Digitalización y sostenibilidad

En 2022 confío en que nuestro país continúe con la senda de la recuperación iniciada este año. Será necesario que los factores de incertidumbre que nos han acompañado a finales del 2021, como los cuellos de botella en las cadenas de suministro, la inflación o las nuevas variantes del covid como ómicron, se vayan disipando.

Un año más, la inversión privada será el elemento crítico. Todas las empresas han de aprovechar el nuevo entorno para invertir en su transformación digital y sostenible, especialmente aquellas de menor tamaño para quienes estas inversiones suponen una oportunidad de futuro. El confinamiento ha acelerado la digitalización y el consumo on-line. Pero más allá de lo digital, estamos inmersos en una ola de disrupción sin precedentes impulsada por la innovación en todas las actividades y sectores.

Entre todas estas tendencias, la más relevante es la descarbonización, un enorme reto que exige, además de cambios en hábitos y comportamientos, una profunda transformación de nuestros modelos productivos. Abordarlo requiere innovación y enormes inversiones para desplegar nuevas tecnologías en prácticamente todos los sectores. Para que se lleven a cabo es esencial contar con incentivos y regulación adecuados, y acelerar la ejecución de los fondos europeos, asegurando que lleguen a todos, especialmente a las pymes.

El País Vasco se encuentra en una situación inmejorable para aprovechar esta oportunidad, gracias a su tejido empresarial puntero con una histórica vocación emprendedora, y unas instituciones sólidas y comprometidas con la innovación. En BBVA queremos seguir acompañando a nuestros clientes, y al País Vasco, en este entorno de disrupción y transformación digital y sostenible.