ERLANTZ GUDE
Martes, 19 de febrero 2019, 10:36
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Tras cumplir medio siglo el pasado año, Petronor espera seguir siendo un actor esencial del tejido productivo vasco al menos otro tanto. Aparte de su gran contribución fiscal, exhibe en su haber significativos logros como su carácter pionero en la producción nacional de gasolina sin ... plomo o ser la mayor inversión industrial en Euskadi, con la planta de coque. Y no ha de olvidarse el nexo sentimental con la tierra, en su condición de primera firma en publicitarse en la camiseta del Athletic. Su presidente, Emiliano López Atxurra, ensalzó ayer al recibir el galardón el equipo humano que apuntala la «vocación de futuro» de la empresa.
- ¿Cómo vislumbra Petronor el futuro?
- Quiero hacer mención a otro premiado: Manuel Iraolagoitia. Representa a este país, los valores, el corazón, el nervio, la sangre, la ilusión para que las generaciones de jóvenes sigan idéntico camino. Petronor fue fruto del hambre de futuro, un hambre que hoy mantenemos con intención de seguir así otros cincuenta años. Ese hambre solo es posible integrando la tecnología, pero también la ilusión.
- Hay un mantra que pesa sobre la compañía que usted preside: 'gana dinero haga lo que haga'.
- Frente a los mitos, la realidad es contundente: ganar dinero en la actividad industrial es difícil. Hay que trabajar con inteligencia. Y el petróleo presenta complejidades adicionales. Hay mucho riesgo. De entrada, en la búsqueda del producto, que debe ser manipulado a su vez en procesos complejos y está ligado a un mercado con libre competencia, volátil.
- En síntesis...
- Si se gana dinero, es consecuencia del esfuerzo de la organización y las capacidades tecnológicas.
- Otra dificultad: padecen la oposición de parte de la sociedad. ¿Qué diría a quienes afirman que Petronor estorba?
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- Las críticas ayudan a avanzar. Cuando son responsables hay que prestarles atención, nos aportan el aliciente para buscar soluciones. Las críticas sin fundamento son por el contrario problemáticas, van a romper la riqueza.
- ¿Y cuál es la réplica?
- Petronor significa una producción industrial que genera una importante aportación fiscal. Como dijo un ex consejero delegado, Petronor huele a pan, la actividad de la refinería permite inversiones en la vida cotidiana de las personas, en salud, educación...
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- ¿Imagina un futuro donde ya no exista el petróleo?
- No vivimos en el mundo de Eurodisney. Desde 1973 se está diciendo que el petróleo se va a agotar. Pero todos los informes de organismos internacionales sostienen, sin embargo, que va a ser parte de la tarta de 2050.
- Imperan políticas que buscan por ejemplo el fin del motor de combustión.
- Va en línea con el gran objetivo sostenible de la descarbonización. Hay que permanecer con la mente abierta a la innovación tecnológica, a integrar la mejor tecnología de cara a una movilidad sostenible. Pero, insisto, el petróleo será parte de la cesta energética en las próximas décadas.
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Addilan mira al futuro. Su sistema de fabricación aditiva cumple las exigencias mecánicas de forma fiable y repetitiva, y está orientada al mercado de componentes de alto valor añadido y tamaño medio-grande. El industrial, el aeronáutico o el naval son algunos de los sectores con los que trabaja. La gerente de la compañía afincada en Durango, Amagoia Paskual, recordó con todo que el emprendimiento exige «un trabajo a largo plazo con fases complicadas».
- ¿La máquina-herramienta como la conocemos desaparecerá?
- No. La fabricación aditiva no forzará su desaparición. La fabricación aditiva es compatible con el mecanizado tradicional.
- Ha habido mucha incertidumbre.
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- En su momento la hubo, pero ambos ámbitos podrán convivir. De cara a elaborar algunas piezas el mecanizado tradicional hace incluso una propuesta de valor mayor.
- Hace diez años no podíamos hacer cosas que hoy hacemos con normalidad: programar una película y verla cuando nos plazca o solicitar a través de una aplicación móvil que un coche venga a recogernos. ¿Podremos tener en casa una máquina de impresión 3D?
- El grado de implementación en los hogares dependerá de lo manitas que sea cada uno. Ya en el año 2015 se destinaron a hogares 280.000 unidades de fabricación aditiva. Estamos en el ámbito industrial, y lo concerniente al hogar nos pilla lejos -¿quién va hacer una hélice de barco en casa?-, pero lo que está claro es que la fabricación aditiva plantea una disrupción, con nuevos modelos de negocio.
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- Puestos a dejar volar la imaginación, ¿dónde está el límite?
- La automoción hoy permite lo impensable: la personalización de piezas. De vuelta a los hogares, y al margen de las unidades allí instaladas, la forma de comprar esas piezas cambiará. No es ciencia ficción que alguien al que se le estropee la lavadora se descargue el archivo de la pieza y lo remita a un centro donde ésta se construye.
- Una duda recurrente incluso en el seno del Gobierno vasco: ¿sirven para algo los centros tecnológicos?
- En nuestro entorno hay muchos centros con una capacidad importante. Tenemos claro que hemos de colaborar, y hemos firmado acuerdos sobre formación y para acelerar la llegada al mercado con Tknika y Tecnalia, respectivamente.
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- ¿Y han cosechado frutos?
- Los tiempos o intereses de la empresas en ocasiones no coinciden. En nuestro caso, los objetivos se han alineado bien con ambos centros.
