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iratxe bernal
Lunes, 26 de septiembre 2022, 01:25
Hace dos años se puso de moda compartir en las redes sociales fotografías tratadas para envejecer el rostro pese a que los expertos en ciberseguridad advirtieron del riesgo que implicaba. Tras algunas de las 'app' que lo hacían posible hay empresas que no dan demasiados detalles sobre cómo tratan las imágenes ni desvelan si almacenaban tanto las fotos como los metadatos de quienes las utilizan. Es decir, no nos aseguran que esa foto no sea empleada algún día para usurpar nuestra identidad en la Red o incluso para elaborar vídeos falsos. La tecnología posibilita eso y mucho más, que ahí tenemos a Lola Flores presumiendo de acento desde el más allá algorítmico.
Sin necesidad de demostrar tanto nivel, los hackers pueden hoy fácilmente extraer una fotografía de nuestras redes sociales y configurarla sobre su propio rostro para falsificar un 'selfie' con el que contratar prácticamente cualquier servicio. Que lo consigan o no depende de las medidas de seguridad que desplieguen las empresas. En algunos casos, se la juegan frente a la ley, que para evitar el blanqueo de dinero o la financiación del terrorismo, las obliga a contrastar los datos que les ofrecen sus clientes o proveedores. En otros, corren el riesgo de dar de alta a menores que no deberían acceder a sus servicios o a alguien que, sencillamente, no está dispuesto a pagárselos.
Para filtrar adecuadamente a sus clientes acuden a firmas como NeoCheck, 'startup' que desarrolla sistemas online de verificación de identidad a tiempo real tanto para empresas como para administraciones públicas. Sus fundadores, Héctor Insausti y Marcos Sánchez, proceden de Avalon Biometrics y Gemalto, en las que implementaron algunos de los programas que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de diferentes países emplean en el control de fronteras para comprobar la autenticidad de la documentación que presentan los viajeros y la ausencia de éstos en determinadas listas negras. Los conocimientos y contactos de aquella época les animaron a establecerse por su cuenta y lograr, por ejemplo, trabajar para el Gobierno de México, obligado a poner más atención a los accesos a sus cárceles tras la fuga -la segunda- de 'El Chapo' Guzmán.
El año pasado decidieron aparcar un poco el desarrollo de proyectos por encargo para centrarse en el desarrollo de su propia plataforma de verificación. «Todas las empresas que, ya sea por voluntad propia o por obligación legal, acuden a este tipo de sistemas quieren evitar que ese paso se convierta en un engorro para el usuario final, de modo que lo que demandan son soluciones que sumen fiabilidad y rapidez», subrayan.
Para compaginar ambas cosas han desarrollado un sistema que aúna visión por computador, inteligencia artificial y aprendizaje automático para cerrar en menos de treinta segundos un proceso que arranca cuando, sin salir de su web, la empresa nos deriva a la plataforma de NeoCheck. Allí, nos solicitarán una imagen de un documento identificativo, que, en función de las necesidades de verificación de la empresa, es sometido hasta a tres niveles de control.
Después pedirían que nos hagamos un 'selfie' o realicemos una videollamada, que el sistema de visión por computador no sólo cotejará con la foto que aparece en el documento identificativo; además, registrará nuestros rasgos y movimientos característicos para asegurarse de que el dispositivo que capte la imagen está efectivamente ante una persona y no una foto o un vídeo renderizado como el de Lola Flores. Finalmente, cuando la identificación se ha dado por buena se comprueba que no estemos incluidos en las listas de control que interesen a la empresa, desde las de morosos a las de notificaciones rojas sobre fugitivos de la Interpol.
Eso en la primera toma de contacto. A partir de ahí, sin que ni siquiera seamos conscientes de ello, en cada interacción el sistema también comprobará que seamos nosotros y no un tercero quienes hacemos una compra o una transferencia comprobando, por ejemplo, la IP de nuestros dispositivos o su localización. Si en esa evaluación encontrara alguna irregularidad nos pedirían que, a modo de fe de vida, demostremos nuestra identidad sacándonos una foto en ese instante.
La firma, que facturó el año pasado 181.000 euros que en 2022 espera duplicar, tiene abierta una ronda de financiación de 500.000 euros que les permitirá buscar socios estratégicos para entrar en el mercado latino y estadounidense y continuar desarrollando su tecnología para la creación de identidades digitales. Para lograrlos acudirá los próximos días 18 y 19 de octubre a B-Venture, el evento de 'startups' organizado por EL CORREO con el patrocinio del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, la agencia de desarrollo SPRI, la Diputación foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao, y la colaboración de BStartup de Banco Sabadell, BBK, Laboral Kutxa, CaixaBank, BBVA y la Universidad de Deusto.
Proporciona a empresas y administraciones públicas herramientas de verificación de identidad basadas en la Inteligencia Artificial
La UE ya está realizando pilotos para lanzar un monedero digital que sea aceptado en todos los países miembro y que nos dará la opción de 'portar' en nuestro móvil documentos oficiales, como el DNI, el permiso de conducir o los títulos académicos, además de otros como cuentas bancarias. Un futuro que «a nivel tecnológico ya está aquí» y para el que NeoCheck desarrolla soluciones en colaboración con la proveedora de firma electrónica certificada e identidades digitales Validated ID. «Se trata de dar a los ciudadanos una identidad soberana que les dé pleno control de sus datos y les permitan determinar quién y para qué accede a ellos», explican Sánchez e Insausti.
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