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Las haciendas vascas estudian recuperar los planes de emergencia activados tras el covid para aliviar la tesorería de pymes y autónomosbilbao. Al plan de choque ... institucional activado para combatir la escalada proteccionista de Trump todavía le falta una tercera parta, que se desplegará durante las próximas semanas. El «escudo comercial» millonario movilizado a contrarreloj por el Gobierno central y el vasco se completará con una batería de medidas extraordinarias puestas en marcha por las diputaciones para proteger al tejido productivo ante la tómbola arancelaria.
Fuentes de la Hacienda vizcaína y la guipuzcoana confirman a este periódico que están «analizando» junto a las empresas de cada territorio qué medidas necesitan adoptar «de forma ágil». En ambos casos, lo hacen en coordinación con el departamento de Promoción Económica, ya que es el que actúa de puente entre la Administración y el tejido productivo. Las propuestas estarían destinadas, en cualquier caso, a que las compañías conserven la liquidez y aliviar tensiones en la tesorería durante los momentos de crisis.
El diputado general de Álava, Ramiro González, apuntó el viernes pasado en la misma dirección al anunciar una respuesta «proporcional y coordinada». Es esta apuesta estratégica la que ha impulsado a la Administración que dirige a crear una Oficina de Defensa Arancelaria, destinada a prestar asesoría a los sectores afectados.
El plan que preparan las diputaciones, que tendrá que ser refrendado por las Juntas Generales de cada territorio, tendrá un esquema similar a los programas urgentes aprobados tras la pandemia y la crisis energética. En estos casos, las haciendas forales desplegaron una ambiciosa batería de medidas destinadas a evitar la presión financiera inmediata sobre autonómos, pymes y empresas y, así, evitar cierres, despidos e impagos.
Entre las medidas tributarias que se adaptaron entonces, destacan los fraccionamientos excepcionales de deudas a unas empresas que vieron desplomada su facturación de un día para otro. Lo mismo ocurre con la exoneración temporal de los pagos a cuenta del IRPF para autonómos, a quienes se les liberaba de esta carga para que tuvieran liquidez.
Estos incentivos fiscales -que todavía está por ver qué cobertura tienen y si incluyen las posibilidad de deducir pagos- completarán el «escudo comercial» de 2.000 millones puesto en marcha por el Gobierno vasco para paliar los efectos de la guerra comercial. Este programa contempla una línea de avales, presupuestada en 450 millones, dirigida a dotar de liquidez a la pequeña y mediana empresa. Esta inyección, sumada al aplazamiento de pagos que estudian poner en marcha las Administraciones forales, puede suponer un auténtico balón de oxigeno para las empresas más expuestas al mercado estadounidense. Lo mismo ocurre con la línea de crédito de 533 millones que el Ejecutivo autonómico activará para apoyar la industria.
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