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La firma británica Zegona comunicó este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores que pasa a ser el primer accionista de Euskaltel, algo que perseguía con mucho interés desde hace meses, tras haber elevado su participación y capacidad de influencia ... hasta casi el 21% del capital social de la operadora vasca. En concreto, hasta el 20,94%, lo que le sitúa por delante de Kutxabank, cuya venta progresiva de acciones en esta empresa le ha llevado desde ostentar el control absoluto hasta el 19,88% de la actualidad. Fuentes de Zegona señalaron a EL CORREO que «con este 21% no necesitamos más para comenzar a actuar». Algo que cabe interpretar como el inicio de una nueva fase en la que, como ya han anticipado, perseguirán cambios sustanciales en la estrategia de la empresa vasca de telecomunicaciones presidida por Alberto García Erauzkin.
Zegona aprobó una ampliación de capital y cerró acuerdos para obtener créditos de Barclays y de la operadora británica Virgin, con los que reunió algo más de 140 millones de euros que iban a dirigirse a adquirir acciones de Euskaltel. Aunque no ha desvelado las cifras de su inversión en esta fase, todo apunta a que aún dispone de unos 70 millones como 'potencia de fuego', un dinero líquido disponible para comprar más títulos de Euskaltel si necesita reforzar su influencia.
Su posición accionarial anterior, con apenas el 15% de las acciones, no le satisfacía y quería dar un salto cuantitativo. También cualitativo, porque Zegona no ha ocultado que quiere hacer cambios profundos en el equipo directivo de Euskaltel -llegó a anunciar la contratación de José Miguel García, ex consejero delegado de Jazztel-, así como un cambio de rumbo radical en su estrategia de negocio y en su proceso de expansión.
Entre los detalles de la estrategia que Zegona quiere aplicar en Euskaltel, destaca el alquiler de la marca Virgin, para usarla como enseña en su expansión geográfica. Zegona entiende que Euskaltel debe abordar un proceso de expansión mucho más ambicioso que el que tiene en marcha -con implantaciones en La Rioja, Cantabria, León y Navarra, además de la presencia ya consolidada en Euskadi, Asturias y Galicia-, para convertirse en un operador nacional. Nadie duda, sin embargo, de que la auténtica estrategia de medio plazo de Zegona es elevar el valor de Euskaltel en Bolsa en cinco años, con el objetivo de poder venderla al finalizar ese periodo y maximizar la plusvalía de su inversión. Zegona llegó al accionariado de Euskaltel tras la venta de la asturiana Telecable, de la que era el principal accionista, pero siempre se ha quejado del reducido dividendo y también del mal comportamiento de la operadora vasca en el mercado bursátil.
La empresa británica dio este martes el segundo paso en ese camino hacia la toma de control de Euskaltel. Tras la ampliación de capital, ha desvelado de forma oficial que entre las acciones que tenía, las que ha adquirido ahora y los acuerdos que ha alcanzado con otros accionistas, suma ya ese 21% de participación. En el mundo de las sociedades mercantiles casi nada es automático, ya que a partir de ahora Zegona deberá reclamar una mayor presencia en el consejo de administración de Euskaltel, para intentar implementar sus intereses. Su único representante en el consejo abandonó el mismo a finales del pasado año, para evitar las incompatibilidades que podían surgir entre el acceso a la información confidencial y la compra de acciones que ya habían anunciado.
Fuentes consultadas por este periódico señalan que Zegona va a entrar en una segunda fase, marcada por la búsqueda de acuerdos con otros accionistas. Esto es, respaldo 'amigo' a sus planes de futuro para la empresa vasca. Aunque no existe confirmación oficial, la lógica apunta a que puede contar con otro 8,75% de respaldo adicional. Es la participación de los fondos Artemis y Capital Income. ¿La razón? Ambos son accionistas de Zegona y, se supone, están perfectamente alineados en esta operación de asalto al poder en la operadora vasca. En esa coyuntura -Zegona aglutinaría así de forma directa e indirecta un 30% del capital-, puede resultar clave la posición de dos inversores españoles: el Grupo March -Corporación Alba-, que posee el 11%, y el banco gallego Abanca, que tiene un 4,48%. Si consigue seducirles con sus planes de futuro y la expectativa de una alta rentabilidad, su estrategia triunfará. Mientras tanto, Kutxabank, ahora el segundo accionista tras Zegona, ha decidido mantener silencio en torno a sus intenciones en esta batalla.
El portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka -el nacimiento de la empresa se debió al impulso del Ejecutivo de Vitoria-, mostró este martes la esperanza de que este cambio accionarial no suponga el desarraigo de la compañía telefónica. Asimismo, manifestó el deseo de que la nueva situación no afecte al empleo y a los «valores» fundamentales que identifican a Euskaltel, ni tampoco a su capacidad de arrastre tecnológico sobre otras empresas del territorio.
Por su parte, portavoces de EH Bildu criticaron la «inhibición irresponsable» del Gobierno vasco y de Kutxabank ante una operación que, entienden, «pone en peligro» el mantenimiento en Euskadi de la sede y de los centros de decisión de la empresa.
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