«La recuperación por fin comienza a reflejarse en los salarios»

Empezando por uno de los puntos positivos, los sueldos. El incremento salarial medio en los convenios vigentes en Euskadi al cierre del año pasado fue del 1,86%, un aumento superior a la inflación, del 1,6%, lo que supone una mejora en el poder adquisitivo. En el ejercicio anterior no se logró eso, y la subida salarial del 1,48% quedó por debajo del IPC.

La recuperación de los salarios no solo se observa en los convenios. La media que recogen las estadísticas del INE también lo refleja. Así, en 2018 se produjo un incremento del coste salarial medio del 2,4% hasta los 2.258 euros, a la vez que crecía el número de ocupados. «En los años anteriores no ocurría eso. Al contrario, al recuperarse el empleo bajaba el salario medio, reflejo de que los nuevos trabajadores entraban en condiciones peores a las que tenían los que salían», ha explicado Arrieta. Ahora avanzan salarios y empleo de la mano, lo que es todo una novedad muy positiva.

De esta forma, el peso de la remuneración de los salariados en el PIB está por fin recuperando posiciones después de haber perdido mucho terreno: pasó del 48,96% al 47,39% entre 2013 y 2017.

La mejora salarial se debe, al menos en parte, a los avances en la negociación colectiva después de años de bloqueo. Casi el 25% de la población trabajadora vasca renovó sus convenios colectivos hasta llegar a un 47,3% de ocupados con sus acuerdos actualizados. «Los mejores datos en cinco años», ha asegurado Arrieta, que ha destacado el logro de estos datos, obtenidos gracias a las negociaciones realizadas 'en casa' y en acuerdos sectoriales, a su juicio, la «columna vertebral» para las relaciones laborales.

Por el lado negativo, resalta la temporalidad. «Nos causa preocupación que se hayan firmado más contratos indefinidos que nunca en 2018, pero que, sin embargo, no baje la temporalidad, que está en el 25,8%», ha afirmado. Al aventurar las posibles causas, ha hecho referencia a un estudio reciente del propio organismo que aflora, entre otras cosas, la dificultad de pasar de un contrato temporal a uno indefinido y la pérdida de calidad de los contratos fijos. No obstante, Arrieta no ha descartado que el principal motivo de tanta inestabilidad esté en las tasas de eventualidad e interinidad del sector público, tal como exponía un reciente informe de Confebask. Según los datos de la patronal, la temporalidad en el ámbito privado está en el 23,6% y en el público, en el 35,5%.

El presidente del CRL también ha alertado de la evolución demográfica, al haber caído la población de 20-64 años en casi 90.000 personas entre 2008 y 2018. Para compensar esta negativa pérdida de fuerza laboral propone impulsar la tasa de actividad entre las mujeres y entre los más jóvenes, de forma que estos compatibilicen estudios con ocupaciones, tal como ocurre en otros países europeos.