Las empresas vascas confían en una recuperación de la economía para 2025

La impresión manifestada por las empresas contrasta con las previsiones de organismos internacionales como el banco Central Europeo y la OCDE, cuyas últimas estimaciones han sonado a jarro de agua fría, al interpretar que las locomotoras económicas de Europa van a seguir al ralentí más tiempo del que inicialmente se había previsto. Pese a ello, un buen número de empresas vascas creen que 2025 va a ser mejor en tres aspectos fundamentales: la demanda interna, las exportaciones y la generación de empleo. Tan sólo el 14,8% cree que habrá una relajación de la demanda interna, mientras que el 39,4% apuesta por una mejoría en las exportaciones.

Por el contrario, las mismas empresas reconocen que en 2024 las cosas han ido algo peor de lo que esperaban en casi todas las vertientes, salvo en su intención de invertir. Un aspecto que, apuntan, está ligado a la necesidad de abordar cambios estructurales para mejorar la competitividad o adaptarse a las obligaciones en materia de transición energética y descarbonización. La moderación de los tipos de interés y la consiguiente mejora en las condiciones de financiación, indican, también ha jugado un papel decisivo en esta inclinación a mejorar las inversiones.

La mejoría en el comercio internacional, han señalado los máximos responsables de las cámaras de comercio vascas, estás sustentada en la convicción de que países como Alemania y Francia van a mejorar su actividad. También, ha apuntado Santiago Barrueco, director de la Cámara de Álava, «existe la creencia de que van a seguir mejorando las exportaciones a zonas como China y México».

Entre las preocupaciones de las empresas vascas figura en primer lugar el aumento de los costes laborales, que el próximo año se verá reforzado por un incremento de las cotizaciones sociales y un destope parcial de las bases máximas de cotización a la Seguridad Social. Junto a ello también preocupan las dificultades para encontrar personal cualificado que sea capaz de asumir los empleos que demandan las empresas, así como el peso de las modificaciones legislativas.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Bilbao, Jose Zudaire, aunque en representación de las tres instituciones, también ha mostrado su sintonía con el mensaje lanzado recientemente por el lehendakari Imanol Pradales, en el sentido de que hay que reconsiderar los plazos del proceso de descarbonización.

Así, Zudaire ha recordado que el fin, la descarbonización, no está en tela de juicio «pero los plazos hay que acompasarlos a la competitividad. Y ello porque hay países que no están haciendo el menor esfuerzo en ello y sin embargo están colocando sus productos con facilidad en nuestro mercado». Zudaire ha reconocido que es un dilema que no es fácil de resolver, porque, ha apuntado, «el reto de la descarbonización es como el del trapecista. Si llegas demasiado pronto te caes y si llegas tarde también».