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La deflactación del IRPF aplicada en este 2023 «está abierta a revisarse» y se «ha fijado en un 2% porque se ha estimado que la inflación subyacente llegue al 3%». Las palabras pronunciadas en octubre por el consejero de Hacienda del Gobierno vasco, Pedro Azpiazu ... , siguen muy latentes porque los precios siguen sin dar tregua. El objetivo, como avanzó el lehendakari en julio, era ayudar a los vascos «a tener más dinero en su bolsillo» con el que hacer frente a la subida de precios. Pues, cumplido el primer trimestre del año, los precios siguen rompiendo registros. Si bien el IPC, por el efecto base de comparación, modera sus subidas, el índice subyacente –más estructural, al excluir los precios más cambiantes de la energía y los alimentos frescos– está en los mayores registros de la serie histórica, por encima del 7%. Fue este indicador el que señaló el propio Urkullu en el último pleno de política general para anunciar una deflactación mayor de la prevista del IRPF.
Se trata de un mecanismo por el que se ajustan los tramos de renta para que el porcentaje a pagar contemple el aumento del coste de la vida. En resumidas cuentas, si con 1.200 euros, por ejemplo, no se pueden comprar las mismas cosas que hace un año, no parece justo que sí se paguen los mismos impuestos.
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El caso es que los precios siguen escalando y la recaudación de las diputaciones sigue en máximos. Hasta marzo, se ha incrementado un 11,6%, 403 millones más que el año pasado, y muy por encima del 5% previsto para el conjunto de este 2023. No obstante, quedan todavía los ajustes con la Agencia Tributaria y la liquidación en el calendario fiscal de importantes impuestos, como el de la Renta o Sociedades.
Cada punto de deflactación en el IRPF supone dejar de recaudar alrededor de 35 millones. Un coste asumible atendiendo al tono de los ingresos de este año que, especialmente están creciendo por el impuesto de la Renta (186 millones más en el primer trimestre frente a 2022, un 11,1%), y más, teniendo en cuenta que se han contabilizado en 400 millones los que recibirá Euskadi de los impuestos a la banca y las energéticas.
Fuentes de Hacienda señalan que revisar la deflactación no está de momento encima de la mesa en estos momentos, mientras que la gestión de la campaña de la Renta y las elecciones forales descartan este análisis antes de verano. El alivio fiscal, que fue una bandera reivindicativa del PP, se llevó el año pasado al 5,5% y el PNV pactó con el PSE acompañarlo de un cheque de 200 euros para rentas de hasta 35.000 euros. La medida, extendida también este año, alcanza a 900.000 vascos.
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