Euskaltel nombra presidente no ejecutivo a Xabier Iturbe, número dos de Kutxabank

El acceso de Iturbe a la presidencia no ejecutiva de Euskaltel implica un gesto relevante con vistas a mostrar el compromiso y el arraigo de la operadora con Euskadi, dado su perfil próximo al Partido Nacionalista Vasco y su demostrada ligazón con los entramados institucionales y sociales del país.

La figura de Iturbe aporta una línea continuista a una compañía que, con el nombramiento en junio pasado, también por unanimidad, de José Miguel García como consejero delegado y con el ascenso de la firma británica Zegona como mayor accionista (con el 21% del capital), había generado muchos recelos y temores de deslocalización. Máxime cuando a los pocos días firmó numerosos despidos; eso sí, con la anuencia de todo el consejo.

Por tanto, la elección de un gestor vasco para el cuarto relevo en la presidencia de la operadora no es casual. Estaría en línea con las afirmaciones que la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, realizó la pasada semana en el Parlamento vasco al asegurar que «la sede social, el mantenimiento del centro de empleo y las actuaciones» de Euskaltel en el País Vasco «están a día de hoy garantizadas». Tapia recordó que el 25% del capital de la firma continúa en manos vascas, lo que a su juicio garantiza el arraigo.

En su comunicación oficial a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la compañía destacó de su nuevo presidente -que accede al consejo formalmente como independiente- «su conocimiento del tejido empresarial e institucional del País Vasco», así como su capacidad de dirección y coordinación de equipos de trabajo especializados. En esta línea, añadió que Iturbe «aportará su experiencia y visión estratégica a largo plazo, al tiempo que velará por los intereses de los diferentes 'stakeholders' (grupos de interés) de la compañía».

Iturbe asume el puesto que deja Alberto García Erauzkin, quien tras 21 años en distintas responsabilidades directivas en la casa (los últimos ocho como presidente ejecutivo, condición esta última que perdió a la llegada de José Miguel García) había presentado su dimisión minutos antes en la misma reunión.

Además del nombramiento del nuevo presidente, el consejo de Euskaltel mantiene como consejero independiente de la compañía al presidente de la Cámara de Bilbao, José Ángel Corres, pero ya no como consejero coordinador, porque al haberse separado las funciones ejecutivas de la presidencia esta figura ya no es necesaria.

Durante la gestión de Alberto García Erauzkin la compañía se consolidó en el segmento de la telefonía móvil, para salir a Bolsa en 2015 y después emprender una estrategia de crecimiento fuera de Euskadi, con la compra de la gallega R Cable en 2015 y de la asturiana Telecable en 2017. Esta última operación fue la que dio acceso a Zegona al accionariado de la compañía vasca.

Sin embargo, en los últimos años Euskaltel ha tenido dificultades para profundizar en su expansión territorial, que es precisamente la gran promesa de José Miguel García. «Queremos ser la única empresa vasca de telecomunicaciones que opera a nivel nacional», dijo recientemente a EL CORREO tras desmentir que a día de hoy se vaya a vender la red de fibra óptica, como había sugerido Zegona desde Londres. A la espera de que se consoliden los cambios internos que el nuevo consejero delegado ha introducido en Euskaltel - integrando en una única unidad operativa las tres compañías, pero manteniendo sus marcas en sus respectivas áreas de influencia-, hay una gran expectación por ver cómo se materializa la nueva estrategia de expansión y si se hace a través de la marca Virgin.

Además de los nombramientos, el consejo de administración hizo ayer un guiño a los accionistas al aprobar el dividendo a cuenta con cargo al ejercicio 2019. Así, ha fijado 0,14 euros por acción pagaderos en febrero de 2020.

Ante la expectativa del nombramiento del nuevo presidente de Euskaltel, la acción de la compañía subió ayer un 1,21%, hasta los 8,35 euros. En lo que va de año el título se ha revalorizado un 23%.