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Los avances de Grifols en las últimas semanas para recuperar la confianza del mercado amenazaron este martes con caer en saco roto. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidió suspender la cotización de la compañía pocas horas antes de su presentación de resultados ... y después de que Deloitte advirtiese de «discrepancias contables no monetarias» relacionadas con su acuerdo de colaboración con InmunoTek, así como su participación del 20% en Shangai RAAS que vendió el pasado mes de junio.
Tras conocerse la información, Grifols remitió un documento al supervisor en el que reconoce que «a consecuencia de una incorrecta contabilización» ha «reexpresado» sus estados financieros intermedios consolidados del primer semestre. En concreto, la compañía catalana apunta que registró 457 millones de euros por la operación que no deberían haberse incluído y que deben restarse del patrimonio neto, según las prácticas contables para los ejercicios del 2020 al 2023.
Desde la firma, no obstante, ya han informado al supervisor de esta situación y recuerdan que las cifras «no tienen impacto material en los resultados, ni en la generación de flujo de caja, ni en el ratio de apalancamiento».
En todo caso, Grifols se ha visto obligada a reformular sus cuentas para mantener registrado el ajuste. Según el documento remitido a la CNMV, el impacto supondrá una reducción en el resultado y en el ebitda del grupo de 14 y 12 millones de euros, respectivamente. Del mismo modo, la compañía reexpresará las cifras comparativas de los ejercicios 2023 y 2022, que se presentarán también en las cuentas anuales de 2024, con una reducción en los resultados y el ebitda de 17 millones y 13 millones en el ejercicio 2023 y 23 millones de euros y 20 millones de euros en el ejercicio 2022.
Con ese telón de fondo, la compañía decidió adelantar la presentación de sus cuentas antes del cierre del mercado, con el objetivo de poner freno a las caídas previas a la suspensión de negociación. En concreto, la firma anunció su vuelta a beneficios con 36 millones de euros entre enero y junio, frente a los 70 millones de pérdidas de hace un año. Algo que tranquilizó en cierto sentido a los inversores, que vieron cómo la empresa volvía a cotizar con caídas más moderadas, del 0,9%, al cierre de la sesión y tras la decisión de la CNMV de levantar la suspensión.
No obstante, todas las miradas del mercado estaban en la evolución de su flujo de caja y de su apalancamiento, dos de las referencias que en los últimos meses han generado mayores quebraderos de cabeza a la firma, tras el demoledor informe de Gotham City Research en el que este fondo bajista acusaba a la compañía de maquillar cuentas para ocultar deuda.
Según los resultados remitidos a la CNMV, aunque entre abril y junio se lograron 57 millones de euros en flujo de caja libre, la cifra sigue en negativo en el conjunto del semestre. En concreto, den 196 millones de euros. Por su parte, la deuda financiera neta se situó en 9.396 millones de euros, un 11% menos que a cierre de 2023.
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