«No tenemos que compararnos o competir con Madrid sino mirarnos hacia dentro»

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- Cuando presentó las directrices presupuestarias usted dijo que visualizaba un Presupuesto sin déficit. Sin embargo, más tarde, han insistido mucho en querer negociar el déficit con el Estado. Parece una contradicción.

- Vamos a tener déficit. Los compromisos que tenemos en el programa de gobierno nos exigen poner los recursos que sean necesarios, sin llegar a comprometer la solvencia del futuro.

- ¿Y qué cifra tiene en la cabeza?

- Aún es pronto para tenerla porque se deben despejar dos incógnitas, las previsiones de recaudación de impuestos y el margen de déficit. Pero déficit vamos a tener.

- ¿Puede parecerse al del pasado año, que estuvo en torno a los 280 millones?

- Puede ser, nos moveremos en niveles parecidos.

- Con un crecimiento moderado de la economía y una inflación casi bajo control no habrá grandes incrementos de recaudación.

- Eso es así. Pero creo que vamos a tener los recursos suficientes para hacer lo que nos hemos comprometido. Además vamos a hacer un gran esfuerzo en la evaluación de las políticas públicas. No solo hay que aumentar el gasto, sino ver si lo que se hace es eficiente.

- ¿Le ha dicho el lehendakari qué departamentos deben ser privilegiados en el gasto?

- Pues no, no lo ha hecho.

- ¿No le ha dicho que hay que aumentar el gasto en sanidad?

- Es conocido que sanidad es una de las prioridades que tenemos. Y es precisamente donde vamos a ahondar en la evaluación sobre la eficiencia de lo que ya se gasta.

- Peros esto de las evaluaciones es una música conocida. Se ponen en marcha y nunca se conocen los resultados...

- Créame que me voy a empeñar en ello y le voy a dar intensidad.

- ¿Tiene alguna opinión sobre la opa que BBVA ha presentado para absorber al Sabadell?

- Tenemos que dejar que los acontecimientos se sucedan. No voy a opinar sobre este tema.

- Pero en el País Vasco nos molesta cuando alguien viene a comprar una empresa estratégica. Ahora que es una empresa vasca quien trata de comprar...

- No creo que como Gobierno tengamos que tener opinión.

- Usted viene del sector financiero y ahora es el encargado de administrar parte de lo que se recauda por impuestos. ¿Qué opinión tiene en torno al gravamen especial de la banca? ¿Comparte la idea del Gobierno central de que debe prorrogarse?

- Ya lo siento pero tampoco voy a opinar sobre esto.

- Pero, ¿ni siquiera sobre la filosofía de ese gravamen?

- Tengo una posición personal, por supuesto, pero como consejero del Gobierno no es prudente que opine.

- Las instituciones vascas tienen entre manos una reforma fiscal. ¿No van con un cierto retraso?

- Hay que darse cuenta de que la pandemia paró los trabajos que se habían iniciado.

- Me refería al momento actual. Estamos ya a mediados de octubre, no hay ni borrador, hay que abordar la tramitación en las Juntas Generales y que se apruebe antes del 1 de enero. No estaría bien que te cambien las líneas del campo de juego comenzado el año.

- Se está trabajando de forma intensa y creo que no habrá problemas.

- ¿Tienen ya un principio de acuerdo con alguna fuerza política para sacarlo adelante en Gipuzkoa y Álava, donde PNV y PSE no tienen mayoría suficiente?

- Esa parte no me corresponde.

- Y, en esta reforma fiscal, ¿cree usted que hay que rebajar, mantener o aumentar la presión fiscal?

- Desde el Gobierno tenemos la capacidad que tenemos. Vamos a esperar a que se pongan las novedades sobre la mesa.

- ¿Es usted de los que cree que Madrid hace 'dumping' fiscal o de los que piensa que ellos compiten con armas fiscales? Por cierto, como hacía el País Vasco hasta hace poco más de una década.

- No tenemos que compararnos o competir con Madrid o unos entre otros. Tenemos que mirar hacia dentro, hacia nuestra sociedad. Y que la fiscalidad sea lo que necesitan las empresas y los ciudadanos.

- Pero las empresas compiten y deciden instalarse allí donde tienen un escenario fiscal más atractivo. Algunas personas, con grandes recursos económicos, también hacen lo mismo.

- La fiscalidad no es el único elemento a tener en cuenta, es una herramienta más. Hay otras. La formación de las personas, las infraestructuras. No nos tenemos que obsesionar con otros territorios sino buscar una fiscalidad equilibrada.

