Competencia complica la opa de BBVA sobre el Sabadell al aplazar su decisión varios meses

Se trata de una decisión, adelantada por EL CORREO en su edición digital, que complica el objetivo del banco vasco ya que sabe que la dilación va en contra de sus intereses, aunque ya ha anticipado que no tira la toalla. «Seguiremos colaborando estrechamente con la CNMC para culminar cuanto antes el acuerdo de compromisos y la aprobación del expediente», señaló ayer un portavoz oficial del banco.

En un comunicado muy escueto, puramente descriptivo, sin valoraciones y advirtiendo de que esta decisión no prejuzga el sentido definitivo del procedimiento, la CNMC señaló que «a la vista de las circunstancias de la operación y su afectación potencial al mantenimiento de la competencia efectiva, la Sala de Competencia ha resuelto profundizar en el análisis del expediente en la segunda fase del procedimiento».

En términos temporales esto significa que la decisión definitiva –aprobar o rechazar la operación– no se producirá antes de la próxima primavera, en torno al mes de marzo si las cosas discurren con normalidad. Un auténtico revés para las aspiraciones de la cúpula de BBVA, que había puesto buena parte de sus esperanzas en una resolución más rápida para que la decisión de los accionistas del Sabadell se materializase en el primer trimestre de 2025. Con la decisión adoptada por Competencia eso ya está descartado. El verano de 2025 comienza a ser la fecha más próxima en grado de tentativa para culminar todas las autorizaciones que hay que superar, entre las que se incluye la de la CNMV.

La metodología a utilizar también cambia. Hasta ahora la CNMC ha evaluado informes técnicos fríos y despojados de valoraciones cualitativas. Con datos aportados por ambas entidades, los expertos del organismo que debe velar por la libre competencia y también en el sector financiero han analizado cuotas de mercado, número de oficinas y su localización, principalmente. En definitiva, si hay riesgos y cuáles para la competencia.

Fuentes próximas al trabajo de los técnicos de la CNMC aseguran que las reticencias técnicas han sido de perfil muy bajo, muy limitadas y fácilmente soslayables con pequeños compromisos de futuro por parte de BBVA. A partir de ahora, en la 'Fase 2', Competencia escuchará alegaciones, valoraciones que no necesariamente tienen que se objetivas, por parte de cualquiera que se sienta apelado: ya sea el propio Gobierno –que se opone a la operación–, de los empresarios catalanes –que están en al misma línea– o de cualquier ciudadano que esté interesado en dar su opinión. «La decisión de la CNMCconfirma la complejidad de la opa hostil», indicaron fuentes del Sabadell.

«El carácter hostil de la operación es lo que ha condicionado la decisión de Competencia», aseguran las mismas fuentes. Con un acuerdo previo entre ambos bancos jamás se hubiese enviado el expediente a la 'Fase 2'. Pero lo cierto es que ese acuerdo no existe –más bien al contrario, la filtración que desveló las intenciones de BBVA se achaca a un intento de torpedear la opa antes de ser formulada de forma oficial– y la coyuntura política tampoco le es favorable. La presión de las fuerzas políticas catalanas sobre Pedro Sánchez, que necesita su respaldo para intentar sacar adelante los Presupuestos de 2025 y cualquier otra iniciativa legislativa, ha sido evidente. Con lógica mercantil y de defensa del arraigo territorial, tanto Junts como ERC se oponen a una compra del Sabadell que provocaría un desplazamiento del centro de decisión de la entidad, desde Sant Cugat del Vallés a Madrid.

Una de las primeras consecuencias de la decisión de Competencia será conocer su impacto en el mercado bursátil, que se podrá apreciar hoy, miércoles, desde el inicio de las cotizaciones. La ampliación del estudio sobre este expediente introduce elementos de incertidumbre en el propósito de BBVA de tomar el control del Sabadell y al entidad que preside Carlos Torres tendrá que valorar ahora si mantiene la apuesta.