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La energía, la transición que está asociada a los carburantes y las consecuencias de la crisis desatada desde hace meses y que la invasión de Ucrania no ha hecho sino aumentar, han sido el eje central de la mesa redonda organizada este miércoles por la ... patronal vizcaína Cebek, como parte de su asamblea anual, en la que han participado la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia; el catedrático de Derecho Internacional de la UPV, Juan José Alvarez; el director general de negocio de Iberdrola, Armando Martínez y el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
Imaz y Tapia han coincidido en criticar el hecho de que al mismo tiempo que se denuncia «el elevado precio del gas», se haya renunciado a la exploración de las reservas de este combustible. Algo que ya se decidido por ley en España y que también fue respaldado por el Parlamento vasco. «No tenemos recursos suficientes porque hemos decidido no explotarlos, pero no nos importa traer un buque de gas desde Estados Unidos», ha apuntado la consejera en tono crítico.
La mesa redonda ha servido para apreciar las dos sensibilidades que existen en torno a la transición energética, con dos mensajes muy diferentes. De un lado el protagonizado por Imaz, que ha apostado por «revisar el ritmo» de esa transición para acomodarlo a las capacidades que existen y de otro el de Armando Martínez -en la práctica el número dos de Iberdrola-, que ha apostado por mantener el reto porque, ha insistido, «no hay que perder de vista el objetivo».
Imaz ha lanzado un mensaje crítico porque, en su opinión, «cada vez tenemos un parque automovilístico más viejo y hay que reconocer que algo hemos hecho mal en la descarbonización, porque analizo los resultados«. »Nos estamos cargando la industria del automóvil, la gente no puede pagar los costes de la energía, muchas industrias se ven obligadas a parar su producción y cada vez se emite más CO2», ha añadido.
Armando Martínez, ha destacado «que la sociedad quiere una energía más limpia, de tal forma que quienes han comprado ya un vehículo eléctrico declaran que jamás volverían a adquirir un vehículo de combustible». También ha llamado la atención sobre el hecho de que la transición energética «plantea un gran negocio» para las empresas que estén dispuestas a arriesgar en tecnologías que ya están ahí pero en torno a las cuales hay que asumir riesgos. «Hay que apostar por lo verde», ha insistido el directivo de Iberdrola.
Arantxa Tapia no se ha cortado a la hora de mandar un mensaje en clave al directivo de Iberdrola sobre el proyecto que respalda esta compañía para instalar una planta de producción de baterías de vehículos en Sagunto. «Esas baterías -ha recordado la consejera- van a llevar celdas chinas. ¿No sería mejor acceder y apostar por esa tecnología para no tener que depender de China?».
Imaz y Martínez, también han discrepado respecto a la decisión de intervenir el precio del gas, como ha decidido el Gobierno español con el respaldo de la UE. El consejero delegado de Repsol se ha mostrado «a favor de la medida», mientras que el director general de Iberdrola ha advertido «que no estamos en una isla energética», al tiempo que ha anticipado que «poner medidas coyunturales puede estropear otras cosas y, por ejemplo, provocar una mayor exportación de energía».
Tapia también ha enviado un mensaje conciliador a los empresarios en torno a la polémica de las últimas semanas. Así, ha dicho odiar «la palabra autocomplacencia» -con la que no pocos analistas definen la actitud del Gobierno vasco en torno a la economía vasca- porque cree que se «malinterpreta cuando decimos que hay un dato bueno. Claro que es mejorable, pero hay datos buenos». Así, ha recordado que Euskadi esta por encima de la media europea en la inversión en Investigación y Desarrollo, pero ha dicho que la actitud correcta no es quedarse conforme «sino trabajar para poder compararnos con los mejores en Europa».
El catedrático Juan José Alvarez, que acaba de presentar su dimisión como miembro del grupo fundador Zedarriak que elaboró el informe crítico sobre la coyuntura económica, ha advertido que los «tiempos de la política y de la empresa son diferentes», pero ha abogado por profundizar en «diagnósticos compartidos». Una estrategia que, ha advertido, es la contraria a «los narcisismos mediáticos», aunque no ha aclarado a quién o a quiénes se refería.
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