Temor a que el precio de la gasolina se dispare tras la Semana Santa

El mensaje que han querido trasladar los países con yacimientos de crudo ha sido claro: no van a tolerar que el barril Brent se venda por debajo de los 80 dólares. Y eso va a provocar, como explicó Lekue, que el precio de la sin plomo 95 no baje de los actuales 1,67 euros el litro en todo el año. En cuanto al diésel, más de lo mismo, hasta las próximas uvas el mejor precio que se puede esperar es el actual de los 1,53 euros por litro de media que se pagaba este mares en Euskadi. Es más, los analistas de JP Morgan dan por hecho que el precio del barril de petróleo acabará el año en torno a los 96 euros. La última vez que el crudo se situó en esos índices fue en septiembre y, un mes después, el diésel escaló hasta los 1,98 euros el litro y la gasolina hasta los 179 céntimos.

Los carburantes rompen así la dinámica que les había llevado en este mes de abril a los mismos precios que iluminaban las estaciones de servicio vascas justo el día antes de iniciarse la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero del año pasado. El descenso acumulado desde junio del pasado año ha sido del 27% en el caso del diésel –alcanzó los 2,154 euros–, y del 22% para la sin plomo 95 –llegó a los 2,149 euros–.

La tendencia respondía a una caída de la demanda provocada por la desaceleración económica que ha generado la crisis de precios y la subida de tipos de interés. La deriva solo se frenó ligeramente en noviembre, cuando la OPEP+ (organización que, además de a los principales productores, incorpora a otros países como Rusia) anunciaron un recorte de la producción de dos millones de barriles diarios. No fue suficiente y ahora dan un nuevo giro de tuerca anunciando para mayo otro ajuste más de medio millón de barriles al día en el caso de Arabia Saudí y Rusia.

La posibilidad de tener que pagar cerca de dos euros por litro de combustible no contará ahora, a diferencia del año pasado, con la subvención de los 20 céntimos por litro del Gobierno de España. En el caso de los transportistas profesionales, además, esa ayuda que se mantenía se reduce ahora a 10 céntimos. La Comisión Europea ha venido advirtiendo sobre la necesidad de evitar ayudas universales y activarlas solo para casos concretos de colectivos más débiles.

El aumento de precios de la gasolina sí impactará, en cambio, en la recaudación de las haciendas. Del combustible que se vende en las gasolineras, la mitad de su importe responde a impuestos. Por un lado, el IVA, que encarece un 21% el precio, y de otra parte el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos. Este último generó, en la gestión propia de las diputaciones vascas, una recaudación de 1.527 millones. La más alta de la serie histórica, aunque luego tiene que ser ajustado con la Administración del Estado.