«La economía es un 50% psicología y la industria europea es pesimista»

- ¿Qué retos preocupan y han destacado durante su asamblea?

- Hay muchos desafíos que están haciendo más difícil nuestra vida como organizadores de salones y convenciones. Lo más obvio es que hay muchas crisis mundiales sin resolver: la guerra de Ucrania, que ha provocado un enorme aumento de la energía, el coste de la inflación en Europa, la recesión en Alemania y un crecimiento muy lento en otros países europeos. Hay un problema de migración, crisis potenciales en Taiwan o Corea… La economía es un 50% psicología y, en lo psicológico tenemos un problema: la mayoría de las industrias de Europa son pesimistas. Las empresas no confían en el futuro inmediato.

- ¿Se refleja en las ferias?

- Las ferias son siempre un reflejo de lo que ocurre en un mercado. Cuando no son optimistas, la reacción habitual es ahorrar dinero y primero lo hacen en publicidad y ferias porque es fácil y rápido. Perjudica a largo plazo, pero de manera inmediata se ahorra. En general la inversión ha bajado mucho, mientras que nuestros proveedores han aumentado sus precios, a veces hasta los dos dígitos. Sin embargo, no podemos repercutirlo en los clientes. No podemos subir los precios tanto como aumentan nuestros costes.

- Y en este ambiente, ¿cuesta atraer a visitantes y potenciales compradores?

- El precio de los vuelos ha subido mucho, sobre todo en los internacionales, lo que significa que a nuestras ferias viene menos gente del otro lado del mundo. Se están volviendo más regionales, más europeas. Antes solíamos tener el principal evento mundial, y sigue siendo así en muchos casos, pero cada vez menos. Ahora hay más eventos continentales por restricciones, por el coste de los viajes y hasta por consideraciones medioambientales. Pero el número de personas que recorren el mundo para acudir ha disminuido y eso cambia el juego.

- ¿De qué manera?

- Como organizadores de eventos no nos basta con hacerlo en un lugar y esperar que venga todo el mundo. Probablemente haya que organizar una feria en Europa, pero también en la India, en China y en América para llegar a todos los clientes. A menudo las ferias son una marca y se asocian con un nivel de calidad. Por eso funcionan. Si el sector confía en ellas, porque las ha experimentado y sabe que funcionan, seguramente tendrán más éxito.

- Las ferias son un termómetro para las industrias. ¿Qué reflejan en Europa?

- Ahora los indicadores en Europa son bastante diferentes de lo que cabría esperar. Hay países normalmente fuertes, como Alemania, que tienen los principales problemas, y eso trae dificultades al resto. No hay que olvidar que el mercado interior de Europa es, con diferencia, mucho más importante que en China o EE UU. Cuando un país como Alemania es débil los demás lo notan.

- ¿Se ha notado esta preocupación en la asamblea?

- Lo que se ha escuchado en las presentaciones de los miembros es que a la gran mayoría le está yendo muy bien a pesar del escenario político y de las perspectivas económicas. Los productores feriales están registrando buenos resultados. En algunos casos, 2024 ha sido de récord y eso es sin duda una señal de esperanza. También en Alemania está habiendo ferias muy buenas en las que se hacen pedidos, y las previsiones para 2025 vuelven a ser positivas. Las ferias siempre proyectan el futuro y Alemania, que es un país muy exportador, se recuperará el próximo año.

- Los recintos feriales de EMECA, ¿no son competencia?

- Entre nosotros también competimos, por supuesto, pero cada recinto ferial tiene su razón de ser. No es como si para que a Madrid le vaya bien, a Milán le tenga que ir fatal. Al contrario. Nuestro objetivo es reforzar una industria y la mayoría de los que estamos aquí producimos nuestros propios eventos y estamos encantados de alquilar los recintos. Puedes ir a cualquier otro sitio como organizador invitado.

- Otra de las claves de una feria es mostrar novedades. ¿Se ve mucha innovación en Europa?

- Sí, y es clave. La industria ferial debe servir tanto a los mercados y las industrias consolidadas como a las emergentes, y nos toca estar muy atentos a cuál será la próxima tendencia y la próxima tecnología importante: el hidrógeno, la computación cuántica, la IA... Hace un par de años inauguramos una dedicada al hidrógeno y las pilas de combustible. Solo había dos competidores y ahora tenemos ya 20. Lo mismo ocurrirá con la computación cuántica, aunque todavía se desarrolla mucho a puerta cerrada. Al final nosotros servimos a los mercados y tenemos que recoger estas tendencias.