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Lo habían pactado los sindicatos y la empresa. Siemens Gamesa se había comprometido a localizar en el mercado mundial test para detectar el Covid-19, con el objetivo de detectar enfermos asintomáticos en su plantilla y evitar la extensión del contagio. Principalmente ante la vuelta a la actividad en sus plantas industriales esta semana, pero no sólo. También entre el personal de mantenimiento de parques eólicos, que forma parte de los servicios esenciales y que no ha dejado de trabajar desde que se decretó el estado de alarma.
Pero no ha podido ser o, al menos, no se ha podido desarrollar en su totalidad este compromiso. El Gobierno español ha requisado una partida de test –unas 2.000 unidades- que la empresa había adquirido directamente en China. La operación no tienen nada que ver con la orden ministerial que ha mando intervenir en los laboratorios para regular el precio de estos test.
Fuentes no oficiales de la compañía –las oficiales «no hacen comentarios»- han asegurado que ya se habían realizado unos 200 test a los trabajadores de mantenimiento de parques eólicos y que dado que esa partida no ha sido requisada se intentará completar el proceso, hasta agotar las unidades disponibles.
El asunto ha generado incluso polémica interna en la compañía, aseguran esas fuentes, ya que las opiniones están divididas. De un lado, todo el mundo es consciente que el decreto de estado de alarma obligaba a todos los particulares a hacer una declaración en torno a su disponibilidad de equipos de protección y también de test de detección del coronavirus, para ponerlo a disposición del Gobierno central. El Ejecutivo de Pedro Sánchez y también las comunidades autónomas están encontrando notables dificultades para abastecerse de este tipo de material, ante un mercado internacional que tiene un exceso de demanda y escasez de oferta.
Así, mientras que una parte de la plantilla de Siemens Gamesa entendía que esos test adquiridos por la compañía debían ser «donados» a la sanidad pública española, otros estimaban que cumplían el objetivo para el que se habían adquirido: detectar infectados asintomáticos y evitar la propagación de la enfermedad en la plantilla. Junto a esa tesis, además, se pone de relieve el hecho de que Siemens haya sido capaz de adquirir este tipo de pruebas sin demasiados problemas –al parecer utilizando su experiencia de compras en China-, en contraposición a las dificultades que encuentra el Gobierno español para materializar adquisiciones de este tipo.
La empresa ha transmitido a los sindicatos su compromiso de realizar los test cuando sea posible, aunque para ello será necesario que el Ejecutivo levante las restricciones a la adquisición y uso de estas pruebas.
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