

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El emblemático gestor Koldo Saratxaga es un optimista convencido de que de esta profunda crisis se puede salir reforzado, pero siempre que los esfuerzos no se orienten a cometer los mismos errores, a querer replicar un modelo económico, productivo y social que califica de «enloquecido». Entiende lo difícil que es gestionar una situación tan complicada como la actual, pero insiste en que de aquí hay que salir «todos juntos» y sin dejar a personas en la cuneta; labor que no sólo concierne a las administraciones públicas sino también a la propia sociedad civil, que a su juicio puede hacer «mucho» por ayudar.
- ¿Cómo se puede ser optimista con la que está cayendo?
- Hay un drama sanitario y humano enorme y no estamos preparados para ello, pero tendremos que aprender a salir juntos.
- ¿Y el optimismo económico?
- Estamos en una situación desconocida, pero que es global. No nos afecta sólo a nosotros. La economía se va recuperar. Crisis ha habido siempre. Todos hemos visto montes quemados y en unos pocos años sorprende ver cómo se han llenado de vegetación joven y nueva. Y al final hay un bosque nuevo. Eso es lo que nos va a ocurrir, pero antes tenemos que transitar por ese desierto. Ahora toca andar entre ramas quemadas, ramas que te pueden hacer daño, pero eso hay que pasarlo.
- Ese bosque llegará en el futuro, ¿pero qué se le puede decir al autónomo que tiene que cerrar su negocio o al trabajador que pierde su empleo hoy?
- Lo primero que hay que hacer es estar unidos. La separación y la individualidad es lo peor que nos puede ocurrir. Vamos a unirnos para exigir equidad, ayudas y retornos. Vamos a poner rentas mínimas, a poner los impuestos que corresponden, vamos a hacer un equilibrio. Lo que no puede ser es que dentro de tres años veamos que las desigualdades son mayores, como ha ocurrido con la última crisis. Eso es algo que como sociedad no debiéramos permitir. Somos millones de autónomos y de pymes que tenemos que estar unidos para hacer la nueva sociedad, pero no sólo estar esperando a que nos lo den todo hecho. Hay una parte que le toca a la Administración y otra parte les toca a las personas y a su generosidad con el resto de las personas.
- ¿Hacia dónde podemos orientarnos?
- No se sabe. A partir de ahora todo es nuevo. No podemos volver al pasado, habrá que trabajar y echarle imaginación. Esta crisis es más grave que las anteriores y por eso es posible que nos lleve a un nuevo estilo de vida y de relaciones. Necesitamos adaptarnos y no frustrarnos porque nos dé miedo. Hemos de desarrollar habilidades que teníamos dormidas. Por ejemplo, si antes de esta crisis le dices a alguien que tiene que poner a toda su organización en teletrabajo, se pone a diseñar un plan sobre el papel y tardamos lo menos un año. Ahora, en una sola mañana, hemos organizado que 40 personas teletrabajen. Increíble, pero cuando la energía se junta...
- Siempre se ha dicho que cuando hay necesidad...
- Exacto, cuando hay necesidad y todos ponen de su parte las cosas avanzan mucho y más rápido.
- Esta semana hemos conocido que en sólo catorce días 300.000 personas han ido al paro en España, 11.000 de ellas en el País Vasco. ¿Estamos ante la punta del iceberg?
- Me sorprende esa intensidad porque por ahora se ha parado medio mes y en muchos sectores se podrá recuperar el ritmo y las horas perdidas después. Hay que poner a las personas por delante y no a la cuenta de resultados de abril. Hace falta altura de miras y lanzar el mensaje de que juntos vamos a ir mucho mejor y de que no vamos a dejar a nadie en el camino. Nosotros, en Ner Group -grupo al que están vinculadas más de una docena de empresas y organizaciones, en las que trabajan unas 1.100 personas-, decimos que vamos a salir todos juntos. No sé si tendremos que trabajar menos horas, cobrar menos, pero saldremos todos juntos. No vamos a despedir a nadie. En mi vida, en más de 40 años de profesión, no he despedido a nadie y en este tiempo han pasado unas cuantas crisis. Cuando uno se propone no despedir, la imaginación y la generosidad están para solventar cualquier problema.
- ¿Cree que era necesario parar toda la actividad y la industria?
- Personalmente creo que las medidas han podido ser exageradas. Sobre todo, creo que muy poco explicadas, muy de repente, difusas y muy cambiantes. Aunque también hay que darles un voto de confianza, porque fácil no es y no tenemos experiencia en una situación así. Pero hay que hablar más claro, porque cuando salen los decretos y todas las cosas… Solo para analizar y entender lo que quieren decir, hace falta un experto.
- Esta pandemia parece que está poniendo en solfa la globalización. ¿Tendremos que recuperar la producción de sectores estratégicos como el sanitario?
- Sí, hay que darle una vuelta. La globalización está montada en base a una economía de hacer las cosas más baratas, y nos hemos descapitalizado y convertido en servicios. Cuando estuve en Irizar, salimos a producir a otros países. Pero no para dejar de producir aquí, sino para suministrar desde allí y sin dejar de invertir aquí. No todo el mundo lo ha hecho así, mucha gente ha cerrado aquí para producir allí. Hay muchas cosas que tendremos que volver a hacer. No podemos consumir como locos y estar importando y trayendo con urgencias en barcos, aviones... con todo lo que quemamos por el camino.
Saratxaga cuenta que cada mañana le invade una gran alegría. Puede hacer mediatación en compañía, con unas 20 personas que están en otros países, gracias a la maravilla que supone el avance de las telecomunicaciones y sin tener que desplazarse físicamente a todos esos lugares.
«Hay que transmitir confianza, decir que somos capaces de adaptarnos a lo que haga falta y juntos mucho más». Al tiempo, aboga por reflexionar, en línea con los objetivos del planeta, «si vamos a tener que bajar el nivel que llevamos de consumo. Y si es así, lógicamente bajará la actividad e igual eso nos lleva a que hay que trabajar menos horas».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Noticias recomendadas
Batalla campal en Rekalde antes del desalojo del gaztetxe
Silvia Cantera y David S. Olabarri
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.