
La dramática situación que vivimos en marzo, abril y mayo desencadenó una gran movilización publico-privada para proveerse de productos sanitarios básicos como mascarillas, guantes ... y respiradores. En esta alianza vasca jugó un relevante papel el impulso de la sociedad pública de desarrollo empresarial SPRI -tiene delegación en China-. Se da la circunstancia de que su actual director general, Alexander Arriola, estuvo desplazado en el gigante asiático entre 2003 y 2011 como jefe de compras de multinacionales como CIE Automotive y Siemens Gamesa. Entre la SPRI, 16 asociaciones sectoriales Cluster, la cooperativa Ategi (central de compras de la Corporación Mondragon, con delegación en China) y las 75 plantas productivas de empresas vascas en el Gran Dragón se configuró una especie de puente aéreo de emergencia. Analizaron conjuntamente las necesidades para Osakidetza y para mantener activas las empresas esenciales en Euskadi y planificaron estrategias conjuntas de compras.
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«No éramos nuevos en China, ya teníamos contactos, sabíamos como funcionaban las empresas y distribuidores, pero fue una situación excepcional. La urgencia era total. Todos los países estaban allí tratando de comprar, aquello era una gran subasta, los precios subían sin cesar», recuerda Arriola. Gracias a esta experiencia y a la red diseñada, Euskadi logró llegar directamente a los proveedores, evitando intermediarios oportunistas que surgieron por doquier. Si comprar fue difícil y el transporte no le fue a la zaga, había que traer todo por avión, lo que encarecía aún más los costes.
El director del Cluster de Alimentación, Jon Ander Egaña, recuerda que «era una odisea, había retrasos, sobreprecios, confiscaciones. Yo hablaba a diario con nuestro contacto en China y cada día había un problema nuevo». Recuerda cómo el más mínimo error o imprecisión en la documentación -«una letra mal puesta o detalle- hacía que las autoridades chinas paralizasen los envíos». Egaña relata que «en nuestro caso el trabajo conjunto con SPRI, Ategi y la fundación Hazi fue determinante. Hubo mucho altruismo y también desde las empresas se donaron EPIs a Sanidad». Egaña no olvida los esfuerzos que hubo que hacer para dotar de trajes prpotectores a la flota pesquera vasca.
Paralelamente, el Gobierno autonómico y el mundo empresarial vasco, recuerda Arriola, «trabajamos en el desarrollo de cadenas de producción locales de productos sanitarios, con prioridad en mascarillas, guantes y respiradores».
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El primer hito de 'reindustrialización' son las mascarillas. Euskadi se ha convertido en tiempo récord en una 'potencia industrial' capaz de fabricar 200 millones de unidades al año de la mano de Bexen Medical, la alianza empresarial Wolfratex, la ampliación de Nueva Sibol y Teknika. La cooperativa Onnera hará otros 100 millones en su filial de Córdoba.
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