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Sergio Llamas
Miércoles, 20 de marzo 2024, 14:28
Las empresas vascas dedicadas a la energía eólica cuentan ya con el músculo necesario y sólo esperan que el viento empiece a soplar favorable. Así lo han reclamado este miércoles durante la primera jornada del principal encuentro europeo dedicado al sector, el WindEurope 2024, que ... se desarrollará en el BEC hasta este viernes. El director general de la asociación Clúster de Energía del País Vasco, José Ignacio Hormaechea, ha destacado la necesidad de resolver los problemas administrativos que retrasan la creación de nuevas instalaciones que cuentan con tecnología para desarrollarse en año y medio, pero que se retrasan hasta los cinco, seis o hasta diez. «No se están haciendo los parques al ritmo que se debería», ha destacado en un encuentro donde 55 firmas de Euskadi también aprovechan para mostrar sus fortalezas.
La cita ha contado este miércoles con la vicepresidenta primera y ministra de la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ha suscrito junto a la Asociación Empresarial Eólica (AEE) la Carta Española de la Energía Eólica que se compromete a impulsar el sector y avanzar en las subastas eólicas más allá del «puro precio», como reivindica el sector. El propio Hormaechea ha defendido la necesidad de que se apliquen «criterios de calidad y de medioambiente» a la comercialización de estos proyectos que supondrán el pistoletazo de salida para el desarrollo de la eólica marítima española. «Esto va a ayudar a que las empresas puedan rentabilizar las inversiones que han hecho y que exista una cuota para que la amenaza de países de bajo coste no sea tan fuerte como puede ser», ha destacado el representante del clúster que suma más de 200 firmas vascas asociadas de las que 120 están enfocadas en la energía eólica, tanto en componentes como ingeniería, servicios e investigación.
Además de la tramitación de los proyectos, que también ha abordado en WindEurope 2024 el presidente de AEE, Juan Diego Díaz, destacando que se trata de una «asignatura a mejorar», las empresas vascas también tienen que afrontar un cuello de botella para resolver la conexión a la red que pueda trasladar toda la energía. «Necesitamos una industria eólica fuerte en Europa, donde tenemos una posición muy competitiva. En Euskadi tenemos la industria para el sector eólico con fabricantes de componentes, rodamientos, sistemas hidráulicos, multiplicadoras, torres… Las dificultades al sector nos impiden construir al ritmo que se debería», ha incidido Hormaechea.
Además de la visita a mediodía del lehendakari, Iñigo Urkullu, la cita en el BEC ha contado en su inauguración con la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno vasco, Arantxa Tapia, quien ha mostrado su orgullo porque Euskadi vuelva a acoger, por tercera vez, un congreso que consolida a Euskadi como «capital de la energía renovable». En la apertura, que ha sumado entre otros al CEO de WindEurope, Giles Dickson y a la ministra Ribera, Tapia ha apostado por aportar soluciones a la energía eólica para impulsar la transición energética y poner en valor a las empresas vascas, a las que ha defendido como «importantes players» en el sector, apostando por su vocación industrial.
Dirigidos acercar su tecnología a los 12.000 visitantes internacionales dedicados al sector eólico que recorrerán esta semana el BEC también han estado este miércoles los representantes del clúster marítimo vasco con medio centenar de empresas dirigdas a las energías off shore, los parques eólicos flotantes que pueden desarrollarse en España por la falta de un lecho marino poco profundo a distancia suficiente. Los retos para afrontar esta nueva tecnología en el territorio suman actualmente unas 50 tecnologías diferentes compitiendo por este mercado, de las una quincena son nacionales. «Ahora hay un montón de prototipos. Es como volver a la época del VHS, el Beta o el Láser Disc», ha puesto como ejemplo el director técnico del Basque Maritime Cluster, Ángel Santurtun, quien ha destacado que en los últimos cinco años su desarrollo ha crecido «de forma exponencial».
La responsable de internacionalización e inteligencia de mercados del clúster, Jone Arana, también ha advertido sobre la inversión en tiempo que suponen actualmente estos desarrollos. «Desde que empiezas a pensarlo y tramitarlo el plazo medio es de seis o siete años hasta que empiece a funcionar», ha alertado, aunque se ha conseguido ampliar el tamaño de las turbinas, como advierte otro de sus portavoces, Emilio de la Rúa, desde los 10 ó 12 MW hasta los 20MW ya desarrollados. «La clave ahora es que haya una subasta, que parece que será la primera en Canarias, y que se resuelvan los cuellos de botella en suministro al disponer por ejemplo de suficientes barcos o personal capacitado», ha añadido Arana.
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