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EFE
Miércoles, 18 de octubre 2017, 21:25
El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que Nuclenor, empresa propietaria de la central nuclear burgalesa Santa María de Garoña, presentó para ajustar su plantilla tras la orden ministerial de cierre de las instalaciones del Valle de Tobalina (Burgos), ha recibido la autorización de la ... Oficina Territorial de Trabajo de Burgos.
La empresa ha comunicado este miércoles a los trabajadores que la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta de Castilla y León ha resuelto el ERE presentado, han informado fuentes próximas al comité de empresa.
La comunicación ha sido verbal y oficiosa, pues Nuclenor todavía no dispone de la documentación que acredita la autorización, que se concede «por causas de fuerza mayor». Han sido «fuentes bien informadas» de la oficina territorial las que han avanzando la resolución, que oficialmente se comunicará en las próximas horas.
El ERE supondrá la salida de la central nuclear de Santa María de Garoña de 55 trabajadores a través de recolocaciones y de otros 30 por prejubilación.
A su vez, 119 se quedarán en las instalaciones burgalesas para preparar el desmantelamiento de la planta, tras la orden ministerial del 1 de agosto por la que Energía decretó el cierre de Garoña. A esta cifra se sumarían otros 13 empleados que han rechazado la propuesta de recolocación y salen de la empresa mediante despido pactado, con 20 días por año trabajado.
La intención de Nuclenor es realizar una salida ordenada de los trabajadores, que comenzaría el próximo lunes 23 de octubre, si bien en todo caso está sujeta a las necesidades del servicio.
De este modo, los prejubilados irán saliendo una vez finalice el período de formación a los trabajadores que les sustituirán en sus respectivas funciones en Garoña.
Por lo que se refiere a las recolocaciones, la incorporación a otras plantas de Iberdrola y Endesa, propietarias al 50 % de Nuclenor, se irá acomodando las necesidades de las centrales. Eso sí, la propietaria de Garoña pretende que las recolocaciones se hayan producido para principios de noviembre, pues será necesario también períodos de formación específicos en las nuevas plantas.
Nuclenor también contempla la posibilidad de casos puntuales en los que las recolocaciones se retrasen por la necesidad de que éstos impartan formación en Burgos.
En cualquier caso, para finales de año, Garoña contará únicamente con la plantilla requerida para hacer frente a su desmantelamiento, un proceso que tardará años en completarse.
El pasado 1 de agosto, el Ministerio de Energía comunicó la decisión de denegar la renovación de la licencia de explotación de la nuclear, solicitada en 2014 por Nuclenor.
Díez días más tarde, una comisión mixta de empresa y sindicatos comenzó a negociar las condiciones del expediente de regulación de empleo, cuyo preacuerdo se cerró a principios de septiembre.
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