Elena Pérez Barredo | Viceconsejera de Trabajo y Seguridad Social

«Hay una cultura de tachar de 'vendido' al que acuerda, pero sin pactos no hay avances»

- Por fin se ha firmado el acuerdo del Metal de Bizkaia, con el apoyo de CC OO, LAB y UGT. ¿Por qué se ha resistido tanto?

- La fórmula que se ha elegido para garantizar el IPC no es asumida por el sindicato mayoritario, pero es un buen acuerdo. Recoge un alza salarial del 15% en cuatro años y revisión con la inflación al final del periodo. Es bueno para los trabajadores y para las empresas, que necesitan tiempo para digerir las subidas salariales

- ¿Influye la actitud de ELA en los demás sindicatos?

- No sé si influye en los demás. Influye en la negociación colectiva de Euskadi, donde se firman menos convenios sectoriales que en otras comunidades.

- ¿Cree que LAB se siente incómoda al firmar con CC OO y UGT?

- No lo creo. Pero todos los sindicatos se sienten incómodos cuando firmas un acuerdo con subida salarial del 15% y el sindicato no firmante dice que es un pacto malo. Hay una cultura de demonizar el acuerdo porque te has vendido, pero sin acuerdos no hay avances.

- LAB se mostró muy crítica tras sugerir Idoia Mendia que podría sumarse al diálogo social.

- Lo que movió a la vicelehendakari a decir eso es que el hecho de que ELA y LAB no se sienten en la mesa de diálogo social no es lo normal y es negativo. Pese a su ausencia, es un foro en el que se están alcanzado acuerdos importantes para los trabajadores.

- ¿Por qué tiene Euskadi la tasa de absentismo más alta de España y cómo se va a abordar este problema en la mesa de diálogo social?

- Primero hay que definir lo qué es absentismo. Se puede faltar por un permiso que se ha conseguido en la negociación colectiva. Nosotros vamos a analizar la incapacidad temporal y para eso se ha formado un grupo técnico. Hay que dejarles trabajar.

- La Inspección revisó el año pasado 25.948 contratos y obligó a que un 30% -casi 8.800- se transformaran en indefinidos. ¿Otro éxito de la herramienta antifraude?

- La herramienta lleva funcionando desde 2018 y la desarrolló la Inspección de Madrid. Con tecnología big data, cruza datos y detecta indicios de irregularidades. Elabora así un listado de empresas a las que se envían cartas para que regularicen sus contratos. El año anterior a la aplicación de la herramienta solo regularizamos el 7% de los contratos revisados y con ella llegamos al 50%. La idea es ir utilizándola en otras áreas. Ya la hemos aplicado a la siniestralidad. Aparte, como la reforma laboral ha reducido mucho la temporalidad, ahora nos centraremos más en los fijos discontinuos y la contratación a tiempo parcial.

- Los fijos discontinuos, reforzados con la reforma laboral, han levantado recelos. ¿Qué han detectado en la Inspección?

- Lo primero que matizaría es que los fijos discontinuos no son el contrato estrella de la reforma laboral, ni su uso ha sido tan significativo, especialmente en Euskadi. Dicho esto, en la Inspección hemos buscado si se utilizaban de forma fraudulenta y si, por ejemplo, la discontinuidad se producía en vacaciones.

- Han hecho la primera campaña de cartas para controlar los contratos a tiempo parcial en fraude. ¿Qué esperan?

- Hay una parte del fraude que es fácil de detectar. Por ejemplo, si se hace un contrato de 20 horas pero luego se contratan otras 20 horas complementarias. Es más difícil de probar cuando las horas de más se pagan en B o no se pagan. Ahí está la dificultad de la prueba y se necesita que el denunciante sea proactivo. Entiendo las dificultades de un trabajador vulnerable para denunciar. De ahí que haya una gran diferencia cuando hay representación sindical en la empresa. Pero nosotros hemos activado medios como el buzón anónimo, del que analizamos todas las denuncias que llegan, y el servicio de los Colegios de Graduados Sociales.

- Por lo que han detectado, se siguen haciendo muchas trampas con el registro de jornada.

- Se hicieron 566 investigaciones el año pasado y en más de la mitad se detectaron irregularidades. O no se tenía o no cumplía los requisitos. Ante el riesgo de que se manipulen, estamos viendo la posibilidad de contratar una nueva herramienta electrónica de control que están utilizando en la Inspección de Cataluña. Vamos avanzando tecnológicamente.

- Llama la atención el bajo importe de las sanciones. El año pasado solo fueron tres millones en seguridad y salud laboral, con 30 muertes y 252 accidentes graves.

- En esta legislatura se han endurecido las sanciones. No sé si el nivel es bajo o no. Yo he firmado alguna sanción de 800.000 euros. Lo importante para la Inspección es que se cumpla la legislación, no recaudar.

- Los sindicatos se quejan de falta de inspectores. Al cierre del año pasado había 52 plazas y diez vacantes; en subinspectores, 20 plazas y siete vacantes. ¿Por qué hay tantas vacantes?

- Por ley, si un inspector pide una excedencia, su plaza queda vacante. Lo mismo pasa si se va a en comisión de servicios y ocurre que entre las comunidades nos los quitamos. Además, pasa tiempo desde que se crea la plaza hasta que se cubre. Por otro lado, en Euskadi falta cantera de opositores y por eso vamos a montar un sistema de becas. Asimismo, se ha abierto otra vía porque el Ministerio de Trabajo permite ahora que haya bolsas de interinos en subinspección.

- La Inspección de la Seguridad Social corresponde al Estado, pero ¿cómo valora los casos de explotación laboral que se han descubierto? Existe el problema de que los inmigrantes tienen que trabajar de ilegales hasta que consiguen los papeles.

- Es la pescadilla que se muerde la cola. Pero se están registrado avances. Por ejemplo, se ha abierto el arraigo por formación para agilizar el acceso a los papeles.