdad de género.