Por cada diez MWh de electricidad que necesita Euskadi, siete los tiene que traer del exterior. Su capacidad de producción, con una potencia instalada de casi 3.000 MW, no cubre más que el 33% de las necesidades de sus empresas y hogares. Pero es ... que la situación se ha agravado este año ya que esa dependencia ha crecido un 86%. Es lo que ha aumentado la energía eléctrica importada por el País Vasco.
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Según los datos del distribuidor estatal, Redeia, hasta el 30 de agosto pasado la demanda vasca había ascendido a 10,3 millones de MWh, de los cuales se atendieron con generación propia 3,4 millones. Eso ha obligado a traer de fuera un total de 6,9 millones de MWh. Esa cantidad, en el mismo periodo del año pasado, fue solo de 3,7 millones, un 86% menos.
La demanda total no ha variado. Se mantiene estable en el entorno de esos 10 millones de MWh en los últimos cinco años. Lo que cambia es el origen de la energía. Es ahí donde se nota el bajón en la generación de las estaciones eléctricas ubicadas en Euskadi. El más importante, el de los ciclos combinados que emplean gas. Esta fuente representó en 2022 el 68% de toda la generación eléctrica vasca con 4,3 millones de MWh. Sin embargo este año ha caído un 60%, hasta 1,7 millones. A pesar del descenso sigue representando la mitad de la electricidad producida en Euskadi.
Las razones que explican este fenómeno residen principalmente en el buen comportamiento de las energías renovables en el conjunto de España. A diferencia de 2022, este año ha habido varios momentos en los que la generación 'verde' ha sido suficiente para responder a toda la demanda nacional. Ese sobrante se ha aprovechado por el distribuidor estatal desactivando la demanda de otras fuentes como los ciclos combinados vascos, que hasta verano debían afrontar además elevados precios por el gas. La tendencia podría cambiar con los datos de un otoño en el que ese combustible ha bajado de precio y su demanda ha crecido un 25%.
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La otra causa es que las renovables no han encontrado en Euskadi los factores ambientales propicios. Han aportado un total de 578.862 MWh, un 22% menos que el pasado año. La sequía ha impactado con fuerza en la energía hidráulica, que ha reducido su generación un 29% hasta quedarse en 165.354 MWh. La eólica, con una aportación casi idéntica, también ha retrocedido un 14%.
La mayor fuente de energía verde en el País Vasco en los ocho primeros meses del año han sido los residuos y su gestión en plantas de reciclaje y vertederos. Con 196.634 MWh supera en más de 30.000 a la eólica.
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El parón de las instalaciones de ciclo combinado de Boroa y el Puerto de Bilbao ha beneficiado a las renovables en el 'mix' de generación vasco. Y es que representan un 16% del total de la electricidad generada en Euskadi -el pasado año no superó el 11%-, lo que supone la aportación más elevada en los últimos cinco años.
Aun así, los datos evidencian la importancia de la interconexión y del desarrollo de infraestructuras energéticas. Según Redeia, la potencia instalada se mantiene invariable en Euskadi desde hace siete años con 3 GW, de los que el 84% dependen del gas: 1,9 GW de los ciclos combinados y 456 MW de la cogeneración. La energía hidráulica cuenta con 178 MW, por 160 MW la eólica. De las renovables, la única que ha crecido hasta duplicar la potencia ha sido la fotovoltaica. Las instalaciones en Álava han llegado a unos todavía residuales 51 MW.
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