- Pero hay una evidencia estadística. Euskadi no para de perder peso en el conjunto de la economía española. Del 6,8% en 2020 hemos pasado al 5,8% en 2022 y probablemente ya estaremos en el 5,7%.

- Esto es cierto, es una realidad. Pero no nos preocupa competir a nivel del Estado. Tenemos que mirar más allá, hacia Europa y el resto del mundo. Más que mirar hacia atrás hay que mirar hacia adelante.

- Pues mirando hacia adelante, lo que algunos empresarios manifiestan en público es que encuentran más atractivo invertir en Estados Unidos que aquí. Lo dicen quienes están en el sector energético y también la industria del automóvil. Me consta que esto se lo han trasladado también a ustedes, a los consejeros del Gobierno. ¿No es preocupante?

- Nadie dijo que esto iba a ser fácil. La sociedad vasca ha sido un ejemplo de adaptarse a los cambios y estamos en un momento de cambio de paradigmas. Pero soy optimista.

- Usted viene de la plantilla de Kutxabank. ¿Cree que el banco podrá continuar a medio plazo sin dar entrada a capital externo? Ya sea en Bolsa o con otra fórmula.

- Yo lo que conozco es una entidad sólida, ahora con un plan estratégico de crecimiento. No creo que su solvencia esté en cuestión.

- Vayamos al fondo soberano. El término apela a dinero público y ustedes hablan también de dinero privado. ¿No ha sido un error elegir ese calificativo?

- El término no lo hemos marcado nosotros...

- Perdóneme, pero tengo que corregirle. Lo hizo el lehendakari en su discurso de investidura.

- Bueno, tiene razón. Pero hacemos alusión a un concepto que es el de aunar voluntades en torno a una estrategia financiera. Hay capacidad financiera pero repartida en muchos agentes. Queremos aunar esfuerzos.

- Ya, pero si hay muchos actores en esa habitación, cuando alguien abra la puerta y pregunte 'aquí quién manda', ¿cuál es la respuesta?

- Vayamos paso a paso y dándole tiempo. Lo importante es que se sepa que las empresas que se vayan a vender pueden encontrar aquí una opción.

- Ustedes tienen un fondo, Finkatuz, inactivo desde hace tiempo. Tienen más de 200 millones parados...

- Se han analizado operaciones pero no ha podido materializar ninguna más por ahora.

- Por cierto, donde sí han entrado es en ITP. Con el voto a favor del Gobierno vasco en el consejo se ha aprobado endeudar a la empresa en 600 millones de euros para repartírselo entre los accionistas como dividendo. Incluido el propio Gobierno. Es legal pero poco edificante, ¿no?

- Hay que tener en cuenta las prácticas habituales de los fondos de inversión. Pero no voy a valorarlo. Quiero mirar hacia adelante.

- Hagámoslo. En el futuro, ¿autorizará a un representante del Gobierno vasco en el consejo de administración de una empresa a volver a votar a favor de una operación de ese estilo?

- No me parece que tenga que contestar a esto...

- Hay compañías que están ahora sobre la mesa, en venta, a falta de comprador y con mucho riesgo para el País Vasco, como Talgo y Uvesco. ¿Qué puede hacer ahí el Gobierno o ese nonato fondo soberano?

- En Talgo, el lehendakari lo ha dejado claro. No nos corresponde a nosotros el liderazgo. Estamos dispuestos a acompañar si hay un socio industrial. Y en el de Uvesco creo que hay que esperar a ver cómo evolucionan las cosas.

- Ya intuyo que me va a volver a contestar con una 'no respuesta' pero, ¿es cierto que Fundación Kutxa ya ha anticipado que no invertiría en Uvesco, a pesar de ser un grupo guipuzcoano?

- Efectivamente, no le voy a contestar. La discreción y la prudencia va en favor de este tipo de operaciones.

- ¿No hay una excesiva reclamación de que el Gobierno solucione problemas del ámbito privado?

- En cierto sentido es positivo y necesario que haya un movimiento que reclame actuaciones para defender el arraigo de empresas.

- No en estos casos, porque hay fondos de inversión que entran para maximizar beneficios y vender. ¿No cree que también hay que actuar para eliminar tentaciones de venta?

- Sin duda. Tenemos que hacer que las empresas y sus propietarios se sientan cómodos para desempeñar su labor. Pero no hay que olvidar que hay circunstancias, relevos generacionales, cansancios, en los que es inevitable una venta. Por eso hay que desarrollar una capacidad financiera que permita arraigar esas empresas que se consideran estratégicas.