
¿Cómo evolucionará la Bolsa europea tras las legislativas de EE UU?
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pedro sastre
Analista de estrategia de mercados de Banca March
Domingo, 11 de noviembre 2018
Las elecciones de mitad de mandato, celebradas en Estados Unidos esta misma semana, confirmaron los pronósticos de cambio de signo político en la Cámara de Representantes, cuya mayoría pasa al partido Demócrata por primera vez en ocho años. La mayoría en el Senado, por el contrario, sigue en manos del partido Republicano del presidente Donald Trump.
La división política de ambas cámaras implicará, probablemente, una dificultad adicional para sacar adelante nuevas iniciativas legislativas, teniendo en cuenta que faltan sólo dos años para las próximas presidenciales. En este sentido, Trump podría aprovechar el previsible bloqueo demócrata a un crecimiento adicional del gasto público para anunciar el cierre temporal de la Administración. Más preocupante sería el bloqueo a elevar el techo de la deuda pendiente en primavera ya que, sin esta aprobación, EE UU entra en riesgo de impago.
No obstante, no está todo perdido para Trump ya que podríamos asistir a acuerdos puntuales entre ambos partidos para lanzar un necesario plan de infraestructuras o incluso aprobar rebajas de impuestos para contribuyentes con ingresos más bajos. Acuerdos que darían impulso al PIB del país.
Nuestro escenario central, con la dificultad que implica la incertidumbre asociada a la guerra comercial, es que estas elecciones no traerán cambios importantes en la economía estadounidense. El país no estaría en la fase final del actual ciclo económico, pese a lo prolongado del mismo, presentando hoy un escenario normalizado de tipos de interés, crecimiento del crédito en línea con el PIB nominal y sólidos resultados empresariales.
Al otro lado del charco, el inversor europeo debe aprovechar esta prolongación del ciclo económico en Estados Unidos y la buena marcha económica del continente, para centrar su atención en el potencial que ofrece la renta variable europea. Destacamos dos aspectos:
En primer lugar, el inversor deberá descartar su percepción de riesgo en torno a la Unión Europea y a la desaparición del euro. Dejando a un lado Reino Unido, país que ha dado muestras históricas de su incomodidad con el proyecto de la UE, la clave se centra en la solución del problema italiano; en este sentido, creemos que será cuestión de tiempo la presentación de unos presupuestos más creíbles por parte del Ejecutivo italiano que tranquilice a Bruselas, y en ningún caso supondrá la ruptura de la moneda única.
En segundo lugar, deberá aprovechar el proceso de normalización de tipos de interés, que estaría próximo a iniciarse. Pese a que la Eurozona cerró 2017 con un PIB del 2,5%, el mayor en diez años, los tipos permanecen en mínimos históricos y el crédito crece por debajo del PIB nominal, situación que vemos abocada a revertir. Si hacemos caso al BCE, la subida de los tipos oficiales podría llegar dentro de un año, pero los mercados anticiparán este movimiento.
A nivel sectorial, un proceso de tipos al alza en Europa sería muy bien acogido por los bancos, operando ahora con tipos negativos. También sería bienvenido por el sector industrial, teniendo en cuenta el potencial incremento de la inversión derivado de la mejora de las finanzas públicas y privadas en el continente. Por último, llamamos la atención hacia algunas compañías de sector tecnológico, con buenas previsiones de crecimiento a futuro que justifican valoraciones más ajustadas. Tres sectores que creemos serán los protagonistas, para bien, de la Bolsa europea en próximos trimestres.
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