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«Esta acción del comité de empresa, en medio del proceso de realización de la parada ordenada de la actividad, ». Esta frase forma parte de la comunicación que ayer hizo el directoha provocado la pérdida de confianza de la dirección de Alemania en nosotros ... r de la planta de Mercedes Benz en Vitoria, Emilio Titos, a la plantilla y a proveedores y clientes para informar de la situación de suspensión de la producción -que se decretó el lunes 16-, derivada de la pandemia por el coronavirus y el estado de alarma.
El máximo ejecutivo de la principal industria vasca se refiere con «esta acción del comité» a la sentada que protagonizó ese día en la línea de montaje final -de donde salen los vehículos terminados-, y le culpa de «bloquear» la producción y de celebrar una asamblea «no autorizada» con los trabajadores presentes.
Los representantes de la plantilla habían llegado a primera hora a la fábrica muy molestos con la empresa, a la que acusaban de «incumplir» las normas de higiene y seguridad en las líneas de producción. «La gente tiene miedo a contagiarse y llevar el virus a casa. Y la salud es lo primero», comentaban entonces.
En el relato de hechos que hace Titos, asegura que Mercedes propuso ese día, antes de la sentada a pie de línea, hacer una «parada ordenada y escalonada» para que a partir del turno de tarde dejaran de fabricarse vehículos. Y también había recomendado el trabajo en remoto de las actividades que lo permitieran. La intención de la compañía era «dar más información del procedimiento de la parada y la validación de la alta dirección de Alemania».
Pero, siempre según su versión, el comité decidió «bloquear» la producción. Esa forma de actuar ha desencadenado esa «pérdida de confianza» por parte de la multinacional en Alemania, y las consecuencias pueden ser negativas. Y es Daimler, precisamente, quien ha de dar el visto bueno a la petición de los sindicatos para que la empresa, durante el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) de fuerza mayor -aún debe ser aprobado-, complemente el salario más allá del 70% que cubre la prestación pública por desempleo.
Las discrepancias y el distanciamiento entre empresa y sindicatos son evidentes tras los últimos acontecimientos. Y faltan nueve meses para que el actual convenio en la factoría alavesa, en la que trabajan unas 5.000 personas -aunque los empleos indirectos que genera entre proveedores y subcontratas se pueden elevar por encima de los 30.000-, finalice su periodo de vigencia. El actual escenario no es el mejor para abordar en unos meses esa negociación, de la que podría depender también en el futuro la llegada de nuevos modelos a Mercedes en Vitoria.
Mientras, en Euskadi las cifras de ERTEs siguen creciendo a un ritmo vertiginoso, aunque inferior al de los primeros días. Las empresas vascas que se han acogido a este instrumento ya superan la barrera de las 10.500, mientras que los asalariados afectados rozan los 81.000.
La dirección de Guardian Llodio presentará el lunes ante la autoridad laboral un expediente de regulación temporal de empleo para sus 450 trabajadores. Se prolongará mientras dure la situación de alerta sanitaria y afecta a las dos líneas de trabajo, la que fabrica vidrio para la construcción y la de automoción que hace parabrisas, pese a que está inmersa en un proceso de venta a un fondo de inversión suizo que continúa adelante.
La empresa complementará con un 10% las prestaciones básicas, de manera que los trabajadores percibirán el 80% de su salario mientras dure el ERTE. En este periodo, se mantendrán las pagas y las vacaciones. Los días de esta semana hasta el lunes, cuando se prevé que entre en vigor la nueva situación, serán retribuidos por Guardian.
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