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El viacrucis que está suponiendo la pandemia para el conjunto de la sociedad se traslada intensamente al mundo laboral. Aunque ha quedado demostrado que gracias a las medidas de seguridad adoptadas en las empresas los centros de trabajo no están siendo focos de propagación del ... virus, sí padecen las consecuencias de su expansión en el mundo social. Las bajas médicas por Covid, tanto de infectados como de los contactos que hay que aislar, se han disparado y están afectando ya al propio funcionamiento de las compañías. Especialmente de las micropymes -las de menos de 10 trabajadores, que suponen casi el 95% del tejido empresarial vasco-, porque la baja de 2 o 3 empleados pueden paralizarlas.
Los últimos datos que maneja el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) son más que reveladores: el 21 de octubre, en Euskadi había casi 10.000 trabajadores a los que se había concedido la incapacidad temporal (IT) por Covid (la cifra exacta es 9.771). Si se atiende al agravamiento de la crisis sanitaria que desde entonces padece la comunidad y que ha obligado al lehendakari a tomar medidas extremas -ordenando el cierre de todo el sector hostelero-, lógicamente la evolución de las IT irá in crescendo.
73% el porcentaje de las bajas que corresponden a trabajadores en cuarentena
87,4 millones es el coste para la Seguridad Social por las bajas por Covid en Euskadi
Sólo hay que ver la propia evolución de la pandemia. Los datos de Osakidetza muestran que mientras en agosto la media de 'casos activos' -infectados, incluyendo enfermos y asintomáticos- rondaba las 2.000 personas, en septiembre esa media subió a los 4.000, para saltar hasta a los 7.000 en octubre y llegar a los 11.732 'casos activos' el pasado lunes 2 de noviembre. La Sanidad vasca estima que por cada afectado directo por el Covid hay que poner en cuarentena a 4,4 personas, lo que ha llevado a aislar a un total de 51.600 residentes vascos esta misma semana.
Al extenderse los casos activos, se extienden las IT y la afección empresarial. Desde las patronales vascas indican que a quien más está impactando el problema es «a las muy pymes y micropymes, con plantillas cortas ajustadas y con dificultades para sustituciones breves y temporales». Hasta el punto de que, en ocasiones, se ven obligadas a parar.
Carolina Pérez Toledo, presidenta de la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia, constata que la afección de las bajas por Covid «se está empezando a notar mucho. Es un problema añadido a la falta de negocio, y cuando hablamos de empresas de menos de 10 trabajadores, que son la mayoría, en cuanto hay dos o tres personas afectadas, la producción o el servicio quedan muy afectados». Pérez Toledo recuerda que Euskadi ya padece una alta tasa de absentismo laboral en condiciones normales -la mayor de España-, «pero ahora las nuevas IT por Covid están haciendo que muchas micropymes lo pasen muy mal». Aboga por que las administraciones adopten nuevas medidas de apoyo dirigidas especialmente a las pequeñas compañías.
Y así, ante la imposibilidad real de poder recuperar la actividad normal en un plazo próximo, plantea que se amplíen los periodos de carencia de los créditos avalados por ICO y Elkargi, que se aprueben nuevos aplazamientos de pagos de impuestos, que se incentiven las medidas de ayudas al empleo especialmente para jóvenes y mujeres y, sobre todo, que se dé marcha atrás en medidas como la subida de las cotizaciones de autónomos. «En este resistir tenemos que implicar a todas las instituciones y a la sociedad, hay que salvar el tejido empresarial de Euskadi y poner mucho el foco en las micropymes».
Silvia Martínez, secretaria general de la asociación UPTA Euskadi, también critica la subida de las cotizaciones de autónomos. Está «muy preocupada» por la continuidad de muchos negocios, en los que las bajas por Covid no vienen más que a suponer una dificultad adicional para un colectivo ya muy castigado. «Difícilmente vamos a poder recuperar el empleo perdido durante esta pandemia. Y si esto sigue así muchos más autónomos tendrán que cesar en su actividad». Y pone como ejemplo el autoconfinamiento preventivo a que se ven obligados muchos autónomos al detectarse casos de Covid entre sus empresas clientes con las que han tenido contacto.
«Las nuevas bajas por Covid hacen que muchas pymes lo pasen muy mal»
«Las empresas están volcadas en mantener la seguridad al máximo nivel»
«Si esto sigue así, muchos autónomos tendrán que cesar en su actividad»
«No tienes los recursos de las grandes empresas para poder reorganizar a tu gente»
«Los comerciantes se han hecho de hierro para aguantar todas estas situaciones»
La producción de la industria manufacturera también se ve afectada por estas bajas, como reconoce Adolfo Rey, gerente de la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM). Constata que en todas las encuestas de la organización sectorial -la más importante del País Vasco-, siempre son las pymes las que manifiestan tener mayor afectación por los efectos de esta crisis. «Las empresas están absolutamente concienciadas con la necesidad de mantener la seguridad al máximo nivel y tratan de gestionar las bajas lo mejor posible». En muchos casos, con grandes dosis de imaginación. Pone el ejemplo de una pyme que ha desarrollado una tecnología para el móvil: a través del bluetooth, identifica rápidamente todos los contactos estrechos -mantenidos a menos de metro y medio- durante más de 15 minutos.
Entre los jóvenes empresarios, como explica Juan Carlos García, presidente de la asociación vasca Ajebask, «la preocupación por los contagios aumenta de forma importante», aunque la afectación no es igual para todos los sectores, ya que los que pueden operar mediante teletrabajo están más protegidos. En las pequeñas empresas «no tienes los mismos recursos que las grandes para reorganizar a la gente».
Para el sector comercial, el problemas de las IT es un suma y sigue. Así lo ve Jorge Ayo, gerente de la asociación BilbaoCentro, en un contexto de caída de la demanda y de las ventas, además de las fuertes restricciones que tiene para operar. Algunos comercios, dice, han tenido que cerrar por cuarentena, pero después se afanan por volver y los clientes parece que se van adaptando a que algunos días no se abra. Destaca con vehemencia el esfuerzo de los comerciantes «para adaptarse constantemente a todas estas situaciones; se puede decir que se han hecho de hierro».
El coste de la incapacidad temporal (IT) por Covid está suponiendo ya un notable esfuerzo para las arcas públicas. Una de las medidas adoptadas por el Gobierno central al inicio de la pandemia fue establecer que el contagio se calificaba como enfermedad común, pero también se dotaba de este estatus de incapacidad temporal a la obligación de cuarentena. A continuación el Ejecutivo decidió, a efectos económicos, que en los salarios de IT se equipararan los Covid con enfermedad laboral, por lo que se eleva del 60% al 75% la base reguladora para la prestación. Hasta finales de septiembre, la Seguridad Social ha abonado 1.369 millones de euros por IT por casos de Covid, cifra que a esa fecha en el País Vasco fue de 87,4 millones.
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