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La recaudación de impuestos que realizaron las diputaciones forales el pasado año fue impresionante. Un total de 14.981 millones de euros, 590 más de lo presupuestado, que supone un récord histórico -jamás se había ingresado tanto dinero en las arcas públicas vascas- y ... que permitió romper al alza todas las previsiones, incluso las que el Consejo Vasco de Finanzas había realizado el pasado mes de octubre.
Las consecuencias son múltiples, pero la más inmediata es que este buen comportamiento de los ingresos ha permitido al Gobierno vasco terminar el ejercicio de 2018 con superávit. Es el segundo año consecutivo en que el gabinete de Iñigo Urkullu finaliza su gestión con una cifra de ingresos superior a la de los gastos, adelantándose así en dos ejercicios a las exigencias de la Unión Europea en materia de saneamiento de las cuentas públicas.
Los datos son contundentes. El ingreso contabilizado por las haciendas forales y que procede de las aportaciones realizadas por contribuyentes y empresas en Euskadi supone un 3,5% de aumento sobre los mismos datos de 2017. Pero ese incremento es sólo aparente, porque el real se sitúa en el 8%. Y es que hay que tener en cuenta que Euskadi recibió en 2017 un ingreso extraordinario de 600 millones de euros, fruto de la liquidación del Cupo del periodo comprendido entre 2007 y 2016. En ese escenario, los responsables del Gobierno vasco y las diputaciones habían previsto un comportamiento moderado de los ingresos para 2018 y una evolución prácticamente plana, sin incremento de recaudación alguno, ya que no se volverían a reproducir los ingresos extraordinarios.
Pero la realidad ha sido bien distinta. Así, la recaudación ha superado en 508 millones la cifra ingresada en el año anterior y en 590 (un 4% más) la que se había consignado en los presupuestos forales, que sirven también como base para elaborar las Cuentas del Ejecutivo de Vitoria. En términos comparativos, esa cantidad es el presupuesto necesario para construir 50 centros cívicos en Vitoria, diez reformas del campo de fútbol de Mendizorroza o tres ampliaciones de la 'Supersur' en Bizkaia.
Aunque el Gobierno vasco tenía margen para incurrir en déficit a lo largo de 2018 -en torno a un 0,4% del PIB, lo que supone casi 280 millones de euros-, el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu, ya anunció el pasado octubre que el objetivo era terminar con superávit. Las cifras definitivas no se conocerán previsiblemente hasta el mes de mayo -cuando el Ejecutivo cierre su contabilidad presupuestaria-, pero ya se da como seguro que el objetivo se ha conseguido. Azpiazu también anunció que ese propósito de terminar el año con superávit presidirá la gestión del Gobierno en 2019.
+ 3,5% es el aumento de ingresos contabilizado en comparación con los computados en el año 2017.
275 millones es el desfase al alza de la recaudación comparada con las estimaciones oficiales que se hicieron en octubre.
La práctica totalidad de los tributos ha tenido un buen comportamiento. No se han publicado aún los datos consolidados de detalle de las tres haciendas -lo hará el Gobierno vasco la próxima semana-, pero las tres diputaciones han destacado ya un aumento significativo del IRPF -de la mano de la generación de empleo y también de una moderada subida de salarios y rentas del capital-, junto a una destacable recaudación de IVA e impuestos especiales. Dos figuras que sirven de termómetro para valorar que el consumo aún se mantiene pujante. Pero, sobre todo, el mejor comportamiento ha sido el de la recaudación del Impuesto de Sociedades, que grava los beneficios de las empresas. En el caso de Bizkaia, el territorio en el que más impacto tiene esta figura tributaria por la composición de su economía, Sociedades ha crecido un 40%.
Hay dos razones para explicar este comportamiento. De un lado, la progresiva mejora de los resultados de las empresas que, aunque en términos generales no han alcanzado aún los rendimientos que tenían en los años anteriores a la crisis, han mejorado de una forma palpable. La segunda razón, coyuntural en este caso, ha sido el establecimiento de un pago anticipado que no existía hasta ahora. Así, las empresas vascas que tienen una plantilla superior a los 50 trabajadores y cuya facturación supera los 10 millones de euros anuales, han tenido que hacer un ingreso anticipado en octubre. Este anticipo, a cuenta de la liquidación de Sociedades que harán el próximo julio, suponía un 5% de la base imponible que tenían en 2017. La Agencia Tributaria ya utilizaba un mecanismo similar, que las diputaciones han incorporado por primera vez en 2018.
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