El programa de FP Dual de Euskadi ha cogido velocidad de crucero. El próximo mes de junio comienza su séptima edición y se prevén alcanzar los 2.500 alumnos/as y 1.500 empresas participantes. Ha dejado de ser un proyecto incipiente para convertirse ... en un programa sólido que va madurando año a año, con la colaboración de muchos agentes.
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Los alumnos y alumnas que han venido participando durante este tiempo nos han trasladado algunas ideas y preocupaciones:
-Merece la pena hacer el esfuerzo de hacer una FP Dual porque tiene beneficios relacionados con la contratación laboral.
-Se debe mantener la calidad del programa siendo rigurosos en que las actividades a desarrollar por el alumno/a en la empresa estén ajustadas, bien diseñadas y claramente relacionadas con los objetivos del ciclo formativo que estudian.
-La imagen social y en los alumnos/as de la FP Dual es muy buena, aunque hay que remarcar, por otra parte, el desconocimiento existente no solamente en la sociedad sino en buena parte del alumnado y profesorado tanto de Formación Profesional como de otras etapas educativas. Hay que continuar, por tanto, explicando el programa de FP Dual de una forma generalizada.
-La satisfacción general con la FP Dual de empresas, alumnado y profesorado de centros de FP es altísima, de más de 8 sobre 10 en todos los casos. Este dato tiene mérito mayor en tanto en cuanto el número de participantes es creciente cada año.
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-La inserción laboral de los alumnos/as que han cursado Formación Profesional mediante un formato Dual es de aproximadamente un 10% superior (dependiendo de la familia profesional puede llegar a ser aún mayor) respecto a la de quienes lo han hecho por la vía más tradicional.
Pero, además de estas opiniones cabe destacar un par de aspectos que debemos comenzar a mejorar a la mayor brevedad posible:
Una es que los alumnos/as participantes en Dual perciban claramente que durante su estancia en la empresa están aprendiendo tanto nuevos conocimientos como, sin duda alguna, nuevas competencias. Se trata, en definitiva, de que se acreciente el papel formativo de la empresa, más allá de una acogida más o menos puntual del alumno/a contratado, y que se plasme en un aprendizaje continuo y nítido del alumno/a desde la tutorización y la instrucción de la persona responsable de la empresa,
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Otro aspecto a resaltar representa , sin duda, la necesidad de estructurar y regular la formación de los instructores/as de las empresas, es decir, de las personas que acogen, ubican, motivan, enseñan e ilusionan a los jóvenes que contratan para comenzar con ellos su trayectoria profesional. Esta regulación debe ser consensuada entre todos los colectivos que participan en la organización del programa Dual y, sobre todo, se trata de dar con un formato de formación que permita abarcar a todos los instructores/as de las más de 1500 empresas que participarán en el curso 2018-2019. Un reto muy ambicioso pero imprescindible para avanzar hacia la excelencia del sistema.
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