El coronavirus pone en peligro las juntas de accionistas de las grandes empresas vascas

La Ley de Sociedades de Capital impone que todas las empresas convoquen su junta general ordinaria -la llamada a votar a la totalidad de los accionistas- dentro de los seis primeros meses siguientes al cierre del ejercicio. Para la inmensa mayoría de las empresas eso supone hacerlo entre enero y junio. El objetivo del cónclave, obligado por la legislación, no es otro que el de respaldar la gestión del consejo de administración y aprobar las cuentas del ejercicio precedente.

BBVA ha creado una comisión interna de seguimiento del 'caso coronavirus', que se reúne todas las tardes para evaluar las novedades: incidencia, protocolos de actuación de la plantilla en todo el mundo, movilidad del personal, etc. También la celebración de la junta está sobre la mesa, ante la eventualidad de que haya que adoptar medidas excepcionales si las autoridades lo aconsejan. Cada año se reúnen en este acto algo más de 2.000 personas entre accionistas, directivos del banco, periodistas y personal que atiende la logística asociada al evento.

No hay precedentes de una situación similar, aunque lo cierto es que hay varias alternativas. Una hipotética cancelación y aplazamiento de la junta no es la única, porque buena parte de las grandes compañías hace años que incluyeron en sus estatutos y ponen en práctica cada ejercicio el voto electrónico. «Con ese mecanismo -asegura Luis Alba, experto en Derecho Mercantil y socio de la firma Cuatrecasas- los accionistas pueden ejercer sus derechos políticos sin la necesidad de acudir de forma presencial a las juntas generales y sin tener que delegar, en su caso, el voto en terceros». BBVA, Iberdrola y Siemens Gamesa, con juntas ya convocadas, tienen esta previsión en sus estatutos e incluso la han puesto en práctica en las reuniones de los últimos años, aunque con una utilización reducida.

Otras grandes empresas vascas cotizadas como CAF y Euskaltel no han convocado aún sus juntas anuales -suelen hacerlo más tarde-, aunque en sus estatutos también contemplan la posibilidad del voto electrónico. En el caso de la operadora de telecomunicaciones, sin embargo, sus juntas apenas reúnen a una treintena de personas, lo que la dejaría fuera del concepto de 'concentración masiva'.

Mientras tanto, como la economía tiene un sentido circular y unas acciones retroalimentan otras, el sector hotelero de la capital vizcaína contiene la respiración. Nadie sabe con seguridad cómo va a evolucionar este escenario en los próximos días. Las empresas dedicadas a preparar la compleja logística de estos eventos, también. Algunas de estas juntas de accionistas, en especial las de BBVA e Iberdrola, suponen un momento punta de demanda hotelera por la cantidad de directivos que se desplazan a Bilbao desde varios días antes a la celebración del acto.