Fundador de Microdeco, la de Manuel Iraolagoitia es la historia de un emprendedor forjada con tesón: el trabajo estajanovista para sacar adelante un proyecto que no dio dividendos en casi veinte años, la apuesta por avalar la nueva instalación con el propio terreno elegido en Ermua. Las recetas de su éxito: una plantilla implicada y talentosa, y mucha productividad. Y es que sin rentabilidad, no hay inversión posible.
- Una trayectoria jalonada de reconocimientos.
- Cuando era gerente, pensaba que la última solución debía pasar por mi mano, como un capitán de barco. Pero también que en ese barco había muchos empleados, fundamentales para llegar a puerto. El mérito es de todos, y sin los operarios el proyecto no sale adelante. Lo que quiero decir es que los premios son para todos, y les he hecho partícipes de los mismos, como cuando llevamos a toda la plantilla a Helsinki a recibir una distinción. Por cierto, allí firmamos un acuerdo con Bosch, lo que dada su condición de firma líder nos abrió muchas puertas.
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- Buscó el relevo en casa y apostó por su hijo.
- José tomó las riendas en 2005. Elegimos bien. Tengo cuatro hijas mayores pero en aquellos tiempos, que afortunadamente no son los actuales, las circunstancias no propiciaban que se pusieran al mando. Bajo la batuta de José, hemos abierto fábricas en Rumanía y México. Y me ha sucedido en la tradición de recibir premios.
- Pasaron 18 años sin cobrar dividendos. Visto desde la óptica americana, usted sería un empresario fracasado.
- En el año 63 nuestro último pensamiento era ganar dinero. Nos ayudó la casa Tornos con aquellos plazos de entrega fabulosos, descuentos para avanzar, formas de pago asequibles. En 1967 tuvimos que mudarnos de Eibar a Ermua y para comprar el terreno pedimos un crédito con la propia parcela como aval. Había un operario y los responsables nos involucrábamos de noche, porque íbamos a otra empresa a trabajar.
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- El crecimiento a costa de sacrificar el dividendo.
- Pasamos en cuatro años de un operario y tres máquinas a instalarnos en Ermua y tener siete operarios y nueve máquinas. En conclusión: no daba para dividendo. Más adelante, cuando teníamos familia, dijimos 'habrá que repartir algo'.
- Dado su vínculo con el automóvil, ¿se sufre como suele decirse con este sector?
- Te exigen un montón. Y una muestra es que te permiten cuatro piezas fallidas entre un millón. Cuando se hace una mal se organiza el zafarrancho, te vienen los alemanes a reclamar. Pero se aprende mucho y se aporta un valor añadido muy importante.
- ¿Cuál considera el momento más difícil en su dilatado periplo?
- Contratar talento es lo más importante y a su vez lo más complicado. La financiación... Hemos tenido bastantes facilidades en el País Vasco, aunque también es importante que la rentabilidad permita hacer inversiones. Pero, sí, encontrar talento es el principal desafío.
Evolo es un proyecto empresarial peculiar. Así lo define su CEO, Javier Knörr. Sus bicicletas de tres ruedas o triciclos son «una apuesta por el futuro». Se trata de los 'evolo', fabricados en Vitoria y que ya han sido adquiridos por firmas como El Corte Inglés, DHL o Amazon. En su condición de vehículos de última milla, «llegan donde no lo hacen otros vehículos, permitiendo transportar personas y mercancías». La vehemente apuesta por este innovador producto tiene la «amarga» arista que conlleva «educar para el futuro», según Knörr, que no escatimó por otra parte agradecidas palabras para quienes creyeron en lo que hoy es una realidad.
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- Estamos a punto de echar a los patinetes de las calles. ¿La orden podría extenderse a sus vehículos?
- Estamos legislados como bicicletas; así es como figuramos en la normativa, incluida la de la DGT. No entenderíamos por tanto una limitación. Damos una solución al casco urbano, contribuyendo a que no muera el comercio allí donde la norma tiende a cerrar el tráfico.
- Parecen vehículos sencillos. ¿Existe la tentación de fabricar en sitios con mano de obra barata, pese a continuar diseñando aquí?
- Lo importante de Evolo es su identidad. Somos una empresa vitoriana. Hasta nuestros competidores alemanes nos han pedido que nos identifiquemos como 'Made in País Vasco'.
- En consecuencia, ¿podemos dar por garantizada su continuidad en Euskadi?
- Los clientes piden calidad y no entra en nuestros planes buscar la reducción de costes construyendo fuera.
- Dicen de ustedes que no han logrado ser profetas en su tierra. Pese a proceder de una ciudad con una evidente apuesta por la sostenibilidad, no se ven muchos triciclos de Evolo en Vitoria.
- Vitoria es una ciudad muy concienciada con el medio ambiente. Hemos tenido muchas reuniones a todos los niveles institucionales. Ya se ve algún 'evolo' y se verán más. El Ayuntamiento nos acaba de comprar uno.
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- No ha sido el único.
- Vamos ganando terreno de forma progresiva. Se han vendido unidades a El Corte Inglés, a empresas de limpieza y hasta a un fontanero para desempeñarse con mayor facilidad en su trabajo.
- Pero les va por el momento mejor lejos del País Vasco.
- Hemos vendido más en el norte de Europa por la mayor concienciación, pero con el tiempo veremos 'evolos' por todos los lados.
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