El navegador no soporta este reproductor de Video.
El navegador no soporta este reproductor de Video.
La errática política de Donald Trump ha convertido la bolsa en una montaña rusa en la que las cotizaciones se parecen más al guión de ... una película de serie B que a un sistema económico del que depende la economía mundial. En los últimos meses, los principales índices han experimentado subidas explosivas y desplomes traumáticos en función de las ocurrencias de la Casa Blanca y su equipo.
Publicidad
Vistos los resultados, resulta paradójico ver cómo los mercados acogieron en un primer momento la posibilidad de que Trump llegase al despacho oval como un soplo de aire fresco. La sola idea de que el magnate republicano Donald Trump pudiese obtener el ticket de vuelta a la Casa Blanca para emprender un segundo mandato al frente de EE UU, consiguió que los inversores afrontaran con mayor optimismo el futuro, tanto que solo en 2024, el Nasdaq, índice que reúne las cotizadas tecnológicas, subió un 30% durante el ejercicio.
Pero desde la victoria de Trump en las elecciones celebradas el 6 de noviembre, la volatilidad se ha vuelto la principal protagonista de los mercados globales. Esta es la crónica de cómo el presidente norteamericano ha convertido los mercados en algo parecido a un casino en el que él mueve la ruleta.
El triunfo del republicano en las elecciones estadounidenses del 6 de noviembre frente a la demócrata Kamala Harris hizo que las principales Bolsas estadounidenses abrieran al alza. Wall Street celebró la victoria de Trump con subidas en sus tres principales indicadores. El Dow Jones cerró su mejor sesión en dos años, con una subida del 3,57% hasta los 43.729 puntos. Compañías como Tesla, que figura en el Nasdaq, cerraron el día con una subida brutal del 14,75%, gracias a a estrecha relación entre su fundador Elon Musk y Trump.
Publicidad
El triunfo del republicano no tuvo, sin embargo, el mismo efecto en las Bolsas europeas. El Ibex se anotó unas pérdidas del 2,9% y el EuroStoxx 50 hizo lo propio con una caída del 1,5%.
Una semana después del triunfo electoral de Trump, el optimismo seguía siendo el protagonista en los indicadores norteamericanos. El hecho de que los republicanos se hubieran hecho con el control del Congreso y el Senado en Washington favoreció el ánimo de los inversores. Un hecho que además vino acompañado de los primeros anuncios del nuevo gabinete de Trump.
Ante las expectativas de unas políticas proempresariales con la mira puesta en los recortes fiscales, la desregulación y un enfoque proteccionista, el Dow Jones había avanzado un 0,5% en una semana, llegando a récords históricos hasta ese momento. En el mismo periodo, al otro lado del Atlántico, las bolsas europeas perdían alrededor de un 1%.
Publicidad
El 20 de enero fue una fecha marcada en rojo en el calendario por la investidura de Trump. Su vuelta a los mandos de EE UU coincidió con un día festivo en el que los índices estadounidenses permanecieron cerrados. Sin embargo, el ánimo de los inversores podía verse reflejado en que, apenas tres días antes, paneles como el S&P 500 cerraron cerca de sus máximos históricos. Las bolsas europeas reaccionaron con cautela. El Ibex ganó un 0,4%. Sectores como el lujo y la banca mostraron fortaleza, pero no sucedió lo mismo con los valores más expuestos a las exportaciones, como la industria de la automoción.
Ante los rumores de una posible guerra arancelaria, Trump encendió la mecha firmando una orden ejecutiva el 1 de febrero para gravar con un 25% todos los productos de Canadá y México, sus vecinos. La decisión auspició varias jornadas consecutivas de caídas. Días más tarde, Trump dejaba en el aire la idea de implementar unos aranceles recíprocos. Sin embargo, las bolsas europeas resistieron con fortaleza, al contrario de la tendencia observada en las norteamericanas. El Ibex, por ejemplo, cerró febrero con una subida del 10% y situándose cerca de sus máximos históricos.
Publicidad
Llegó el día que tanto prometía Trump, el 2 de abril, bautizado por el magnate como el 'Día de la Liberación' de EE UU. Desde la Casa Blanca, el magnate anunció unos aranceles recíprocos para todos los países del globo y una tasa universal mínima del 10%. El efecto se trasladó de inmediato a las Bolsas, llevándose Wall Street la peor parte de todas. El Dow Jones cerró con caídas del 3.98%.
El 8 de abril, los mercados volvieron a rebotar ligeramente gracias a la posibilidad de que Trump se abriera a negociar condiciones con varios países. Sin embargo, ese optimismo volvió a caer en saco roto un día después, ya que China anunció su contraataque con la imposición de unos gravámenes del 84% a los productos estadounidenses.
Publicidad
El mismo 9 de abril, Trump anunció la que, según Scott Bessent, Secretario del Tesoro de EE UU, había sido «la estrategia desde el principio». El mandatario anunció una tregua arancelaria de 90 días a todos los países dispuestos a negociar. La salvedad es China, que ha sido desde el principio el máximo enemigo de Washington, que anunció que gravará los productos chinos con un 125%. Justo antes del anunció, Trump ya dejó entrever sus intenciones con un mensaje a través de su red social, en el que aseguraba que «este es un gran momento para comprar y hacerse rico». Acto seguido, el Dow Jones cerró una histórica jornada con un aumento del 7,87%.
En Europa, los mercados reaccionaron al anuncio estando cerrados, pero a fecha de 10 de abril, el Ibex ha abierto la sesión con la mayor subida de su historia, un 8,59%, y los principales índices europeos también se han contagiado de euforia.
Noticia Patrocinada
Tomando el 5 de noviembre como base 100 para poder comparar las variaciones
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.