«VGP se ha comprometido a dedicar más de la mitad de La Naval a industria»

- La designación de la compañía VGP como futura propietaria de los terrenos de La Naval ha desatado la polémica. Hay incluso quien anuncia impugnaciones.

- La jueza encargada del caso tendrá el informe en los próximos días y es a partir de su decisión cuando puede impugnarse. Lo cierto es que los abogados de los principales oferentes, con los que he hablado, han descartado impugnar. Pero... es una posibilidad y ahí está.

- ¿Sabe usted lo que va a hacer la multinacional belga con esos terrenos?

- Conozco algunas cosas porque ni siquiera tenían la obligación de contárnoslo. Pero sé que se han comprometido a dedicar más de la mitad del terreno a actividades industriales. Y ello porque ya han anticipado que no van a negociar con el Ayuntamiento la calificación urbanística, que obliga precisamente a que el 51% sea industrial.

- Aquí son unos desconocidos...

- Lo que conocemos de ellos es que son un grupo extraordinariamente solvente. Puedo decirle que el trabajo que han desarrollado ha sido muy serio. Su consejero delegado ha estado aquí y ha contratado a varias empresas locales para hacer los estudios previos.

- Las críticas vienen por el hecho de que no se haya valorado en la adjudicación el destino de los terrenos: qué parte se destina a industria, de qué tipo, etc.

- Es que no se podía en esta fase. El plan de liquidación era conocido y en esta fase del proceso era puro precio. Ni siquiera tenían que presentar un plan o decir a qué iban a dedicar el lote por el que pujaban.

- ¿Esto es algo que ha sucedido en el caso de La Naval o es habitual?

- Es lo habitual. El plan de liquidación de La Naval era muy estándar. Otra cosa era en la fase de venta como unidad de negocio.

- Acláreme eso, por favor.

- Sí, durante casi año y medio el proceso de venta estuvo abierto para intentarlo como unidad de negocio. Esto es, para venderlo como un astillero en funcionamiento. Lógicamente para que empresas dedicadas a esa actividad se hubiesen interesado por él. En esa fase, sí está permitido ponderar de un lado el precio y de otro el objetivo de la compra. Con ello se pretende preservar el interés de los acreedores, el precio, pero también la actividad económica que va a mantener la empresa si se garantiza que continuará en funcionamiento. Pero, pese a que fue casi año y medio, no hubo ninguna oferta. Por eso se pasó a la liquidación por lotes.

- No hubo oferta, pero el Gobierno vasco desveló que había interesados.

- Es verdad y hubo varios. No muchos, pero al menos mantuvimos reuniones con unos cinco grupos. Incluso, uno de ellos trabajó bastante el proyecto y llegó a estudiarlo muy a fondo. Estaban dispuestos a hacerlo, pero la demanda que presentaron los sindicatos les ahuyentó. Se fueron y ya no volvieron.

- Los sindicatos recurrieron a los tribunales el despido de la plantilla. ¿Fue esa inseguridad jurídica lo que impidió las ofertas?

- No hay la más mínima duda. La demanda, que luego el Supremo rechazó, les ahuyentó. Antes del verano, cuando el plazo de presentación de ofertas aún estaba abierto, hablé con los sindicatos para explicarles la situación y decirles lo que, en mi opinión, podía llegar a suceder. Bueno, era su estrategia y yo sólo podía dar una opinión. La decisión estaba en sus manos.

- Una dirigente política ha dicho que usted sólo ve números.

- Es que en esta fase sólo podía ver números y atenerme al procedimiento.

- El representante de una asociación empresarial ha calificado la adjudicación como inadmisible.

- No voy a entrar a valorar opiniones tan subjetivas como personales.

- Detrás de algunas declaraciones de estos días, ¿se esconden intereses personales, económicos, quizá también políticos?

- Pues no lo sé, pero le digo algo parecido. No me corresponde valorar ese tipo de cosas.

- Un administrador concursal y más en un caso como éste, ¿recibe insinuaciones, instrucciones, presiones o algo similar?

- Yo al menos no he recibido nada de eso. Hombre, se ha acercado mucha gente a darme su opinión. Al menos yo me lo he tomado así y les he escuchado. Pero no me he sentido presionado.

- ¿Le ha sorprendido la repercusión social y mediática de esta liquidación?

- Sí y no. Algo me esperaba porque es una empresa emblemática, parte de la historia industrial de Bizkaia y de la Margen Izquierda, y eso tiene su peso. Es lógico que haya interés. Pero me ha sorprendido porque durante año y medio no ha habido tantas voces que reclamasen ser protagonistas en el futuro de la empresa. Pudieron ofertar y no lo hicieron.

- Sus relaciones con el Gobierno vasco...

- Han sido magníficas, permanentes y fluidas. Creo que las declaraciones de su portavoz enmarcan la situación de forma perfecta. Las cosas quizá no hayan salido como el Gobierno quería, pero acepta el resultado.

- Pese a los 36 millones que pagará VGP no se cubrirán las deudas.

- No, en total hay casi 160 millones de deuda, de los cuales 60 son con acreedores comerciales y 7 millones de indemnizaciones a la plantilla, aunque una parte la ha adelantado el Fogasa.