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Cree que algunas de las grandes apuestas de la industria del petróleo son o publicidad engañosa o una alternativa condenada al fracaso por su elevado precio. Cree que evitar el daño al clima es el objetivo prioritario que no admite dilación y que cualquier intento ... de retrasar la adopción de medidas -fundamentalmente dejar de quemar cosas y emitir con ello CO2- debe ser combatido con rotundidad. Teresa Ribera, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, ha tenido una semana intensa y no ha dudado en aterrizar en la polémica suscitada por la demanda de Iberdrola contra Repsol por una supuesta competencia desleal. Sus palabras son un misil en la línea de flotación del proyecto industrial que tiene Petronor para las próximas décadas porque cree que el combustible sintético no tiene futuro. O ella, al menos, no lo ve.
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- No han podido aprobar los Presupuestos y de momento se ha quedado en el cajón extender la vigencia de la tasa especial a las empresas energéticas. ¿Lo van a rescatar?
- Era una prestación temporal sobre la base de unos beneficios muy elevados de las empresas energéticas. Es verdad que estaba previsto para los Presupuestos pero hay otras fórmulas. Es algo que tiene que estudiar el Ministerio de Hacienda para ver si se puede encajar en otra iniciativa legislativa.
- ¿Le preocupa que una victoria de los partidos conservadores en las próximas elecciones al Parlamento Europeo derive en un cambio de rumbo o de plazos en la transición energética?
- No es descartable que haya quien pretenda hacer una defensa de determinados privilegios. Pero el gran acuerdo verde y la transformación de nuestra economía es una apuesta muy importante, pero por supuesto importa quién sea el director de la orquesta. La orquesta puede sonar bien o con un ritmo ralentizado.
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- Pero puede suceder.
- Retrasaría la adopción de medidas e inversiones y eso tendrá un efecto negativo porque cuanto más se tarde será más caro. Intencionadamente se ha introducido el miedo en una parte de la población pero el clima no entiende de ideologías. Sería un inmenso error.
- ¿Qué le diría a ese colectivo que se identifica como negacionistas?
- Hay dos informes muy recientes, el informe sobre el estado del clima en 2023 de la Organización Meteorológica Mundial y la Agencia Europea de Medio Ambiente han hecho sonar todas las alarmas. Ha sido el año récord de temperatura, con 1,45 grados por encima de la era preindustrial. No cabe retrasar las decisiones porque además Europa no está preparada para absorber este impacto, lo que implica que el daño en la economía puede ser enorme.
- Josu Jon Imaz la ha emplazado a que dé su idea sobre qué hacer con Repsol y sus 28.000 trabajadores.
- No voy a entrar en cuestiones personales, pero este Gobierno trabaja en favor de la industria y la reindustrialización. Hay que evolucionar hacia una industria cada vez más competitiva por un menor uso del CO2.
- En el País Vasco hay una buena parte de la industria y del empleo que están comprometidos. No sólo por la actividad que está ligada al petróleo y que es clave en la recaudación de impuestos, sino también por el acero o la fabricación de piezas que acaban en un motor de automóvil. ¿No le parece lógico que haya temores?
- Si yo fuese trabajadora de base de la industria petroquímica o de la fabricación de componentes de motores estaría muy preocupada si los directivos de mi empresa se pusiesen una venda en los ojos para no ver lo que realmente está ocurriendo. Utilizar el argumento del empleo me parece una herramienta para generar miedo. Si el escenario ha cambiado tendré que prepararme. Por eso toda la industria alrededor del automóvil debe evolucionar y es legítimo que se reclame tiempo. Pero los términos de la conversación deben ser esos.
- ¿Y qué deberían hacer esos estrategas, en su opinión?
- Reaccionar a tiempo y preparar la evolución de su plantilla. Creo que todo el mundo entiende que dejar atrás los combustibles fósiles no significa poner un cartel de 'se cierra' pasado mañana. Aunque quizás ese cartel nos lo encontremos dentro de diez años si no se ha hecho nada antes. Hay que recordar lo que ha pasado en este país con el carbón, después de que el Gobierno de Rajoy se empeñase en decir que se iba a mantener por encima de todo.
- ¿Apuesta por un cierre de las refinerías?
- Hoy sería imposible porque el modelo que tenemos no lo permitiría. Pero en el escenario de largo plazo a 2040 ó 2050 es lógico pensar que no vamos a necesitar gasolina o gasoil.
