Iñaki Arrola es uno de esos emprendedores que sabe lo que es estar a los dos lados de la barrera. En sus inicios se lanzó ... al mercado y creó su propia empresa, al identificar junto con su padre la existencia de una necesidad no cubierta. Allá por 2003 estaba casi todo por hacer en internet y creó un portal de coches. Después, en 2011, se pasó al lado emprendedor pero desde el segmento de capital riesgo: captar fondos para poder invertirlos en emprendedores y 'startups'. Así vio primero la luz el fondo Vitamina K y, tras consolidarlo, en 2016 lanza K Fund, otro fondo mayor, que desde su fundación viene a otear proyectos en Euskadi a través de citas como el B-Venture, organizada por EL CORREO. Precisamente K Fund acaba de invertir en una joven empresa bilbaína llamada Chronoexpert, un portal de internet para comprar y vender relojes de primeras marcas tanto nuevos como usados, que ya opera en 10 países y que tiene un ambicioso plan de expansión.
– A grandes rasgos, de forma rápida, ¿qué es lo que define a K Fund?
– Es un fondo con el que empezamos en julio de 2016 y que nació con un capital de 50 millones de euros para financiar a emprendedores tecnológicos. Nuestra idea es entrar en unos 30 proyectos. Podemos ir solos o con otros inversores.
– ¿En cuántas empresas vascas han entrado con K Fund?
– Chronoexpert es la primera en la que ha entrado K Fund. Anteriormente, con Vitamina K hicimos otras tres o cuatro operaciones con empresas vascas o de emprendedores vascos: Chicisimo (web de moda creada), Ludei (plataforma de juegos HTML5 para móviles) o The Mad Vídeo. Ahora, con la entrada en Chronoexpert hacemos la inversión número 22 de K Fund. Aquí vamos con otros inversores y 'business angels', pero somos los que lideramos.
– ¿Qué es lo que han visto en Chronoexpert?
– El mercado de los relojes por internet es muy grande y está creciendo mucho. Ha habido otra empresa, Chrono24 (alemana), que ha crecido mucho y se ha vendido por mucho dinero. Chronoexpert cubre un campo más amplio, transacciona y lo hace entre particulares y profesionales, con planes de expansión internacionales.
– ¿Por qué entran con K Fund y no con Vitamina K?
– Nosotros captamos financiación para invertir en compañías y cobramos unas comisiones de gestión. Las compañías se van moviendo y al final de los años, de un fondo queda poco. Hay compañías que se han vendido y otras que desgraciadamente se han ido muriendo. Vitamina K empezó en 2011, fue el primer fondo, y ahora está en fase de desinversión.
– Muchas veces se habla de proyectos de base tecnológica, pero detrás lo que subyace son negocios de corte financiero.
– Pues sí. Son las dos cosas, hay mucho de 'trading' y mucho de margen.
– Dicen que en las empresas tradicionales y en las de internet la tesorería y la liquidez es lo que marca la diferencia.
– Sí. De hecho para cualquier fondo es muy importante saber qué dinero queman y que dinero generan. Tratamos de ver cómo evoluciona la compañía y si necesitarán seguir captando capital.
– Apoyar empresas en fase inicial comporta mucho riesgo...
– Seguridad de acertar en una inversión, no la hay. El estándar es que se mueren un 40% de las empresas, otro 40% teóricamente devolverá el dinero o, como mucho, lo multiplica por dos; y hay otro 20% que son las que te van a dar el retorno más fuerte. No es sólo tener un múltiplo grande de retorno en las buenas, sino también haber invertido más dinero en esas. Nosotros no invertimos para salvar empresas que tienen dificultades: si tienen que morir, tendrán que morir.
– En base a su experiencia, ¿cómo ve el mundo del emprendimiento vasco?
– El País Vasco es uno de los sitios que estamos queriendo potenciar porque siempre ha habido buenísimos emprendedores, no sólo en el mundo de internet, sino en cualquier sector. Quizás los vascos sean menos conocidos porque son menos de salir en los periódicos, pero hay gente muy buena. Nosotros decimos que tenemos Madrid y Barcelona, pero que no hay que olvidarse ni de Valencia, ni del País Vasco, ni de Málaga. El País Vasco es uno de los polos de donde nos llegan proyectos casi todos los días. Suelo venir a Bilbao para reunirme con gente porque las oportunidades salen más de los contactos cercanos, no de enviar un email.
–¿Cree que casos de éxito como el de Ticketbis pueden ayudar a generar más vocaciones emprendedoras en Euskadi?
– Sin duda. La gente quiere parecerse e incluso hacerlo mejor que los que lo han hecho bien. Pero los casos de éxito no sólo movilizan a nuevos emprendedores, también atraen a inversores. El dinero del éxito suele volver al mercado. En el caso de Ticketbis es muy claro: sus fundadores están invirtiendo en otros proyectos; otros inversores que les acompañaron, también; y otros que no estuvieron miran ahora lo que pasa aquí.
– Ante una idea brillante para un nuevo producto o para un nuevo modelo de gestión, ¿por cuál se decantaría?
– Depende. Hay gente que es capaz de replicar cosas muy bien sin ser una superidea, y a veces hay superideas para las que no hay mercado. A los proyectos que analizamos les decimos que con la idea sólo no vale, tienen que construir un equipo compensado e integrar perfiles diferentes para cubrir las diversas áreas de una empresa.
«En la fiebre del oro ganaron más los que vendieron palas»
Las palabras de moda hablan de 'emprendedores' y 'startups', no de empresarios o empresas, al tiempo que se multiplican los organismos de apoyo para estos nuevos aventureros.
– ¿Invierte en emprendedores o en empresarios?
– El término emprendedor está bien para las noticias. Un emprendedor es un empresario que está empezando o un empresario que quiere llamarse de una forma distinta.
– Los emprendedores que les llegan ¿se dan cuenta de que lo que están haciendo es crear una empresa y que igual tienen que seguir con ella toda su vida?
– Pues a veces no, y otros lo que buscan es el pelotazo. Nosotros pretendemos invertir en los que son conscientes de que esto es un tema duro y de largo plazo, y que estamos para echarles una mano. Si vemos que son gente que sólo mira el corto plazo, no invertimos. Lo más importante para nosotros es el emprendedor o emprendedora –aunque desgraciadamente no hay muchas emprendedoras– y, después, el mercado.
– ¿Y se está generando una burbuja alrededor del emprendimiento?
– Es como en todo, siempre hay gente que dice que hay demasiado. Lo que creo es que hay que separar el grano de la paja. En esto de los emprendedores ha habido mucha necesidad, gente que ha querido montar algo por necesidad y mucha gente que se aprovecha de ello. Eso no hay que dejar de decirlo. Una vez escuché una frase muy buena que la repito en muchos sitios: esto a veces es como la fiebre del oro, ganan más los que venden palas que los que buscan oro. Pero también es verdad que hay gente que encuentra oro.
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