Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La rocambolesca votación de la reforma laboral ha eclipsado el debate sobre el fondo de una norma que tiene como principal objetivo reducir la elevada temporalidad, que en España y también en Euskadi supera el 25%, muy por encima de la media europea. Para ello ... introduce restricciones importantes en la contratación eventual, entre las que destaca la desaparición del contrato de obra y servicio. De todo ello se debatió ayer en una mesa organizada por APD Zona Norte con los responsables del departamento laboral de bufetes como Barrilero, Garrigues o Cuatrecasas, en la que también participó el inspector de Trabajo de Bizkaia Mario Duque. Fueron especialmente duras las advertencias de éste contra la modalidad de fijos-discontinuos, la estrella de la reforma a la que se quiere derivar buena parte de la contratación eventual.
«La nueva fórmula de fijos-discontinuos no da ninguna garantía de estabilidad. De hecho, se aproxima mucho a la contratación a '0 horas'. Es el subterfugio perfecto para enmascarar la precariedad y la temporalidad porque, en términos estadísticos, es fijo y no consta como a tiempo parcial. Al final es cambiar de nombre a la precariedad, que seguirá ahí», censuró el inspector.
Los expertos laborales coincidieron en que no se ha derogado la reforma del laboral, ya que no se han tocado los ejes de la misma, como la rebaja de la indemnización por despido y los motivos para justificarlo por causas económicas. «Es un texto 'light' de maquillaje», apuntó José Ramón Mínguez, director de la división laboral de Barrilero. En su opinión, se han seguido las directrices de Bruselas, que exigía mantener la regulación de Rajoy y reducir la temporalidad.
En este sentido, Mínguez criticó que el mayor foco de temporalidad está en el sector público (en Euskadi alcanza el 44% frente al 20% del privado) y para ello se ha alterado la contratación en el ámbito de las empresas, «lo que dificultará la gestión de los picos y valles de demanda». En la misma línea, la responsable del departamento laboral de Garrigues, Begoña de Frutos, recordó que muchas empresas disponen de una bolsa de eventuales «porque tienen miedo al proceso tan complejo que suponen los ERE en este país». Ella fue la encargada de exponer los cambios que se han introducido en las diferentes modalidades, con la desaparición del contrato de obra o servicio, los cambios en el de circunstancias de la producción y para sustituciones, así como el refuerzo de los fijos-discontinuos.
Es la estrella porque el Gobierno quiere canalizar la contratación eventual a esta modalidad que se contabiliza como indefinida. Hasta ahora se usaba para trabajos de temporada o estacionales (por ejemplo, las campañas agrícolas o turísticas). Ahora se podrán aplicar a todas las actividades que sean intermitentes y también para trabajar en las contratas que formen parte de la actividad normal de la empresa o la Administración. Según explicó el inspector Mario Duque, este tipo de contratos se puede utilizar para trabajar los fines de semana, los puentes o festivos. En su opinión, la indeterminación del tiempo que se trabajará genera una gran incertidumbre. «El trabajador no tendrá certeza absoluta de la prestación de los servicios, ya que si no hay carga suficiente podría no ser llamado», precisó. Eso sí, la compañía deberá respetar el orden de llamamiento pactado en convenio o en acuerdo con la empresa.
Duque sostiene que así formulado este contrato se acerca al de '0 horas', «algo que dista mucho de lo que se considera trabajo decente». También reconoció, no obstante, que la nueva modalidad tiene ventajas al computar para la antigüedad los periodos de inactividad, en los que se cobra el paro. No obstante, no parece que eso se extienda al cálculo de la indemnización por despido.
Aparte del contrato de sustitución, se mantiene la posibilidad de realizar contratos eventuales por circunstancias de la producción. El principal de ellos, de duración de seis meses ampliable a un año, sería para cubrir necesidades imprevisibles y ocasionales por oscilaciones de la demanda. «Eso incluye las vacaciones, por ejemplo», explicó Begoña de Frutos, de Garrigues. Aparte, habría otra modalidad para campañas previsibles (como las rebajas) con un máximo de 90 días al año, en el que se puede contratar a todos los trabajadores que se necesiten en este tiempo. De Frutos recordó que la limitación de encadenar temporales para más de 18 meses en 24 afecta a los trabajadores y a los puestos de trabajo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.