La economía vasca se queda atrás frente al empuje de la española, a la cabeza de Europa

Los nuevos datos del Eustat tan solo arrojan un par de datos positivos en este momento y uno en realidad es una mirada hacia el pasado. Así, la revisión de los datos de crecimiento de 2023 -de acuerdo a la nueva metodología implantada por la UE ya para el ejercicio de 2022- ha permitido mejorar un poco la fotografía que teníamos entre las manos. De un crecimiento del 1,8% para el conjunto de 2023 -esta es la cifra oficial que se había dado a conocer el pasado mes de marzo- hemos pasado ahora al 2,7% tras la revisión. Premio de consolación a tiro pasado. El segundo dato positivo es la evolución de la inversión en el tercer trimestre, que en conjunto ha crecido el 2% pero que en la parte que corresponde a bienes de equipo ha aumentado el 2,3%. Ese dato permite entender que hay una ligera mejoría en las previsiones empresariales sobre el comportamiento de la demanda a medio plazo, de ahí que hayan comenzado a invertir y prepararse para atender en mejores condiciones ese escenario de futuro.

El gasto público fue en el tercer trimestre el motor económico principal en Euskadi, con un aumento del 2,2%. El papel 'keynesiano' de los presupuestos públicos -gastar más desde la Administración para animar la economía, aunque sea a costa de endeudamiento- se ve también con claridad en la vertiente de la oferta, ya que los servicios públicos son los que han tenido un comportamiento más destacado, con un incremento del 2,5%.

El comercio exterior ha restado tres décimas al crecimiento -las importaciones han crecido más que las exportaciones-, mientras el sector de la construcción (+1,5%) mantiene una evolución positiva pero sin grandes alegrías. La industria, el gran problema del momento para la economía vasca, tan solo ha mejorado un 0,7% en comparación con el tercer trimestre de 2023. Por territorios, Gipuzkoa es quien presenta los datos más positivos con un aumento del PIB del 1,9%, frente al 1,8% d Álava y el 1,6% de Bizkaia. En términos contables -fuerza de trabajo necesaria para atender el aumento de valor de la producción que se ha registrado- el Eustat estima que a lo largo del año se han creado el equivalente a 15.000 empleos a tiempo completo.

Mientras tanto el Gobierno vasco y en especial el Departamento de Economía que dirige el vicelehendakari Mikel Torres se ha apuntado a ver la botella medio llena, destacando que el crecimiento para los nueve primeros meses del año se sitúa en el 1,9%, en línea con las estimaciones oficiales para el cierre del ejercicio. Así, el Ejecutivo prefiere hacer las comparaciones con los referentes que permiten sacar pecho, para señalar que la economía vasca evoluciona mejor que la de la zona euro, que está estancada en un crecimiento de tan solo el 0,9%. «La economía vasca continúa en la senda del crecimiento estable y equilibrado. La evolución de los dos últimos trimestres muestra una notable estabilidad y los indicadores coyunturales no sugieren que en los meses transcurridos del cuarto trimestre se haya producido un empeoramiento reseñable», apuntan desde el Ejecutivo

A malos tiempos buena cara, parece ser la estrategia oficial. Así, el Departamento de Economía se refiere también con cierto optimismo al exiguo crecimiento de la industria (0,7%) como «un resultado meritorio a la vista de las dificultades que vive el sector, en especial en su relación con los países del entorno. La mala situación que está viviendo Alemania, y en menor medida Francia, está afectando a las exportaciones de nuestras empresas y hace que tengamos una evolución moderada y con incertidumbres en la industria».