- Los combustibles renovables, los sintéticos, ¿tienen en su opinión un hueco en el futuro?
- Con arreglo a la información que tenemos hoy sería un hueco muy parcial y un coste muy superior al de la electricidad. En mi opinión, el combustible sintético solo servirá para quien tenga un Maserati y quiera algo caro. No creo que sea la respuesta para lo que la inmensa mayoría de los ciudadanos deseen. Insisto, pueden tener un hueco pero no creo que merezca la pena hacer una apuesta colectiva de inversión de la magnitud que parece requerir.
- Estos días se ha puesto de moda el término 'greenwashing' gracias a la demanda que Iberdrola ha presentado contra Repsol…
- Sí y también el de 'greenblaming', que viene a significar que la agenda verde tiene la culpa de todo. Lo cierto es que lo que más me ha gustado es que los medios de comunicación comiencen a hablar del 'greenwashing'. Estoy encantada por ello y también por el hecho de que sea un asunto liderado por una empresa y no por una organización no gubernamental o una asociación de consumidores.
- ¿Qué parte de la publicidad de Repsol es criticable?
- Si uno va a Reino Unido vería que la agencia de control de la publicidad prohibió la publicidad de Repsol como sostenible o renovable. Pensar que cualquier tipo de combustible es sostenible no es cierto y hay que tener cuidado con iniciativas simbólicas que buscan confundir a los ciudadanos.
- Pero en España no existe esa regulación sobre la publicidad.
- Es verdad, no lo hemos reglado todavía, cosa que no significa que no debamos hacerlo. La UE ya se ha planteado elaborar una directiva en este sentido. No sucede solo en este campo, también en otros. Pasa lo mismo con términos que se utilizan mucho en la publicidad de alimentación como el de saludable, 'light' u otros. Hay que ser cuidadosos porque ataca la credibilidad y la gente no quiere que la engañen.
- Usted calificó a Josu Jon Imaz hace semanas como «negacionista» y «retardista» en la transición energética. ¿Se ha entrevistado con él en privado desde entonces?
- Procuro conversar con todos.
- Pero usted parece molesta.
- Me parece que lo que no corresponde es calificar de ideológico, de talibanes o de incompetentes las actitudes y las decisiones de los gobiernos. No es cierto y genera irritación. Lo mejor es no enfangar, no embarrar y mantener un dialogo respetuoso y razonado. Evidentemente, una compañía que tiene que salir del mundo del petróleo tiene un desafío mucho más grande que otra que se ha dedicado a invertir en renovables.
- Pero en la reacción de Iberdrola cabe la sospecha de que está motivada porque está perdiendo clientes de electricidad que los está ganando Repsol.
- No tengo ni idea. Ellos sabrán. Lo que me interesa es que haya estrategias que distorsionan el buen funcionamiento del mercado y si ello provoca una falta de confianza por parte de los consumidores.
- ¿No hay también mucho de 'ecopostureo' en el vehículo eléctrico? El ciclo completo de producción, baterías incluidas y también el reciclaje implica muchas emisiones de CO2 y otros problemas adicionales.
- Hace tiempo que los centros de investigación que siguen toda la cadena de valor han desmontado esa tesis. Una tesis que, por cierto, es la que esgrimen desde el mundo del petróleo. Quizá deberíamos aprender la lección porque hace veinte años la industria del automóvil europea consideró que no debía prestar atención ni a los híbridos ni a los eléctricos. China decidió que esa era su apuesta y hoy lloramos por las consecuencias.
- La gran industria, los grandes consumidores de electricidad, creen que están en una posición de menor competitividad en España como consecuencia de los costes de la energía. ¿Tienen razón?
- En alguna parte de sus planteamientos sí. Pero no es tanto por el coste directo de la energía sino porque quizá algunos países tienen unas ayudas de Estado que distorsionan la competencia. Hay que garantizar un mismo nivel de oportunidades y es algo en lo que Europa no debería fallar.
- Pero la gran industria en España, el aluminio, la siderurgia, por ejemplo, están en declive. Y los costes de la energía son clave.
- No tengo esa visión tan pesimista. Nuestro país tiene por ejemplo unas magníficas condiciones para producir hidrógeno y eso es también una ventaja para sectores como el del acero verde, la cerámica o el aluminio. Otra cosa son las decisiones de las multinacionales que hacen un juego de visión global y Europa no debe cometer el error de entrar en un mercado persa para ver quién ofrece las mejores condiciones.
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